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Por trece razones: análisis del decepcionante éxito de Netflix

Esta crítica no contiene spoilers

De entre las ficciones televisivas de la última temporada, Por trece razones (Thirteen reasons why, 2017) destaca por su gran acogida entre el público más joven, aquel al que parece ir orientada la serie, y parte de la crítica. Pero el tema central de la serie, el suicidio adolescente, ha levantado una gran polémica no tanto por su relevancia en la ficción sino por el tratamiento que se hace de este, hasta el punto de hacerse inseparable de gran parte de la crítica la consideración moral sobre este acercamiento y los potenciales efectos, negativos o positivos, que pueda tener. Para evitar mezclar la alineación moral con los creadores de la calidad de la obra por sí sola, separaré esta crítica en dos bloques, con un artículo por separado para cada uno: la serie como producto televisivo y la serie como impacto cultural.

Buenas ideas, mal desarrollo: el guion y los personajes

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Hablemos del guion de Thirteen reasons why —basado en la novela homónima de Jay Asher— y cómo parte de un planteamiento interesante hasta llegar a su ¿inevitable? pérdida de interés conforme se va desinflando. En el planteamiento se juega todas las cartas a una baza, la de crear interés a través del impacto y el misterio: chica se suicida, deja cintas para torturar a los culpables de su muerte. Se nos promete información dosificada, misterio, pistas con cuentagotas e ir conociendo a los personajes a medida que se desarrolla la trama de las cintas y el plan de Hannah, la enigmática protagonista.

Es innegable que el trabajo de los guionistas en este aspecto funciona relativamente bien hasta bien avanzada la ficción. Conocemos y aceptamos que la serie vaya a jugar con nosotros, haciéndonos siempre esperar hasta el siguiente episodio para saber más sobre lo que esconden las cintas. Conocemos y aceptamos que los personajes no revelarán su verdadera cara hasta más adelante. Conocemos y aceptamos que los cliffhangers son inevitables con un planteamiento así. Pero hay un límite. Y se lo saltan.

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Una jugada hábil en los primeros capítulos, como es aprovechar la intriga suspendida para ahondar en el desarrollo de personajes, se deshincha cuando ninguna de las dos cosas tiene algo que aportar. Tardamos poco en conocer a los personajes; no porque el trabajo de desarrollo de estos sea muy efectivo, sino porque sus arcos dramáticos son más bien deficientes. Son personajes cercanos a lo plano, a los que se asocian emociones e ideas conceptualmente útiles para la serie y sobre los que se da vueltas constantemente. El friki, el stalker, el asocial, el chaval popular que es un capullo y el que lo parece pero en el fondo tiene buen corazón porque pasa por problemas y bla, bla, bla. Y cuando ya tenemos calados a los personajes y el papel que cumplen en la serie, principalmente como elemento de situación y como gente turnándose para hacer daño a Hannah de formas diversas (y en ocasiones absurdas) se pierde el interés. Y comienza el hartazgo. Porque no conformes con descubrir el papel de los personajes como conceptos, los guionistas nos regalan horas de metraje dedicadas a repetirnos una y otra vez qué idea representa cada uno de ellos. Son escenas, o incluso secuencias enteras, que podrían haber servido para aportar nuevos matices sobre los personajes. O profundizar en sus sentimientos sobre el suceso que marca sus vidas y con el que comienza la serie. Podrían hacerlo si fueran buenos personajes y no meras herramientas. Y es una lástima darse cuenta de esto cuando apenas llevamos algunos episodios.

Consecuencia inevitable de no tener más que contar pero varias horas de metraje que rellenar hasta la decimotercera cinta es que la mitad de la serie se convierte en un mero trámite. Es cierto que se intenta profundizar en personajes como el de Clay, el de Justin o los padres de Hannah. Pero solo se consigue llegar a contar lo mismo: el primero se siente culpable por las oportunidades perdidas, el segundo actúa mal para canalizar su furia por lo que le sucede en casa y los terceros sienten mucho la muerte de su hija y lo pasan mal. 13 razones para acortar un concurso de obviedades.

Habrá que esperar como leitmotiv

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Así que queda el relleno. Personajes que hablan enigmáticamente porque si hablaran como lo harían en realidad se revelarían datos que el espectador no conoce, así que habrá que esperar. Personajes que hablan sobre frenar a Clay pero que no pueden hacerlo porque aún queda mucha serie por delante, así que habrá que esperar. Un protagonista que alarga hasta el hastío escuchar las cintas (“no puede escucharlas seguidas, le afectan demasiado”, ¿no había una excusa mejor?) pero no duda en preguntar cada segundo qué pasa después e ir actuando según escucha una nueva… así que habrá que esperar. Y mantener en espera al espectador demasiado tiempo es contraproducente, porque torna el interés en frustación. Y porque si el desnlace no aporta nada que no supiera, cosa que ocurre, convierte la experiencia en una desilusionante pérdida de tiempo.

