Quedan solo dos episodios para finalizar la quinta temporada de Fargo y analizamos lo que nos ha dejado el octavo, cuyo título es Manta. La serie, creada por Noah Hawley, es emitida por FX y puede verse en España a través de Movistar+.
Hola ota vez, fargueros. Vaya que nos está confundiendo esta temporada, pues cada vez que parece retomar el rumbo y acercarse más a la serie que amamos, termina haciendo una regresión entregándonos, como en este caso, un octavo episodio que es lo de lo más lineal que la serie ha dado desde que existe. A pesar de ello, hay mucho para desbrozar, así que mejor pasar a hacerlo, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
Cazador y Presa
Comenzamos con Danish Graves haciendo una de sus jugadas, consistente en este caso en lograr que sean eliminadas las deudas de tres sujetos y no solo eso sino que además sus nombres sean cambiados legalmente a Roy Tillman. No entendemos en ese momento a qué va el asunto, pero ya lo entenderemos: bueno, algo…
Y hablando de Roy, lo habíamos dejado al cierre del episodio anterior cayéndole inesperadamente a Dot en la habitación. Ha conseguido que le den el alta y quiere que firme el formulario de retiro.
Ella intenta pedir auxilio a través del mismo, pero él la descubre y en ese momento Witt, a quien ya pensábamos no volver a ver en toda la temporada, llega al lugar con un detenido en estado bastante maltrecho…
De inmediato, percibe que hay algo raro e intenta sonsacarle a la “señora Lyon” (como intencionalmente la llama) qué está ocurriendo, pero Dot no le suelta palabra y Roy le conmina a marcharse. Para terminar de disuadirlo, llegan Gator y se genera una situación tensa que lleva a Dot a intervenir para calmar las aguas e insistirle a Witt en que todo está bien. Ello, sumado a la inferioridad numérica, obliga a este a marcharse.
No obstante, se pone rápidamente en contacto con Indira para darle la mala nueva de que Roy se está llevando a Dot a Dakota del Norte y le menciona que notó en ella la actitud de un rehén, no condiciéndose sus palabras con los que evidenciaban sus ojos: se la veía, dice, “como un animal acorralado”.
El Peor Día
Indira, en tanto, llega a su casa, pero lo hace temprano y generando así no solo sorpresa sino también incomodidad en Lars: el motivo es la muchacha que tiene adentro del ropero. La escena, una vez más, tiene bastante de autorreferencia al cine de los Coen porque remite a Quémese después de Leerlo (2008), cuando el personaje de George Clooney encuentra al de Brad Pitt también en un ropero aunque la cosa (no quiero espoilear) acaba mucho peor que aquí…
De más está decir que (por fin) Indira echa a Lars, con lo que desaparece de la serie el personaje más liso, caricaturesco e innecesario que alguna vez haya pasado por Fargo. Él ensaya una protesta, pero a ella ya nada le importa y, por el contrario, le arroja un par de frases geniales como “preferirías sentarte a oscuras antes que cambiar la bombilla” o “a partir de ahora, puedes dejar levantada la tapa del váter en la vida de otra”. Lo que no se entiende es por qué Indira tardó tanto en decírselo y, menos aún, qué le vio alguna vez para casarse: ya no lo sabremos nunca…
Pero el día puede ser aun peor y al salir Indira, ve con desesperación que le están llevando el auto. Definitivamente, es tiempo de ir a ver a Lorraine para aceptar la propuesta de trabajo que le hiciera y, de paso, ponerla al corriente del secuestro de su nuera…
Tigre Enjaulado
Roy lleva a Dot a su rancho y literalmente la encadena, con manos esposadas y grillete al piso. Ella le echa en cara que ni siquiera tiene un plan y él replica que es Dios quien lo tiene: le reclama no haber cumplido sus promesas, a lo que ella objeta que tenía en aquel momento solo quince años. Él le recrimina haber roto sus votos y ella replica que, por contrapartida, le han roto dedos, costillas y mandíbula. Promete incluso matarlo y Roy parece a punto de estallar…
Pero en ese momento entra Karen y Roy hace las presentaciones del caso. Viendo en la muchacha a una nueva víctima, Dot intenta hablarle pero solo recibe de su parte un golpe: ¿qué esperaba? Aun así, se advierte claramente que la nueva esposa de Roy dista de estar feliz con la situación y su expresión no presagia nada bueno: o sí, según cómo se mire… ¿Se vengará en algún momento?
