Dolor en la comunidad artística y cinéfila: a los 75 años de edad nos dejó ayer Tom Wilkinson, enorme actor británico que tras su papel consagratorio como Gerald Cooper en The Full Monty, saltara a Hollywood para ser incluso dos veces nominado al Oscar y quedarse con un Globo de Oro.
Thomas Geoffrey Wilkinson Jr., más conocido como Tom Wilkinson, había nacido en Leeds, Reino Unido, un 5 de febrero de 1948. Siendo aún niño, su familia se mudó a Canadá, donde vivió durante cinco años para regresar después a Inglaterra y acabar graduándose en letras en la Universidad de Kent y en actuación en la Real Academia de Arte Dramático.
Uniendo un poco esas dos pasiones y como cuadra casi a todo actor británico que se precie, su debut sobre las tablas lo tuvo con un adaptación de Shakespeare, ya que interpretó a Horatio en Hamlet (1980), papel que le valió ser nominado al Premio Laurence Olivier como actor de reparto.
En el cine, sin embargo, ya había debutado antes, aunque no en la cinematografía de su país, sino en la polaca y a las órdenes nada menos que de Andrzej Wajda, dando vida a un cocinero de a bordo en el filme Smuga Cenia (1976), adaptación de una novela de Joseph Conrad con fuerte impronta autobiográfica.
Dentro del cine británico, su ascenso fue lento pero a paso firme, con papeles secundarios en filmes como Parker (1984), Sylvia (1985) o Wetherby (1985), por nombrar algunos. También fue el fiscal Richardson en la testimonial y aclamada En el Nombre del Padre (Jim Sheridan, 1993), en la cual compartía cartel con Daniel Day-Lewis y Emma Thompson, con quien volvería actuar en Sentido y Sensibilidad (Ang Lee, 1995), adaptación de la célebre novela de Jane Austen (conocida en América Latina como Sensatez y Sentimientos) en la cual compartía también cartel con Kate Winslet, Hugh Grant y Alan Rickman.
Pero su papel consagratorio le llegaría sin duda con The Full Monty (Peter Cattáneo, 1997), que contaba la historia de un grupo de obreros desempleados que, tras cerrarse la acería en que trabajaban, decidían sobrevivir haciendo striptease en un club femenino. Tom, justamente, daba vida a Gerald Cooper, ex capataz al que, a pesar de su reluctancia, el resto conseguían reclutabar para que se pusiese al frente del grupo y les instruyese en baile.
Tengo que confesar que pocas escenas me siguen haciendo reír tanto al recordarlas como cuando, haciendo su personaje fila junto a otros para conseguir trabajo, suena en el lugar el Hot Stuff de Donna Summer y no puede evitar ponerse a bailar, con giro final y todo.
The Full Monty fue un exitazo en taquilla que le abrió las puertas de Hollywood, permitiéndole al otro año ser parte de la oscarizada Shakespeare Enamorado (John Madden, 1998), donde compartía elenco con figuras de la talla de Gwyneth Paltrow, Geoffrey Rush, Joseph Fiennes, Colin Firth, Ben Affleck o Judi Dench. Allí y en lo que era casi una vuelta a sus orígenes, hacía de actor shakespereano.
Interpretó también al general Cornwallis en El Patriota (Roland Emmerich, 2000), siendo uno de los militares británicos antagonistas del personaje interpretado por Mel Gibson. Su primera nominación al Oscar le llegó en 2001 con In the Bedroom, peliculón de Todd Field en que componía a un padre desesperado por la búsqueda de justicia tras la muerte de su hijo en un tiroteo y habiéndose caratulado el caso como muerte accidental. No es la típica película de venganza: es un drama profundo, intenso y existencialista en el cual Tom hace un trabajo inolvidable.
Su papel más recordado por los fans de DC fue seguramente el que hizo en Batman Begins (2005), película que abre la trilogía de Christopher Nolan interpretada por Christian Bale y en la cual encarna a un inolvidable Carmine Falcone siendo, de hecho, el primer actor en interpretar en la pantalla al famoso jefe criminal de Gotham City.
Ese mismo año tendría otra recordada actuación como el padre Moore en El Exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson) y en 2007 le llegaría su segunda nominación al Oscar, esta vez como actor de reparto, por su papel en Michael Clayton, thriller judicial de Tony Gilroy que tenía como actor principal a George Clooney.
Pero hay más, mucho más en su carrera cinematográfica, que también incluye participación en títulos como Olvídate de Mí, Valkiria, Misión Imposible: Protocolo Fantasma, Wilde , El Avispón Verde o El Llanero Solitario. Ello sin olvidar su paso por la televisión, con presencia en más de treinta series y sendos premios Globo de Oro y Primetime Emmy por su papel en la serie John Adams, interpretando nada menos que a Benjamin Franklin.
Curiosamente y a la vez con justicia, su último papel en ese medio lo tuvo dando vida nuevamente a Gerald Cooper, personaje que lo lanzara a la fama, en la serie británica The Full Monty que, estrenada justamente este año que termina, se basa en aquel filme de idéntico título.
“Con gran tristeza – expresa el comunicado emitido ayer por su agente Nancy Seltzer -, la familia de Tom Wilkinson anuncia que murió repentinamente en su casa el 30 de diciembre. Su esposa y su familia estaban con él”.
De momento se desconocen las causas de su fallecimiento, pero una ola de condolencias inundó ambiente artístico y redes sociales a partir de la noticia. “Tom mejoró cada proyecto – expresó George Clooney -. Mejoró cada actor. Era el epítome de la elegancia y todos lo extrañaremos muchísimo”.
Grandes palabras. Nos queda su arte y sus más de ciento treinta créditos entre cine y televisión. Tom Wilkinson fue uno de esos actores que volvían principales hasta los papeles secundarios y dotado de una enorme versatilidad que lo hizo pasar por el drama de época, la comedia, el terror o el cine superheroico.
Hasta siempre, Tom y gracias por tanto. Como bien dijo George, te vamos a extrañar…