Ese es el sabor de boca que nos deja la serie. Que se nos podría haber contado lo mismo en menos tiempo es una obviedad. Que se nos podría haber contado mucho más con estos medios es otra. Que la cartas se revelan antes de lo que los creadores quieren creer, y que se ven las costuras de la serie demasiado pronto. Y cuando la serie llega a su último capítulo, no dejaba de pensar que muy hábiles tenían que ser sus creadores para cerrar todas las tramas que habían abierto a lo largo de 13 horas sin atisbo de darles una conclusión, al menos temática y emocional. ¿Cómo lo hacen? No lo hacen. Dejar todo abierto a una segunda temporada es la tomadura de pelo final de la serie, que se precipita a abrir nuevas tramas en la última hora y deja los arcos de desarrollo de los personajes en un caos contradictorio, pobremente planeado y débilmente ejecutado.

Potencia visual, desastre narrativo

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13 reasons why tiene puntos muy positivos en cuanto a narración visual se refiere, hasta el punto de que ciertos detalles de cámara y luz salvan el desastre en que se convierte su narrativa. Un ejemplo es el buen diseño de producción de la serie, que permite usar ciertos elementos visuales para situarnos en el espacio y tiempo, y para hablar de los estados emocionales asociados a cada momento. Por ejemplo: el hábil truco de que la caída de Clay sirva como excusa para colocarle una tirita en la frente, símbolo práctico para saltar de pasado a presente sin tener que señalarlo con molestos letreros. O el hecho de que las escenas de los flashbacks sean habitualmente más luminosas, y con una paleta de colores con tonos amarillos constantes, frente al predominante azul del melancólico presente en el que se cuenta la historia. Gracias a esto, el uso de colores hace más por ahondar en las emociones de los personajes de lo que el cojo guion y la incoherente dirección consiguen.

Hablemos de esto último. La serie tiene en ocasiones la loable actitud de no temer el plano largo cuando es necesario, pero a veces olvida esto y adquiere el tic de las producciones recientes que es el cambio de plano constante; un esfuerzo por manenter la atención del espectador a costa de un tempo adecuado, de un plano verdaderamente útil o del uso del lenguaje cinematográfico en pro de ser falsamente ágil y limitarse a enseñar cosas pasando. Al final, la conjunción de ambas actitudes tras las cámaras crean un relato apersonal, caótico y lleno de buenas intenciones que nunca llegan a buen puerto. Y que parece intentar salvar con el uso de la banda sonora. Oh, la banda sonora. Sí, tiene buenos temas, pero bombardearnos con ellos no es buena idea. Encadena canciones como si tuviera la necesidad de poner en pantalla todas las canciones que les gustan a sus creadores. En ocasiones, se confunde música diegética con extradiegética para conformar un caos horrible más cercano a un videoclip por su obsesiva colocación de tema tras tema sin dejar espacio para respirar o para conformar el drama que pretende vendernos. El rápido (en el mal sentido) montaje hace el resto.

Conclusiones sobre la serie como producto televisivo

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Thirteen reasons why es una serie que, si bien intenta a menudo romper con los estándares de las ficciones televisivas medias (especialmente con las de este tipo de público), no tiene suficiente empaque como para conseguir ser una propuesta sólida. Es una lástima que lo que podría ser una de las ficciones adolescentes más interesantes y menos banales acabe tratando al público como cualquier otra, intentando además parecer más sofisticada de lo que en realidad es. Y con una concepción moral cuanto menos cuestionable que trataré en el siguiente artículo, segunda y última parte de la crítica a esta serie.

¿Engancha? Sí, hasta cierto punto. Pero no es suficiente. Porque habiendo propuestas mucho más interesantes en el panorama televisivo, no creo que los pocos puntos interesantes de Thirteen reasons why sean razón para invertir 13 horas frente a una de las propuestas más flojas de Netflix.

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22 COMENTARIOS

  1. Hola PGA, concuerdo en la mayor parte de las cosas contigo, me la vi cuando salio, me gustó, pero me esperaba mas, es cierto que no deja de ser una serie de instituto, pero la vendían como la nueva Freeks and Geeks y se queda a medio camino entre serie adolescente y drama que da la sensación de que podría haber estado mucho mejor, aunque si es cierto que es entretenida, se deja ver, y el echo de que te enseñen todo a cuentagotas permite seguirla agilmente.