Ya en soledad y haciendo alarde de MacGyver, Dot se aboca a intentar escapar utilizando piezas de la cama y… ¿ de dónde sacó la sierra? Alcanza a liberar sus manos pero no llega a hacer lo mismo con su pie porque debe interrumpir el trabajo al entrar Gator, por lo que se cubre con una manta.
Ella le pone al tanto de que ha estado con su madre Linda y él se muestra afectado, pero no le cree. También le dice que Roy no le dio al nacer su nombre como estila con sus primogénitos por no haberlo considerarlo digno de ello al verle tan debilucho en la cuna. Sea cierto o no, él sigue sin creerle, pero se marcha furioso y maldiciendo…
A la puerta del rancho se halla Witt intentando un allanamiento. No tiene éxito, pues Gator y los suyos le reciben armados y en actitud de pocos amigos.
Sin más remedio que marcharse, el oficial les advierte, sin embargo, que pronto habrá consecuencias. Detrás de él sale Gator, aún maldiciendo a Dot al punto de ni siquiera darse cuenta que tiene sentado a Munch en el asiento trasero del auto…
Sheriff por Cuatro
Roy, mientras tanto, asiste al debate por la elección del sheriff y entra en acción el plan urdido por Danish. Lo pasa mal cuando le preguntan por los gastos excesivos y peor aun cuando, ante la risa general, tres falsos Roy replican burlonamente cada gesto o palabra suya. Es tanta su furia que, al marcharse, golpea a la reportera que actuaba de moderadora. Puede despedirse de ser reelecto, pero pregunto: ¿Danish había planeado todo eso?
Por lo pronto, estando el abogado de regreso y tras ponerse en contacto con Lorraine para comunicarle el éxito del plan, se encuentra en una gasolinera con Witt, quien no deja pasar la oportunidad de ponerle al tanto de que Roy tiene a Dot, aconsejándole que “si va hacer algo, lo haga rápido”.
Decepcionado, Roy regresa al rancho con Karen machacándole el cerebro: dice que Nadine (Dot), reaparecida después de tanto tiempo, no puede ser sino un pájaro de mal agüero y lo ocurrido en el debate lo demuestra.
“¿Don´t you know that you´re toxic?” (¿no sabes que eres tóxico?), le canta Lisa Hannigan en oscurísimo cover de Britney Spears mientras él realiza una larga caminata por la nieve hasta el lugar en donde tiene recluida a Dot y la muele a golpes: no lo vemos, pues la cámara está detenida con la quietud de la casa rural y el molino a su lado. Estremedora forma de mostrar la violencia al contrastarla con la calma exterior…
Al volver ella en sí, intenta en un descuido de él ahorcarlo con la cadena. En el forcejeo, el grillete se desclava del piso y Dot intenta huir, pero Roy logra retenerla por la cadena para arrojarle con la misma un fallido golpe tras otro mientras recita citas bíblicas sobre la ramera de Babilonia. Parece estar a punto de matarla, pero es interrumpido por Bowman para decirle que el abogado de los Lyon está allí…
Dot debe irse, pero antes de hacerlo, la vuelve a esposar y le dice que terminará como Linda y enterrada junto a ella. Queda entonces confirmado que toda la visita de ella al Campo Utopía en el episodio anterior fue solo un sueño y que ello nunca ocurrió. Y Linda, finalmente, no había abandonado a su suerte a Dot, sino que fue brutalmente asesinada y reemplazada por ella.
