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Sobre la (dudosa) moralidad de Por trece razones (Análisis, parte 2)

Este artículo contiene spoilers y es la segunda parte de una crítica de la serie Por trece razones.

Puedes leer la primera parte, sin spoilers, haciendo click aquí.

En esta misma web hablaba hace poco de Por trece razones (Thirteen reasons why), la nueva y exitosa serie de Netflix, y explicaba por qué la considero una de las mayores decepciones de la temporada. Pero esta vez vengo a hablar brevemente de un aspecto de la serie que es parte indivisible de su concepción: la moral que defiende la serie y si verdaderamente hace una buena labor de cara a concienciar contra el suicidio, como se viene afirmando recientemente. Así que aquí encontrarás opiniones estrictamente personales.

Moral y narrativa

Parece que últimamente es difícil diferenciar la actitud moral de una serie o película (esto es, la de sus creadores y especialmente director y guionistas) de la de sus personajes. A mí me parece bastante sencillo: un personaje y sus actitudes pueden ser inmorales hasta puntos despreciables y la perspectiva del director sobre él totalmente opuesta. Michael Haneke siembra sus películas de violencia que desprecia y detesta, y todavía hay quien considera Funny Games una entretenida película de violencia gratuita. Llegados a este punto, no es difícil ver por qué una serie que muestra el suicidio adolescente como vía para vengarse de los acosadores está en el punto de mira de padres y educadores. Solo que en este caso los creadores sí que se alinean con su protagonista.

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No, no es una serie que “deba mostrarse en institutos” como se viene afirmando desde ciertos sectores de la crítica, a modo de arma publicitaria. Y esto es ya una mera opinión personal. Porque las tendencias suicidas de la protagonista, cocinadas a fuego lento con una serie de imperdonables actos salvajes y traumáticos, pero también combinados con las mayores estupideces,  son un peligro si la serie se plantea como eje moral de cualquier cosa. Porque Hannah es una protagonista que pretende que todo el mundo sepa lo que ella quiere y actúe en consecuencia, hasta el punto de querer que una persona a la que le grita tres veces seguidas que se vaya y la deje vuelva (¿acaso no sería eso acoso? ¿qué pretende decirnos la serie?). Acciones como esta definen a un personaje contradictorio e inestable, o simplemente mal desarrollado si la imagen que se pretendía dar era otra. Acciones como esta o que se presente que un profesor ante el que afirma no estar segura de un suceso, y tras afirmar que no quiere denunciarlo, no tome por ella medidas legales contra otro alumno cuyo nombre ella no está dispuesta a decir (¿no sería eso irresponsable por parte del profesor?). O que Hannah se ponga histérica porque su amiga quiere esperar a casa para avisar a la policía de que una señal se ha caído,  pero horas antes presencie una violación y decida callárselo. O mismamente hacer un drama de no tener un coche caro, culpar de una decisión personal al entorno o ser misteriosa y enigmática para luego poder ir echando culpas. Sí, es adolescente. Precisamente por eso no conviene ponerse de su lado como creadores en la toma de decisiones posterior.

Al final, hay dos problemas. Primero, que la serie plantee a Hannah como el personaje atractivo, simpático y agradable con el que todo el mundo se pueda identificar y que toda la audiencia pueda ver como alguien con el que jamás se metería. Porque si el target de la serie pasa por hacer que potenciales acosadores se den cuenta de que la mínima acción puede tener consecuencias sobre la vida de una persona, es una estupidez asegurarse de que jamás vean en la víctima de la serie un reflejo de alguien a quien causarían problemas.  Segundo: Hannah se suicida y deja cintas que torturan a los bullies haciéndoles la vida imposible. Dos conclusiones: la sangre fría de Hannah es brutal y contradice su supuesta inocencia, y además la serie plantea el suicidio como una salida y como una especie de forma de hacer daño a quienes le hicieron la vida imposible. Venganza. Como si morir fuera una forma de hacer a alguien pagar algo. ¿Morir para hacer pagar a alguien por algo que te hizo, en serio? ¿Y hacer daño por el camino a gente que no tuvo ninguna culpa? Si ese es el mensaje por el que debería reproducirse en institutos, me temo que tenemos concecpciones distintas sobre lo que es una serie moralizante.

