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Análisis de El cuento de la criada. Temporada 3. Capítulo 2 y 3

  • Bienvenidos una semana más a Gilead, la distopía no tan distópica donde los hombres ostentan un cargo y las mujeres son monedas de cambio. Sin embargo, la revolución se está cociendo a fuego lento…

Análisis del 3×01 de El cuento de la criada. 

Análisis de la primera temporada de El cuento de la criada.

Análisis de la novela El cuento de la criada.

Análisis de la segunda temporada de El cuento de la criada.

UN CAMBIO DE TONO…¿NECESARIO?

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El estreno simultáneo de tres capítulos consecutivos nos ha aportado un bloque inicial de esta tercera temporada que parece apostar por un cambio de rumbo. La serie corría el riesgo de la peligrosa repetición: June vive un infierno, June sale de él para volver a entrar y, de nuevo, fugarse a final de la segunda temporada…para volver a volver, como diría Siempre Así.

Sin embargo, el final del primer capítulo nos daba a entender que no iba a ser así. El incendio de la casa de los Waterford evita el regreso de June con la “ejemplar” pareja del régimen y permite su acogida por un anfitrión del que todavía June no sabe qué esperar… ni mucho menos nosotros.

Joseph Lawrence es el principal ideólogo de Gilead. Un hombre que plasmó en un libro una solución para el problema de baja natalidad en el mundo occidental. Un libro acogido con pasión por una organización fanática que acabó obteniendo el poder. Ahora, Lawrence convive en la fina línea entre la rebelión pasiva, permitiendo una red de la Resistencia contra Gilead en su propia casa, y la defensa de su tesis maltratando psicológicamente a las Marthas que sirven en su casa y, por supuesto, a una June que se ve de nuevo desamparada tras la momentánea ilusión de ser acogida por un comandante que, aparentemente, lucha contra el régimen que ayudó a crear. Al final, su actitud tan polarizada me despista. El final del tercer episodio, en el que obliga a June a elegir a cinco mujeres que se libren de las Colonias, nos da a entender que está endureciendo a su Criada, preparándola para organizar una revolución en condiciones. El resultado es que, pensando que June se va a negar a elegir, finalmente escoge a las cinco más útiles para la Resistencia.

SOBRE TRAMA Y MENSAJE

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Por otro lado, no solo existe un cambio de tono en lo circunstancial. En primer lugar, la serie se suaviza tras la críticas por lo desagradable de algunas escenas en la segunda temporada. En segundo lugar, en una dudosa jugada, el Cuento de la Criada abandona la historia con mensaje para abrazar el mensaje con historia.

Es decir, en lugar de apoyarse en la fuerza de sus escenas y en un argumento que, ya de por sí, da que pensar; la serie apuesta por la redudancia y sobreexplicación del mensaje feminista en detrimento de la credibilidad de la historia, de alejar lo sutil de las escenas y de extremar la interpretación de una Elisabeth Moss a la que no le caben más registros. No, no creo que haya que alabar esas escenas a cámara lenta con la exagerada expresión de la actriz.

Por lo demás, la serie mantiene un exquisito gusto en su dirección artística. La fotografía es excepcional, con el uso (obvio, por otro lado) del negro, rojo, verde y marrón para representar a cada casta de Gilead.

A la espera de los que nos pueda ofrecer esta tercera temporada, los tres primeros episodios han colocado las fichas sobre el tablero, presentando a una June dispuesta a participar en una revolución activa contra el gobierno imperante. Aún queda para conocer el papel de Serena, la cual, parece, se acabará convirtiendo en una aliada de nuestra protagonista desde su papel como esposa. Y, por supuesto, queda pendiente saber si se avanzará algo en la trama de la tensa espera entre los refugiados en Canadá.

Aplaudo la inquietud interna de la primera temporada, el proceso de adquirir conciencia de una mujer que comienza asustada, se torna sumisa y, finalmente, se rebela. A esta June no termino de creérmela, más cuando la historia empieza a tener agujeros en pos de subrayar un feminismo que no era necesario enfatizar, ya que está presente en el mundo que ha inspirado la novela de Margaret Atwood. Lo extremo de la expresividad de Moss eleva su condición de figura feminista pero arruina la credibilidad de su personaje. Es un debate interesante: la calidad de la serie por lo que es (de lo que debería derivar el calado de su mensaje) o su papel como símbolo aún a costa de disminuir su calidad.

Un saludo y sed felices!

Nos vemos la semana que viene!

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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