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Crítica de Empress: La odisea espacial de Mark Millar

El Rey Morax lo tiene todo: súbditos que le temen, un planeta que gobierna con mano de hierro, tantas riquezas y poder como se puedan soñar, y una dilecta esposa que le ha honrado con tres magníficos herederos. Bueno no. Esto último es mentira. Porque Emporia, su mujer, solo está casada con él por mera extorsión, y cada segundo de sus días es un suplicio. Por eso, con la ayuda de su guardia personal, Emporia y sus tres hijos emprenden la huida de su hogar, atravesando el inmenso espacio para encontrar un lugar donde el terrible Morax no pueda dañarles. Este es punto de partida de Empress, que recopila los siete primeros capítulos de esta odisea espacial.

Cosas felices 1

Millar a los mandos

Es evidente que Star Wars es mucho más que la inspiración de Millar, el guionista de Empress, para llevar a cabo esta narración. En ella, veremos emocionantes batallas espaciales, monstruos alienígenas, e incluso nuestra propia suerte de Han Solo, en la piel de Dane, el guardaespaldas de la Reina, y a falta de Chewbacca, tenemos al pequeño Tor. También tendremos dinosaurios, o batallas de gallos, porque Mark Millar está a los mandos y todos sabemos como funciona esto.

Cosas felices 2
Yo no me casaría con este señor, desde luego.

No esperéis una profunda reflexión sobre la vida, o una ácida critica a la sociedad, porque Empress no va de eso. Empress va de decir: VAYA a cada página. La acción comienza, literalmente, en la página 3, dónde un inmenso tiranosaurio ataca a tres súbditos de Morax, hasta la última página. Es una obra divertida, muy divertida, llena de acción y aventura, pero nada más. Es el equivalente comiquero a una película palomitera de esas que tanto nos gusta criticar a veces. Pero es maravilloso.

A pesar de que pueda parecer simple, por el exceso de acción, lo cierto es que Millar consigue crear un buen desarrollo de los personajes, y hace avanzar la historia. Quizá no se trate de su trabajo más significativo a nivel de guión, pero no es nada desdeñable. Fantástico, a mi entender, el personaje de Aine, la hija adolescente que prefiere quedarse en casa con su padre, el despótico villano, y que *SPOLIER* acaba por aceptar que tal vez su madre tuviera razón, y el loco tirano que les quiere dar caza no sea el mejor modelo paterno del mundo.

Immonen, imprescindible copiloto

Stuart Immonen está acostumbrado ya a las odiseas espaciales, tras entregarse a Star Wars. Quizá por eso el dibujo es tan maravilloso en este tomo. Nada en absoluto te saca de la historia. El hecho que Immonen se sienta tan cómodo en este tipo de historia se puede notar desde la primera página, con viñetas llenas de acción tan espacialmente dibujadas que te parece oír los golpes, y unos primeros planos que transmiten más que muchos actores que yo con0zco (ejemRyanGoslingejem)

Cosas felices 4
Portada alternativa de la edición original

Si tuviera que ponerle un pero a la parte gráfica de este tomo, y me cuesta hacerlo, es quizá el color. Y parece una tontería, pero lo noté desde ese primer tiranosaurio azul, que me dejó un poco helada. El original tenía un color que ayudaba mucho más a generar esa sensación de expectación y excitación propias de las obras de acción, pero en este caso es un poco deficiente en relación al dibujo. Puesto que en el original Ive Svorcina hizo un trabajo bastante más aceptable, no se muy bien que geniecillo del mal habrá obrado este “milagro”

¿Deberíais leer Empress?

Si, deberías leer este cómic publicado por Panini. Como ya he explicado, no es la gran obra del cómic, ni puede que pase a los anales de la historia del arte, pero es entretenido. La historia no deja de ser un refrito de cosas que ya hemos visto, y no representa ni de lejos, el mejor trabajo de Millar a los mandos, de acuerdo. Pero ¿Que no hemos visto ya mil veces en el cine, o en los cómics? Yo lo leí de una sentada y lo releí a gusto. Me reí un buen rato y, las dos veces, me mantuvo pegada al sillón, como lo haría una buena película.

Cosas felices 3
¡He dicho que te bultes, mamá!

Personalmente, he disfrutado mucho de algunos personajes (Emporia, Aine y el propio Morax son los mejor desarrollados de la historia), y aunque reconozco que algunos trucos de guión son demasiado evidentes, y se acercan peligrosamente al Deus ex machina, eso no me ha impedido en absoluto disfrutar de la lectura. Os lo recomiendo mucho. 

Hasta la próxima… sed felices.

Sofia Ricarte
Sofia Ricarte
En mis ratos libres soy la Chica Ardilla
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2 COMENTARIOS

  1. ¡Saludos Sofía! Coincido en la conclusión, estamos ante un cómic muy divertido, y como no creo que tuviera otra intención, se puede decir que ha logrado su cometido. Y el dibujo me ha encantado la verdad, no había visto nada de Immonen hasta la fecha, pero si está con Star Wars se explica el fantástico trabajo que ha desplegado aquí, ya que parece llevar toda una vida con el género espacial. Fíjate que a nivel de profundidad de personajes me gustó más “Starlight”, aunque el dibujo de aquella obra (el color sí era el idóneo) no me entusiasmó y habría sido fabulosa de tener a este mismo dibujante al frente.

    Me queda la duda de cuándo saldrá un segundo tomo, porque como Millar está con tantas cosas a saber si tardará poco o mucho en recorrer de nuevo este camino. ¡Un saludo!

    • Gracias por tu comentario, Jose Carlos!
      Te recomiendo muchísimo, si te ha gustado el dibujo, el Star Wrs de Immonen, porque es lo que se le da bien. En cuanto a la profundidad de los personajes… Bueno, yo a Millar le he leído cosas mejores (mucho mejores), pero si, no deja de ser muy divertido y te hace pasar un buen rato.
      ¿Para cuando la segunda parte? Aun falta desde luego. Y para mí, el doble, que ya sabes lo que opinan de mí estos de Panini!

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