InicioSeriesAnálisis de Fargo. Temporada 5. Episodio 10. Final de Temporada

Análisis de Fargo. Temporada 5. Episodio 10. Final de Temporada

Con el décimo episodio que lleva por título Bisquick se ha cerrado la quinta temporada de Fargo y hacemos el debido análisis. Creada por Noah Hawley, la serie es emitida por FX y para España por Movistar+.

Hola otra vez, fargueros. Entre luces y sombras llegamos al cierre de esta quinta temporada de Fargo que ha presentado algunos elementos bien característicos de la serie y otros no tanto. La trama del sheriff Tillman se ha cerrado algo apresuradamente y con poco margen para la sorpresa, en tanto que la de Munch ha tenido un final que, aunque extraño, ha sido más propio de la serie. Pero mejor será que pasemos ya a analizar qué nos han dejado este décimo episodio y esta quinta temporada no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.

Sangre en la Nieve

Comenzamos con Gator junto a un árbol entre la nieve y la niebla, atadas aún sus manos y vendados sus ojos, pues, recordemos, su padre no hizo nada por ayudarle. Logra liberarse pero ni hace amago de quitarse la venda, pues sus ojos ya no están. Aun sin ver, se las apaña para llegar al túnel de escape de Roy y a través del mismo llegar hasta la boca de salida para encontrarse con los federales, a los que pide ayuda.

fargo las cosas felices. 99399 e1706322688693

En un tenso clima, todo se prepara para la batalla y el grupo de Witt ya ha entrado al rancho en busca de Dot. Roy reza en su capilla, pero su gesto lo denota algo disgustado con Dios. Encima, al rato se encuentra con su suegro Odin, quien le lanza una serie de recriminaciones que serán lo último que diga, pues le degüella sin trámite.

Los sucesos se encadenan: al llegar Karen y ver a su padre muerto, está a punto de matar a Roy, pero este logra desarmarla e, invirtiendo la situación, parece a punto de acabar con ella cuando llega Dot que, con su recuperado rifle, le dispara en el estómago. Pero cuando está por rematarlo, llega Witt con los federales y lo evitan. Mal hecho: ello permite la fuga de Roy y Witt debe salir a perseguirlo…

El rastro de sangre en la nieve lo lleva hasta el túnel de escape y allí lo encuentra, pero la cosa no termina bien para él. Cuando se comunica con los federales para avisar que lo tiene, Roy aprovecha un descuido y le ensarta un cuchillo que le deja sangrante y agonizando. El sheriff consigue escapar por la misma boca que usó Gator, pero al salir lo están esperando los federales, siendo su propio y despreciado hijo quien lo delató.

fargo las cosas felices. 99400 e1706322622659

Concluido todo, Dot se entera con tristeza que Witt no sobrevivió y se encuentra con Gator que, dolido, le pide disculpas por su comportamiento para con ella además de preguntarle si en verdad estuvo con su madre: ella responde que no, pero que sí la vio como ángel protector en un bello sueño. Él irá a la cárcel, desde luego, pero la cosa con Dot termina en redención y abrazo reconciliatorio. Y todo este arco del rancho, por cierto, ha ocupado apenas los primeros quince minutos del episodio…

Flores para Witt

Un salto temporal nos lleva exactamente un año después, cumpliéndose el primer aniversario de los sucesos y, obviamente, de la muerte de Witt. Dot y Scotty van al cementerio a llevarle flores y se encuentran con Indira que, por cierto, poco y nada ha pintado en estos últimos capítulos.

fargo las cosas felices. 99402 e1706322458856

Mientras recuerdan con emoción al oficial caído y Dot se sorprende de lo poco que llegó a saber de él, Scotty coloca las flores en su tumba, tras lo cual madre e hija se marchan porque habían quedado en preparar bisquicks en casa.

En la cárcel y para su sorpresa, Roy recibe visita de Lorraine, quien sabe de que ha presentado un pedido de apelación por su sentencia y le comunica que no abrigue esperanza, ya que tiene influencia sobre los jueces y el mismísimo presidente (estamos siempre hablando de Trump, ¿verdad?). Con la frialdad que la caracteriza, le pone además al tanto de que se ha hecho cargo allí de las deudas de varios reclusos a cambio de que le hagan sufrir a él toda la violencia y humillaciones a que ha sometido a sus mujeres por años.