El Foso junto al Molino
Roy recibe a Danish y este le hace una oferta: reinstalarlo en la lucha por la reelección a cambio de liberar a Dot. No llegamos a saber cómo planea hacer lo primero o si es solo una estrategia para engatusarlo: en cualquiera de los dos casos, la cuestión es que no funciona…
Mientras escucha al abogado, el sheriff extrae de un cajón una pistola que coloca sobre el escritorio y con la cual, instantes después, le propina un mortal disparo en el estómago. “Si eres tan listo – pregunta -, cómo es que estás muerto?”. Parafrasea, claro, a Homer Simpson en una de sus más célebres e icónicas frases; lo que no entendemos es en qué contexto pueda alguien como Roy haber visto Los Simpson.
Lo último que ve Dot desde su sitio de reclusión es a los hombres de Roy echar el cadáver del abogado a un foso junto a un molino de viento, que no es otro que el que ella viera en su sueño y junto al cual encontrara el volante del Campo Utopía. ¿Yacerá también Linda allí?
Balance del Episodio
Lamentablemente, lo de la semana anterior fue un espejismo que nos hizo ilusionar con que la temporada se estuviera reencaminando hacia la serie que conocemos y amamos. Y no es que haya sido un mal episodio; por el contrario, sería brutal (en más de un sentido) en muchas otras series de tono diferente, pero para Fargo es, a mi juicio y argumentalmente, el más débil que hayamos visto…
Está claro que Noah Hawley ha buscado en esta temporada un tono más testimonial o de denuncia, lo cual no está mal; el problema es que ello, a los efectos de hacer bien visible el mensaje y que no queden dudas, lleva a tramas muy lineales o sencillas como la de este episodio. Y eso es poco Fargo…
Convengamos que la serie siempre jugó con el humor negro, lo cual ha sido sello inseparable desde que comenzara a emitirse en 2015 o incluso mucho antes si nos retrotraemos a la película de los hermanos Coen. La tragedia y la risa, la muerte y la carcajada fueron conceptos que siempre convivieron por partes iguales.
Ver hundirse en el río helado a alguien que escapa tras cometer un delito tiene su parte graciosa, lo mismo que el que un asesino a sueldo equivoque su víctima por estar drogado y perder el papel en que había anotado el nombre o que termine aplastado por un equipo de aire acondicionado. O que un mafioso italiano con perfil de tipo duro y sin concesiones, tropiece en la acera y se mate con su propia arma. Juro que me he desternillado de risa ante esas y otras situaciones en temporadas anteriores, pero no hay forma de que me ría con Roy golpeando salvajemente a Dot.
Ni qué hablar de lo imprevisible: no hay forma de prever que va aparecer un OVNI durante un tiroteo o que un grupo de limpiavidrios en el exterior de un edificio saque ametralladoras y acribille a todos los que están adentro. O que un asesino elimine sin trámite a los ocupantes ocasionales de un ascensor al saberse identificado. En cambio, sabemos que Roy matará a Danish desde el momento mismo en que extrae el arma del cajón y la deposita sobre el escritorio. Los pequeños detalles son justamente lo que hace grande a una historia y aquí están mayormente ausentes o aparecen solo de manera intermitente.
A propósito de Danish, he dicho desde el comienzo de la temporada que era un personaje con gran potencial y ahora que le hemos visto partir, debo lamentablemente decir que no ha sido bien explotado. Nunca terminamos de saber cuáles eran las motivaciones personales que lo guiaban más allá de su aparente lealtad incondicional a la familia Lyon. Y en cuanto a su plan para bajar en la elección a Roy ha sido de lo más disparatado y poco creíble por la cantidad de variables implicadas que no necesariamente tenían por qué llevar de una a otra.
