Un curioso personaje estrenaba en 2003 su debut como director y protagonista, una película, siendo claros, destinada al fracaso. Efectivamente, como producto cinematográfico era un esperpento, pero supo hacerse un hueco en la memoria de muchos. Con el tiempo, gracias a sus esporádicas proyecciones en alguna que otra sala, fue cogiendo una interesante fama en el mundillo del cine malo, consolidándose finalmente como una película de culto. Ese personaje era Tommy Wiseau, quien gracias a James Franco y su película The Disaster Artist vivió el año pasado un renacer de su figura. Pasó de ser un don nadie conocido únicamente entre los peores de Serie Z a ser titular de noticia, y eso, amigos míos, fue el detonante de una nueva etapa en su carrera como actor.
¿Pero quién es Tommy Wiseau?
Tommy Wiseau era un estudiante de teatro que quiso hacerse famoso y triunfar en el mundo de Hollywood, pero para qué negarlo, sus cualidades en el mundo de la actuación eran nulas y no consiguió que lo aceptaran en ningún trabajo, así que decidió producirse su propia película, la cual realizó con ayuda de su amigo Greg Sestero (nadie sabe muy bien de dónde sacó los 6 millones de dólares que costó, de hecho, nadie sabe casi nada sobre él. Su vida es un completo misterio). Efectivamente, esa película era The Room. Él había puesto en ella todo su entusiasmo y su cariño; quería hacer un profundo drama, una historia de amor frustrado, el desgarro interno de un hombre que lo pierde todo y su melancólica, solitaria y desoladora muerte. Lo que consiguió fue crear una disparatada, cutre y lastimosa comedia. Esa fue, es y será su extraña virtud.
El éxito de The Disaster Artist y lo que vendrá
La película de James Franco relata la historia de Wiseau y el nacimiento de The Room. Ganadora de la Concha de Oro 2017 y del Globo de Oro a Mejor Actor 2018, se consolidó como un éxito mundial, convirtiendo nuevamente a Wiseau en un foco de atención (ahora todo el mundo conoce su debut, y lo que es aún más importante, conoce su historia). Supongo que aprovechando la coyuntura, las productoras low cost y Serie Z no han querido perder la oportunidad de utilizar a Wiseau en sus nuevos proyectos, y como hasta ahora debido a sus penosas cualidades nadie ha querido contratarlo, este negocio interesa sobremanera a ambas partes. Hoy estoy aquí para presentar Scary Love, pero no debemos olvidar que tanto él como Sestero han vuelto a colaborar en un filme titulado Best F[r]iends.
Scary Love o The Room 2049
La premisa principal de Scary Love se acerca a una historia de amor frustrada, donde un hombre busca por la ciudad a su amada perdida (por lo que se puede escuchar en el tráiler probablemente ella lo ha dejado y él quiere buscar su perdón). Vale, hasta aquí tenemos algo parecido en cierta medida a The Room. Pero si seguimos leyendo el argumento nos encontramos con que el protagonista es un cazador de recompensas, lo cual nos hace pensar que: A) va a ser algo más interesante que el debut de Wiseau o B) va a ser una parida y un bodrio aún más grande. Pero esto no se queda aquí, sino que además está ambientada en una época futurista, en una ciudad medio cyberpunk dominada por monstruos, mutantes y caníbales. ¿Cómo se os queda el cuerpo?
Llegados a este punto he de decir que la realización de esta película está cerca de ser un fraude a medias, me explico: la semana pasada se estrenó el tráiler y se nos presentaba a Tommy Wiseau como protagonista junto con el disparatado argumento. Hasta ahí todo normal, bueno, de normal no tiene nada, pero ya me entendéis. El caso es que dos días después salía el videoclip de Scary Love, canción del grupo The Neighbourhood. Como supongo habéis imaginado, ese videoclip era un cortometraje que prolongaba lo que se nos había mostrado en el citado tráiler. Este es el momento en que todos nos preguntamos: Entonces, ¿no hay película?, ¿era todo por un simple videoclip? Pues he aquí el dilema, no se sabe, pero al final del videoclip hay un To be continued… que nos da bastantes esperanzas de poder ver continuada la propia Blade Runner de Tommy Wiseau.
Adoradores de Tommy Wiseau,
sed felices.