    En mi opinión es una serie entretenida pero sobrevalorada, y más habiendo una serie como Riverdale que es, en mi opinión, bastante mejor con un pretexto similar (Suicidio – Asesinato).

    Un saludo

    • Hola Kimy, muy de acuerdo con lo que comentas. Es interesante que menciones Freeks and Geeks, que es precisamente un buen ejemplo de cómo construir personajes en una serie (a Judd Apatow siempre se le ha dado bien). Con Riverdale aún estoy empezando, pero de momento me parece una propuesta interesante y un rescate curioso del formato de Archie. Un saludo y gracias por pasarte por aquí

  2. Hola PGA!
    Hace como una semana que acabe la serie. Realmente los primeros capítulos enganchan, pero a partir del capítulo 9 todo se hace muy previsible. El final lo deja demasiado abierto y te da sensación de no haber descubierto nada que no supieses. Muy deacuerdo con tu opinión.

    • Pues sí, todo lo que se consigue al principio acaba por echarse a perder. La segunda temporada pinta mal si sigue este camino. Un saludo

  3. De acuerdo en casi todo lo que se comenta… pero vamos, yo perdí el interés a partir del segundo capítulo… el planteamiento de los personajes es tan simple y plagado de clichés, que no hay ni un gramo de sorpresa con ellos. Imposible empatizar con ninguno de ellos, todo topicazos y sin dobleces. La terminé de ver porque esperaba alguna peculiaridad, al menos en el planteamiento del problema. En mi opinión, no aporta absolutamente nada. Las únicas interpretaciones que merecen ser destacadas, los padres de Hannah (Kate Walsh y Brian d’Arcy James). Bien podría haberse despachado en dos horitas de película, tercera cadena, sábado tarde..
    Gracias por tu punto de vista, PGA.

    • Muy de acuerdo, como película habría funcionado mejor. Quizás debería haberme dado cuenta yo también de que pasados dos episodios ya se veía venir la jugada, puede que no fuera el espectador más atento (o que quisiera demasiado creer que iría por buen camino). Al final, como bien dices, aporta poco si no nada.
      Gracias a tí por el apoyo. Un saludo

  4. El problema es el de siempre. Hay una obviedad de fondo y es que la serie, como todas las producciones de Netflix, tiene la no escrita obligación de alargar las temporadas hasta 13 capítulos. De hecho, todas las series de la plataforma, incluidas House Of Cards o Daredevil tienen capítulos de relleno que se solventan de mejor o peor manera: ese capítulo de la primera temporada de HoC que ahonda en la personalidad del protagonista o el maravilloso octavo capítulo de la primera temporada de Daredevil, de lo mejor que ha dado el medio audiovisual al género superheroico. Pero, a veces, es mejor ni tenerlo. Ahí está Stranger Things. Podrá gustar más o menos, pero sus ocho capítulos van directos al grano. Por lo demás, muy de acuerdo contigo. Los personajes son planos y llega un momento en que las formas de hacer daño rayan lo forzado.

    • Pues sí, tienes toda la razón. Y, al igual que la obligación no escrita de alargar las temporadas, parece extenderse también la de contar en varias temporadas lo que podría decirse en una sola. Al final es una pena que el relleno estropee una serie que, de otra manera, podría haber sido al menos una propuesta que aportase algo. O al menos habría resultado menos plomiza. Un saludo

    • Agradecería algún argumento, la verdad. Estoy encantado de que me lleves la contraria siempre que tengas alguna perspectiva qua aportar al respecto. Mientras tanto, seré feliz siendo un “inconforme”.

  5. Lo único que conseguí leyendo esto es ver como spoileas a la gente que no vio la serie, y ver un texto con una trama argumentativa increíble.

    • Lo siento si crees que he spoileado la serie. Sinceramente creo que no he revelado más de lo que la propia sinopsis cuenta, porque principalmente hablo de cómo está hecha la serie y no de la historia a modo de resumen. Pero me fijaré más la próxima vez en lo que puede considerarse spoiler, gracias por el aviso. Lamento que no hayas sacado nada más de mi análisis. Por otro lado, no entiendo a qué te refieres con lo de la Trama argumentativa increíble ?
      Un saludo

  6. Lo importante de esta serie es el mensaje que nos da, el grito en silencio desesperado de una persona que está inmersa en una gran depresión ,no por una causa en concreto si no por una serie de muchas circunstancias que la llevan a pensar que el suicidio es la única salida….desgraciadamente hoy en día ya no es extraño escuchar que algún adolescente se haya quitado la vida por no poder aguantar más su situación en el instituto… Si alguien le hubiera tendido una mano, si alguien se hubiera parado a verla de verdad, no sólo a mirar….