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Repito que para mí no es un problema que la serie presente un tema y lo visibilice, como es el caso del suicidio adolescente o el acoso. Me parece hasta necesario. Pero si se presenta de forma peligrosa, quizás debería ser discutido que sea una serie con potenciales beneficios entre el público al que alude. Más aún cuando los creadores muestran cierta confusión a la hora de presentar los problemas, un caos en la ejecución de la idea y unas conclusiones cuanto menos ambiguas, si no abiertamente apológicas del plan de Hannah. Por eso no entiendo la reacción masiva ante la serie. Vale, la escena del suicidio en sí es brutal, dura y sin concesiones. ¿Qué aporta esto al correlato de la ficción? Pues en el contexto en que se encuentra, representa la imagen de un sacrificio realizado para finalizar el plan. La escena, de forma aislada, es interpretable, o podríamos inclinarnos a que advierte del dolor del suicidio (no necesariamente en un sentido literal). Sin embargo, como punto concluyente de la narración que se nos plantea, cobra un sentido muy distinto. Sea esto intencionado o fruto de una incapacidad de los creadores de la serie para articular una idea distinta, es un hecho que la construcción de la ficción lleva irremediablemente a esta perspectiva.

No veo ningún sentido a lo que plantea la serie. Le veo uno nocivo, y esto es meramente personal. Y fuera de lo puramente subjetivo, en lo que entiendo que toda discrepancia es lícita, el hecho de que ni siquiera como producto televisivo tenga mayor interés o algo que aportar no ayuda a que sea una propuesta atractiva. Como decía en mi análisis de la serie en sí:  ¿Engancha? Sí, hasta cierto punto. Pero habiendo propuestas mucho más interesantes en el panorama televisivo (y aquí hablaba hace un tiempo sobre buena narrativa en series), no creo que los pocos puntos interesantes de Thirteen reasons why sean razón para invertir 13 horas frente a una de las propuestas más flojas de Netflix.

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4 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena por tu acertado análisis. Estoy muy de acuerdo con tu valoración moral de la serie. Y más cuando, recientemente, he tenido la oportunidad de ver Las ventajas de ser un marginado, que toca temas muy similares a Por 13 razones. Considerándola como un mero producto televisivo, la serie es buena, sin más. Entretiene y le perjudica la política de los 13 capítulos por temporada de Netflix. Los personajes son tópicos y, muchos de ellos, cargantes y repetitivos, como el mismo protagonista o Tony, con sus constantes apariciones a lo ángel de la guarda. Pero es que como serie que pretende iluminar al mundo con su mensaje es pésima, y no puedo más que remitirme a todo lo que has escrito arriba. No se debe justificar el suicidio, y menos como arma contra los que te han hecho daño. Por poner un ejemplo, ¿Acaso Hannah no ha destrozado la vida de Clay por decirle que fue el único que se comportó bien con ella pero que si no se hubiera ido a lo mejor no habrían llegado a esa situación? En ese aspecto, prefiero la citada película, Las ventajas de ser un marginado. Tal vez sea una película buenrollista…pero lo que nos vende son las ventajas de aceptarse a uno mismo, incluso en los peores momentos de tu vida. El único mérito de Por 13 razones es el haber mostrado el suicidio sin tapujos, ya que se trata de un tema tabú, sobre todo en Estados Unidos. Otra historia es la apología que realizan a su favor.
    Un saludo.

  2. Gracias, Fernando. Si, Las ventajas de ser un marginado es buen ejemplo de una idea similar mejor llevada. Al final, Pos trece razones da la sensación de tener un rumbo torcido y de llevar a donde no debería. Una pena. Saludos.

  3. Totalmente de acuerdo contigo.. Por fin encuentro a alguien que opine así sobre esta seeie que para mi que trabajo con adolescentes no es apropiada para verla en instituto no por la temática sino por el manejo que se hace de esta.

  4. Me alegra que estés de acuerdo. Por la campaña que se está haciendo de la serie, a veces nos hacen creer que hay algo parecido a un frente común de educadores y psicólogos a favor de la serie cuando el panorama es más bien distinto. Un saludo

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