Con respecto al arco conyugal de Indira con Lars, podemos dar gracias de que haya terminado, aunque abrigué hasta último momento la esperanza de que de algún modo (aunque más no fuera casual, como siempre ha solido ser en Fargo) se articulara con el resto de la historia, pero pasó totalmente de costado y con un personaje insufrible a la vez que innecesario.
De todas formas, Indira, lo mismo que Witt, cuyo regreso celebramos, han proporcionado algunos de los momentos más interesantes del episodio al recurrir a la ambigüedad cuando lo necesitaron. Indira se encuentra imposibilitada de seguir por caminos legales y en su desesperación se pone al abrigo de los Lyon, a quienes necesita como aliados a pesar de su historial delictivo. Y lo mismo Witt, que no teniendo ya herramientas legales a disposición acaba recurriendo a Danish.
Que lo del Campo Utopía fuera solo un sueño era algo que se veía venir y de hecho, lo he anticipado en el análisis anterior: me refiero a que no haya ocurrido en absoluto y Dot nunca haya estado con Linda ni participado de una función de marionetas para contar su terrible historia.
Ello da al episodio anterior una cuota de surrealismo muy característica de Fargo, pero a la vez le quita ambigüedades a Linda como personaje: era interesante que hubiera entregado a una adolescente para salvarse a sí misma y después hacer un refugio para mujeres; amo ese tipo de personajes contradictorios a los que Fargo, de hecho, nos ha acostumbrado. Pero no: resulta que fue asesinada por Roy y Dotty nunca lo supo, con lo cual pierde todo matiz o ambigüedad…
La historia del foso es por demás siniestra y nos llena de preguntas. ¿Sabe también Gator que su madre está allí? De ser así, se entiende que no le haya creído a Dot cuando le dijo que había estado con ella. Esa fina línea entre fantasía y realidad no fue suficientemente trabajada y no sé cuánta chance pueda ya haber porque Gator no va a durar mucho más. Y lo digo por más por los episodios que nos quedan que porque Munch lo vaya a limpiar con rapidez: no parece ser de ese tipo y se me ocurre que en su venganza pueda sacar a relucir esa cuestión nórdica que lleva varios episodios olvidada…
No obstante, el episodio ha tenido un par de momentos estéticos muy bien logrados, como la imagen de quietud que nos transmiten ese molino que apenas se mueve y cuyos engranajes chirrian oxidados, así como, a su lado, esa casa en medio de la nada. Díganme loco, pero la primera imagen que me vino a la cabeza fue de Agallas, el Perro Cobarde (Coraje, el Perro Cobarde para Latinoamérica), en la cual había una muy similar y se jugaba justamente con la idea de adentro, y por debajo de la calma, pudiera esconderse una realidad terrorífica…
Y si hablamos de series de animación, a muchos se nos habrá dibujado una sonrisa al reconocer en boca de Roy la icónica frase de Homer Simpson aun cuando el contexto, como hemos dicho, no fuera quizás el mejor para incluirla (me refiero a que suena poco creíble en un sheriff ultra conservador de discurso místico fundamentalista).
El otro gran detalle estético ha sido justamente la prolongada caminata de este último desde el auto hasta el lugar de reclusión de Dot. Cuando veinte años atrás sonaba a rabiar la canción Toxic, exitazo de Britney, no tuve empacho alguno en decir que la consideraba un temazo a pesar de ganarme con ello las burlas y risas de buena parte de mi entorno. Pues bien, parece que alguien más lo consideró así y decidió incluirlo aquí aunque, claro, en una versión mucho más oscura, siniestra y asfixiante: tóxica, si se quiere…
En fin, insisto en que no ha sido un mal episodio, pero no ha parecido uno de Fargo y lamentablemente debo decir que la serie, después de un gran comienzo, ha ido de mayor a menor en las últimas cuatro entregas, con la sola salvedad de la anterior, que parecía haber levantado nuevamente la puntería. A ver qué nos dejan las dos que nos quedan para cerrar la temporada y que ojalá hagan justicia a la historia de Fargo.
Hasta la próxima y sean felices…