    • Hola, Fer. De eso hablo en la segunda parte de la crítica, que está más centrada en el mensaje y la moral de la serie. Entiendo que esa era la intención de la serie (me consta que es la del libro) pero me parece que lo han expresado mal, que la idea no está bien articulada. Porque si funcionara sería, desde luego, un mensaje apreciable. Un saludo

  7. Hola PGA, acabo de terminarme la serie y concuerdo contigo en algunas cosas, algo previsible es, era difícil esperar un brusco giro de guión cuando ya de entrada te están diciendo, la propia protagonista, de que va la historia. Sobre el número de capítulos no, ya que la serie (igual que el libro en el que se basa) se llama por 13 razones, aunque si se exceden en la duración de algunos (bastantes), la serie habría mejorado mucho si los 13 capítulos hubiesen durado lo que realmente debían, algunos quizás sí una hora, sin embargo otros con 30 minutos les sobraba. Buena crítica y el único spoiler que veo es el de destruir el hype con el que alguno la fuese a ver. Saludos!

    • Hola, Yeray. Muchas gracias por el apoyo. Sobre lo de los giros, no me parecen necesarios: no pido giros sino que la trama avance hacia algún lado y no reitere constantemenmte lo mismo. Te doy la razón en lo de la duración, porque es cierto que para mantener el formato de “una razón por cada episodio” habría sido más efectivo recortar el metraje de cada capítulo en vez del número de capítulos. Es una alternartiva viable. Veamos como se manejan en la segunda temporada sin las imposiciones de estructura de la novela. ¡Un saludo!

  8. Hola a todos. Hola PGA, concuerdo contigo en lo expresado en el análisis, espero por la segunda parte que me interesa mucho más, donde quizás deje un comentario más extenso. Te pregunto: ¿está confirmada una segunda temporada?

    • Hola, Alfonso. Gracias por el apoyo, te espero en la segunda parte, que será publicada pronto. Sobre la segunda temporada: cuando acabé de ver esta, que claramente está inconclusa, empecé a buscar información y ví que los productores estaban en conversaciones con Netflix para financiar una continuación y por lo visto se mostraban optimistas al respecto. Sumado esto a que la serie ha sido un éxito de audiencia, sobre todo entre público joven que ha atraído la plataforma con su lanzamiento, veo muy probable que la segunda temporada sea una realidad más pronto que tarde. Selena Gómez, que pone bastante dinero en esta, ya la da por hecho y su reparto también, así que podemos darla por confirmada a falta de comunicado oficial. ¡Saludos!

  9. Hola, PGA.
    Con respecto al mensaje que transmite acerca del suicidio y sus consecuencias, creo que deja mucho que desear.
    Yo no quisiera que los jóvenes que vieron la serie, crean que en un suicidio las cosas van de esa manera, que todo es culpa de los demás y que inclusive siempre se puede vengar de los que en algún momento nos causaron algún daño.
    Siento que la serie hasta cierto punto pudo hacer ver el suicidio de una manera menos dramática de lo que realmente es.
    Siempre he creído que la manera en la que los adultos de la serie se tomaron las cosas, fue la adecuada. Ella al final culpa a su orientador de no haberla apoyado lo suficiente, pero que podría haber hecho el orientador con la información incompleta que ella le brindó, inclusive cuando él quiso indagar más ella no se lo permitió.
    Luego, con respecto a las otras razones que la llevaron a hacerlo, ( sin tomar en cuenta la violación) son muy exageradas, claramente no justificadas, pero yo no quisiera que alguien que esté en situaciones parecidas sienta que debe de sentirse tan mal como Hannah, a tal punto de querer desistir de vivir.
    Veo que son situaciones típicas en los adolescentes donde todo lo exageran, si alguien no te saludó ya es el fin del mundo, si no logras llegar a clases en un auto bonito, cuando crees no ser aceptado por los demás, etc. Creo que la serie les da la razón de sentirse mal, por situaciones que deberíamos afrontar sin que nos afecte.

    • En efecto, esos son temas relevantes de la serie. Trato varios de los puntos que comentas en mi segunda parte de la crítica, así que estaremos mayoritariamente de acuerdo. Es un problema grave el planteamiento moral de la serie si su mensaje pretendía ser otro. Gracias por pasarte a compartir tu opinión, es bueno saber que coincidimos en la visión de la misma. Yo espero que los espectadores más jóvenes vean la serie con un criterio, porque de ser al contrario puede ser un arma de doble filo. Saludos

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