Perdónanos nuestras Deudas

De regreso en casa, Dot se encuentra con la sorpresa de que Munch está sentado en la sala junto a Wayne que, acorde a su candidez, le ha recibido amigablemente. Con su habitual talante serio y hablando siempre de sí mismo en tercera persona, dice que su verdadero nombre es Oola Moonk y que liberó al tigre para que la deuda quedara saldada, cosa que Dot no ha hecho. Wayne recuerda que una vez vieron un tigre en un zoo y Scotty aporta algún dato sobre el comportamiento de dicho felino.

Munch dice haber llegado a América con los vikingos, pero un naufragio le dejó solo en esas lejanas costas. Aprendió a vivir con los nativos en las praderas y a cabalgar sin silla ni riendas hasta que llegaron “los de uniforme y mosquete” para exterminarlos a todos y dejarle una vez más en soledad. En la miseria, y como viéramos en aquel flashback, sobrevivió como devorador de pecados, ingiriendo tantos de ellos que quedó imposibilitado de dormir e incluso de morir.

fargo las cosas felices. 99403 e1706322542424

Invitándole a compartir la mesa familiar, Dot le enseña a preparar bisquick y le dice que entiende su sentir, pero que las deudas no necesariamente tienen que ser saldadas sino que también pueden ser perdonadas. Le sugiere exorcizar tanto pecado ingerido llevando a su boca un alimento que, en cambio, esté hecho con alegría y felicidad. Munch prueba el bisquik y su expresión cambia: por primera vez en toda la temporada sonríe y, en efecto, se le ve feliz…

Balance de la Temporada

Y llegamos al final de una nueva temporada de Fargo. ¿Será la última? Por lo pronto, Noah Hawley ha declarado recientemente que en algún momento la serie debe tener eventualmente un cierre para no acabar en caricatura. Hay que darle la razón porque algo de ello ha ocurrido ya en esta temporada, sobre todo desde la segunda mitad en adelante y, particularmente, en lo que tuvo que ver con Roy Tillman. Del esposo de Indira no sé si tiene sentido hablar porque fue una caricatura desde el principio y un personaje por completo innecesario.

La trama del sheriff acuartelado en su rancho se cerró de modo apresurado y sin sorpresa. Quienes somos de siempre seguidores de la serie esperábamos ese imprevisto que nunca estaba en nuestros cálculos, pero nada parecido ocurrió y el arco quedó cerrado en los primeros quince minutos del episodio final mientras nos preguntábamos qué demonios vendría a continuación. Es más: confieso que algún oscurecimiento de pantalla (hubo muchos en este capítulo y a veces cortando clima) me hizo temer que comenzaran a correr los créditos…

¿A qué vino tanto prólogo de batalla cuando finalmente todo transcurrió sin que nos diéramos cuenta? ¿Para qué tanto alboroto de Roy convocando a las milicias si a la larga hizo prácticamente todo en soledad y, de hecho, así intentó fugarse? Y a propósito, ¿qué pasó con su perorata sobre el camino que comenzaba con su nacimiento y terminaba allí? Tenía más lógica que muriera defendiendo lo que creía suyo en lugar de intentar escapar como rata, pero claro: había que presentarlo lo más ruin posible para que no dejara dudas y, de hecho, en este capítulo ha degollado a su suegro, casi asesinado a su esposa y acuchillado a Witt de manera traicionera.

A propósito: nos dolió esa muerte, que vino además a cambiar el destino que tanto en las temporadas anteriores como en la película de los hermanos Coen terminaban siempre teniendo los policías losers y honestos de Fargo. Por lo general, acababan siguiendo sus vidas sin grandes cambios y no por justicia poética, sino más bien por “justicia casual”: circunstancias fortuitas que, así como en algún momento se habían combinado para crear un problema, también confluían para resolverlo.

De hecho, y a diferencia de toda la serie, el papel de la plana policial completa ha sido en esta temporada bastante pobre. Indira casi no aportó en los episodios finales. Joaquín y Meyers han sido meros personajes accesorios e intermitentes sobre los que nunca llegamos a saber nada. De Witt recién supimos que no tenía esposa y vivía con un gato cuando ya estaba muerto.

Y hablando de él, que le pusieran al frente de un equipo de rescate resultó no solo poco creíble sino incluso innecesario a la luz de cómo se resolvió su arco ya que, como Roy, hizo prácticamente todo en soledad. ¿Cuál era entonces la necesidad argumental de ponerlo a conducir ese equipo? Ya sé que no se puede analizar lo que nunca fue escrito ni filmado, pero hubiera sido bastante más verosímil que entrara al rancho por su cuenta y desoyendo a los federales. Ni siquiera le hubiera implicado sanción disciplinaria porque de todas formas iba a terminar muerto…

Mucho más interesante ha sido sin dudas la trama de Munch y allí sí hay que destacar la astucia del guion para hacernos prácticamente olvidar de él hasta llegar a la escena final en la que, por un momento, no tenemos idea sobre si está allí para matar a toda la familia, suicidarse ante sus ojos o qué. Pero Munch siempre sorprende y la evocativa vividez con que cuenta su llegada a América nos hace pensar que no miente, lo cual no es lo mismo que decir que lo que narra sea cierto. Ni tampoco que no lo sea: de lo que no hay dudas es de que lo cree

Hay de todos modos en su relato detalles que no encajan. ¿Sobre qué caballos montaba en pelo al llegar a América cuando no los hubo en el continente hasta siglos después del arribo de los vikingos? Por otra parte, dice que su divorcio con la muerte se produjo a partir de devorar los pecados de los difuntos, pero ello, de acuerdo a lo que cuenta, ocurrió ya con la llegada de los británicos y, nuevamente, siglos después de la de los vikingos. ¿Cómo llegó vivo hasta allí? La gran duda (y que ya no podremos resolver) es si son contradicciones propias del relato que él mismo ha construido en su mente o incongruencias del guion…

Pero no deja de ser extraña y a la vez sobrecogedora esa escena familiar casi de póster pin-up en que Dot y los suyos comparten alegremente mesa con alguien que ensartó un hacha en la espalda de alguien. Ellos no lo saben, claro, y la candidez para con él, especialmente de parte de Wayne, casi enternece…

Lo que este episodio final, más que ningún otro, ha dejado en claro es que la temporada ha girado en torno al concepto de deuda. Roy creyó que “su” Nadine estaba en deuda con él y lo mismo Munch con respecto a Roy y después a Gator. Witt quería rescatar a Dot porque se consideraba en deuda con ella por haberle salvado la vida. Y Lorraine, junto a Danish (personaje desaprovechado si lo hubo), montó un lucrativo negocio sobre las deudas ajenas y hasta se valió de ello para su venganza final contra Roy.

Eso estuvo interesante: el recurrir a artilugios sucios e inescrupulosos para “hacer justicia” confirma a Lorraine como uno de los pocos personajes de la temporada que han mostrado ambigüedades bien características de Fargo…

Pero las deudas, dice Dot, no necesariamente tienen que ser pagadas: también pueden ser perdonadas y allí reside otro concepto central de la temporada, visible sobre todo en los capítulos finales y particularmente en este último, en que el perdón y redención han ocupado destacado lugar y no siempre de modo verosímil…

¿Puede realmente Dot abrazar y perdonar a Gator más allá de los abusos y frustraciones con que este cargue? ¿O a Lorraine después de todo lo que la ninguneó? No es, de hecho, un abrazo muy creíble y hasta Jennifer Jason Leigh parece ser consciente porque su personaje no se ve muy cómodo con la situación (por cierto, inmenso actoralmente lo suyo a lo largo de la temporada).

Pareciera que, a diferencia de las anteriores, esta temporada acabara en moraleja, lo cual es casi un sacrilegio tratándose de Fargo. Si todo concluye en “perdonar a quienes nos ofenden”, caemos en un tono de enseñanza bíblica no muy alejado del discurso místico religioso de Roy. ¿El malo se termina volviendo bueno? Eso es algo que pasa en las películas más clicheras, pero no debería ocurrir en Fargo. Y así como resulta poco creíble que Gator se vuelva inteligente de la noche a la mañana, también lo es que pase súbitamente a ser un buen muchacho…

Por último, pero no menos importante, también ha estado presente en la temporada la idea de que existen cosas peores que la muerte. Munch la cruz de no poder morir y, de hecho, prefiere condenar a Gator a una vida con los ojos arrancados antes que matarlo. De modo análogo, Lorraine somete a Roy a un destino que, aun cuando no lleguemos a verlo, acaba siendo peor que cualquier silla eléctrica…

En fin, ¿qué balance se puede hacer de la temporada? Pues como hemos señalado en otros análisis, esta hubiera sido una gran temporada para alguna serie de formato más convencional, pero Fargo fue siempre sorpresa, imprevisto y ausencia de moraleja, lo que hace que la misma desentone un poco con su esencia más allá de las enormes actuaciones y las grandes líneas de diálogo que por fortuna no desaparecen. Si a ello sumamos las incongruencias argumentales, no hay dudas de que hemos visto la temporada más floja de la serie. Ojalá haya otra, pero de ser así espero que Noah Hawley vea y corrija todo lo que no se ha hecho bien en esta.

Hasta la próxima y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
ARTICULOS RELACIONADOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes