Continuamos analizando la segunda temporada de Fundación con un tercer episodio cuyo título es El Rey y el Plebeyo y que aun con las consabidas diferencias de adaptación, sigue reconectándose con el mundo ideado en sus libros por Isaac Asimov. Creada por David S. Goyer, la serie es emitida por Apple TV.
Hola otra vez, psicohistoriadores. Bienvenidos a analizar una nueva entrega de Fundación y no sé a ustedes, pero debo decir que a mí esta segunda temporada me está gustando. No es que no me haya gustado la primera pero creo, sobre todo a partir de los dos últimos episodios, que esta pinta mejor y sigue creando puentes con la saga de Asimov, particularmente las novelas Fundación y Fundación e Imperio.
Pero mejor pasemos ya mismo al análisis no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
Oona
Habíamos dejado a Gaal y Salvor viajando hacia Ignis junto a la conciencia de Seldon o, al menos, creíamos que iban hacia allí. Pero lo que encuentran es un mundo desolado y sin señales de vida, un paisaje desértico solo interrumpido por faraónicas ruinas, monumentos derruídos y ciclópeas estructuras mecánicas largamente inactivas.
No parece el lugar para una Segunda Fundación, pero Seldon las anoticia de que, controlando los sistemas de la nave, no las ha llevado hacia Ignis, sino hacia Oona, antiguo emplazamiento minero imperial hoy abandonado después de haber sido vaciado.
Gaal estalla en cólera: las engañó y además, sin aparente sentido, introdujo una nueva dilación en la búsqueda de la Segunda Fundación. Él explica que ha ido allí a encontrarse con una antigua amiga que puede ayudarlo, pero no puede moverse en soledad por fuera de la nave ya que le es imposible alejarse demasiado del Radiante, razón por la cual necesita que ella le acompañe llevando el mismo.
Gaal acepta a regañadientes mientras Salvor queda allí para, según Hari, cuidar la nave: cuando le preguntan de qué habría que cuidarla, responde que el hecho de que el planeta esté deshabitado no implica que estén allí solos. Ya entenderemos el significado de sus palabras, aunque no le costaba tanto ser más claro…
A la Búsqueda de Mallow
En Términus, la reciente y traumática incineración del Guardián genera intensos debates. Nadie logra entender el porqué, aunque Poly cree que la Bóveda (o, lo que es lo mismo, Seldon), podría estar castigando a la colonia por el rumbo tomado. Irónicamente, Sermak pregunta si entonces se trata de un castigo de Dios y el sacerdote responde que castigo sí, pero no de Dios. Su credo, está claro, es la psicohistoria…
El otro gran interrogante es Hober Mallow, pues no hay antecedentes de que la Bóveda se haya antes manifestado con un nombre tan específico. Todos allí conocen el nombre (según los libros fue en el pasado parte de la colonia), pero nadie quiere decir demasiado y Poly explica en privado a Constant que es un ex monje devenido en buscavidas y vendedor de baratijas a puro engaño y charlatanería (en las novelas es un comerciante de reputación algo mejor). No se sabe por qué el plan pudiera incluirle pero, por lo pronto, ambos se ponen en marcha a Korell, donde esperan encontrarlo…
Bel Riose
Vamos ahora a la colonia penal Lepsis, donde reclusos en condiciones deplorables sufren maltratos por parte de los guardias y algunos incluso la muerte. De una nave imperial desciende Demerzel, que está allí justamente para hablar con uno de ellos y no es otro que Bel Riose (Ben Daniels), el general rebelde del Imperio que al parecer está confinado allí por su desobediencia.
Le propone libertad a cambio de volver a servirles debido a que han surgido problemas en el Borde Externo. Él exige ser restaurado en el mando de la vigésima flota con absoluta libertad de acción, además de que se libere al resto de los reos que se hallan allí confinados. Con respecto a lo primero, esa es precisamente la idea al convocarle; en cuanto a lo segundo, no es viable pero se negocian mejores condiciones de reclusión y descansos más largos.
Hay un punto más en el acuerdo y el rostro de Rios se ilumina al oír el nombre de Glawen Curr (Dino Fetscher), quien fuera su pareja y a quien creía ejecutado o, al menos, eso le hicieron creer…
Enroque
Nos vamos ahora hacia Korell, autocracia militarizada y gobernada por el comodoro Argo (Philip Glenister), con quien un comerciante recién llegado se comunica llega para ofrecerle un artículo al que llama “enroque”. Cuando Argo objeta que el único enroque que conoce es el del ajedrez, explica que es el mismo concepto y le está ofreciendo un brazalete que permite intercambiar lugares con otro sujeto de masa semejante ocupando cada uno respectivamente la ropa del otro.
Hay miradas de desconfianza y por lo bajo comentan que no es quien dice ser sino Hober Mallow (Dimitri Leonidas), cuya reputación de embaucador es altamente conocida por esos lares. Se le permite, no obstante, hacer la prueba y, para su sorpresa, el comodoro se halla súbitamente en la nave de Mallow y usando su misma ropa, en tanto que este se encuentra con su traje y sentado a su silla.
Cuando vuelven a trocarse, Argo quiere comprar el brazalete, pero Mallow manifiesta no estar ya interesado y escapa con el Ojo de Korell, reliquia que, en el intercambio, le ha robado. Digamos que no se condice con lo que había dicho al promocionar el artículo ya que, según dijo, el brazalete no podía transportar nada ajeno a la persona misma pero, dado su carácter de embustero, concedamos como beneficio de la duda que haya mentido…
No alcanza a huir, sin embargo: es detenido por los guardias de Argo y, hallándose en el mundo en que se halla, su más que seguro destino es la ejecución…
El Regreso del General
Tras su liberación, Riose es llevado a Trantor para entrevistarse con el emperador. Se niega a asearse y vestirse adecuadamente: quiere presentarse ante Day en el estado en que le ha dejado e incluso hablar con él en soledad, lo que implica la contingencia, al parecer inédita. de que Dusk y Dawn deban retirarse del recinto.
Hay recriminaciones mutuas por el pasado y mientras Day insiste a Riose en que su desobediencia puso en peligro al Imperio, este le replica que, en todo caso, lo que hizo fue ponerle a él en ridículo. Por lo pronto, se le pone al tanto de que su misión es dirigirse al Borde Externo e investigar qué tanto pueda haberse expandido la Fundación. Además, se le permite reencontrarse con Glawen y hay lágrimas porque ninguno de ambos había imaginado que se volverían a ver.
Glawen intenta hacerle ver que se halla ahora en condiciones de hacer lo quiera y podrían perfectamente ambos largarse e iniciar un camino propio: Bel siempre tuvo a la gente a favor, siendo de hecho ello y no su desobediencia lo que acabara desplazándolo.
Riose no está de acuerdo: no se considera un revolucionario ni un desertor y siente que puede hacer mucho más desde adentro del Imperio, por lo cual está dispuesto a cumplir la tarea que le han encomendado.
Volviendo entonces a ocupar su lugar en la flota y a encontrarse con sus antiguos subordinados, la formalidad del código marcial no oculta la satisfacción y emoción con que de ambos lados viven la situación. Se advierte ello, especialmente, en el reencuentro con quien fuera su dobladora de luz y a la que solicita poner rumbo hacia el Borde Externo…
Rescate y Secuestro
Poly y Constant llegan a la capital de Korell en el preciso momento en que se están llevando a cabo una serie de ejecuciones públicas con el despiadado método de dejar caer una gran estaca sobre el pecho del condenado. Cuando Poly advierte que el siguiente en ser ejecutado es Mallow, busca desesperadamente convencer al comodoro de que le permita antes hablar con el reo para que pueda marchar en paz a su encuentro con el Espíritu Galáctico. Sarcásticamente, Argo le responde que podrá hacerlo en la otra vida…
Pero cuando ya la estaca está al caer, resulta que quien se halla en el cadalso es Argo mientras que el que ocupa su silla es Mallow. Claramente, este último ha vuelto a hacer el enroque, que no requería del brazalete que en su momento promocionara sino de un pequeño objeto que todo el tiempo mantuvo oculto en la boca.
Apoderándose del yate del comodoro, echa a huir mientras Constant se pregunta qué tan lejos pueda llegar. Pero Poly sabe que va en busca de una nave y la primera que encontrará es la de ellos. Efectivamente, llegan cuando está despegando y a duras penas alcanzan a treparse para acabar reduciendo y drogando a Mallow que, en un momento, hasta siente muy cerca el aliento y los dientes de la “desgarradora”. Tras ello, ponen rumbo a Términus…
Seldon vive
En Oona, Gaal y Hari cruzan el paisaje desértico en dirección a las ruinas. Por el camino y en interesante diálogo, él le recrimina querer evitar el destino de Salvor del que tomó conocimiento con su visión del futuro. Ella objeta que no hay diferencia con lo que él hace cuando quiere dirigir el curso de la historia pero, con lógica irrefutable, Seldon replica que lo suyo es producir pequeños hechos puntuales que generen en el futuro grandes consecuencias mientras que lo de ella es pretender cambiar la historia para corregir un único hecho puntual.
La marcha se hace larga y Gaal (en definitiva la única de ambos que camina) protesta porque se suponía que la distancia a recorrer eran unos quinientos metros aunque, claro, en línea recta. En efecto, comienzan a recorrer desniveles y se introducen en un túnel que termina abruptamente en un muro al cual Seldon interpreta como puerta. Ella no ve abertura para darle ese nombre y él repone que cualquier muro puede serlo si se le hace una: otra vez lógica impecable…
Haciéndole caso, Gaal logra efectivamente abrir el mismo y se descubre un nuevo corredor por el que, a través de la oscuridad, se acerca una figura embozada portando una fuente de luz. Para su inmensa sorpresa, es Kalle (Rowena King), la poetisa y matemática que ayudara a diseñar el Radiante y de quien Gaal no puede entender que siga viva habiendo transcurrido siglos.Ya la habíamos visto interactuar con Seldon y fue de hecho, quien le guió hacia Oona, pero eso ocurrió dentro del Radiante y, por alguna razón, ya no está allí.
Hari pide a Gaal que regrese a la nave, sin que ella alcance a comprender cómo podrá salir de allí por sus medios. Seldon insiste y da instrucción de que se larguen con Salvor si en seis horas no tuvieran noticias suyas.
En efecto, Gaal vuelve y se encuentra con Salvor, pero transcurre el tiempo y Seldon no regresa, a pesar de lo cual ella no comulga con la idea de marcharse sin más. Salvor le conmina a pensar qué habría hecho él si la situación fuera inversa y le recomienda que su sentido de la moral no le impida ver lo que es correcto.
Ha llegado entonces el momento de irse, pero al momento de poner la nave en marcha, el suelo se hunde y caen varios metros: son las máquinas que. moviéndose como gigantescos cangrejos sobre la superficie del planeta y debajo de la misma, siguen activas y eliminando intrusos. Con gran esfuerzo, alcanzan a hacer despegar la nave, pero Gaal comprueba en los sensores la presencia de un ser vivo y, para su sorpresa, se trata de Seldon, que yace sobre la palma de una gigantesca mano de estatua. Eludiendo a las dantescas maquinas y en rescate antológico, logran llegar hasta él y subirle a la nave para darse cuenta de que ahora tiene cuerpo y respira…
“No lo sé”, responde cuando Gaal le pregunta cómo es ello posible…
Balance del Episodio
Me gustó esta entrega. No tanto como la anterior, que fue más rica en revelaciones y momentos de impacto además de marcar un cierto “regreso” a Asimov que nos alegró y emocionó a unos cuantos. Pero los debates lógicos entre Hari y Gaal han estado interesantes y hemos tenido un par de escapes épicos, siendo particularmente impactante desde lo visual el de Seldon en Oona.
Las máquinas me trajeron alguna reminiscencia de Star Wars o incluso de La Guerra de los Mundos, pero sobre todo me hicieron acordar a las que suelen aparecer en las ilustraciones de Simon Stålenhag y más todavía al contraponerlas con un ambiente tan alejado del urbanismo y la modernidad como el que las rodea. Por otra pare, el desierto y el nerviosismo del rescate me hicieron remitir a Dune y supongo que lo mismo habrá ocurrido a muchos.
Siguen sumándose referencias asimovianas y lo que llama la atención en este episodio es que no han sido tantas de Fundación e Imperio como sí de Fundación, en su momento primera novela de la saga a la que posteriores precuelas convirtieron en tercera. Tarde, pero seguro…
Hober Mallow es, en efecto, un personaje de la misma y también comerciante pero, como decíamos al reseñar el episodio, juega en ligas bastante mayores que el mercader sin escrúpulos y de poca monta que aquí vimos.
Aun así, nos faltan saber cosas de él, como cuál fue su pasado en la Fundación (según la serie, claro) y por qué su nombre genera allí recelo. A lo que voy es a que tal vez su pasado le acerque más al de los libros, solo que por alguna razón haya caído en desgracia o decadencia: está comprobado que la serie gusta de hacer eso con sus personajes, como es el caso de Riose. Lo que es seguro es que le espera un destino superlativo a partir del hecho de que la Bóveda le haya invocado y hasta se haya cobrado la vida del Guardián para hacerlo.
Korell también existe en los libros y, en efecto, es el planeta visitado por Mallow en misión comercial, aunque de envergadura y alcances mucho mayores. Se trata, según Asimov, de una república que de tal lleva solo el nombre, pues es más bien un estado fuertemente autocrático y militarizado que, al igual que aquí, es gobernado el comodoro Argo y se halla en estado de decadencia, lo cual pareciera condecirse con la arquitectura que vimos y los barbáricos métodos de ejecución. Se puede objetar, eso sí, que su ciudad capital, al igual que la colonia de Términus, se ve mucho menos populosa de lo que cabría esperar a partir de la lectura.
Bel Riose es sin duda el vínculo más fuerte del capítulo con Fundación e Imperio aunque, como dijimos, se le ha dado un pasado que la novela no menciona, como tampoco recuerdo referencia a su situación sentimental y mucho menos a sexualidad, tema casi tabú en la literatura temprana de Asimov que recién ingresaría a la misma a partir de los setenta. Pero, bueno, ya lo tenemos al frente de la flota y no es dato menor.
Siempre se dijo que Asimov creó a Riose inspirándose en Belisario, general bizantino caído en desgracia por desobedecer al emperador Justiniano I: de hecho, el nombre hasta parece un anagrama y en algún análisis previo hemos señalado que el escritor siempre sostuvo que escribir ciencia ficción es copiar la historia. En tal sentido, la idea de echar mano a militares rebeldes en prisión para usarlos a favor es algo que remite bastante a las prácticas de Stalin durante la segunda guerra mundial, cuando ante la invasión nazi sacó de las cárceles a muchos que necesitaba, pero que en su momento habían sido recluidos por “desviacionistas”.
En fin, la serie, por caminos distintos, parece ir encontrando a Asimov y eso es algo que se agradece de parte de quienes hemos leído los libros, por muy entendibles que sean las diferencias de adaptación. Se advierte, eso sí, que, como señalara un lector en los comentarios de nuestro análisis anterior, se mezclan libros y, como consecuencia, también tiempos. Lo que no sé es si el que ahora aparezcan tantas referencias a la novela Fundación es algo que estaría previamente estipulado o más bien se habrán ido amoldando a las quejas de los lectores de la saga.
Sea como sea, la serie parece bien encaminada y ello es motivo de celebración. Me gustaría saber la opinión de ustedes acerca de cómo la están viendo, especialmente esta segunda temporada…
Hasta el próximo análisis y sean felices…
Otra muy buena reseña. No pasan tantas cosas en este capítulo y se vuelve alejar un poco de los libros.
Al margen de mezclar personajes de los libros y de cambiar bastante a Hober Mallow, no veo que tienen en mente con al “vuelta” de Seldon. Tal vez nuevamente mezclar libros y que tenga una relación con cierto personaje que aparece en las precuelas.
Hola Diego: muchas gracias por comentar y por el concepto! Yo no vi a este episodio alejarse tanto de los libros. Sí quizás si se lo compara con el anterior, que marcó un regreso mucho más firme, pero siguieron apareciendo detalles de la saga más allá de cambios y adaptación. Es decir, comparado con el segundo episodio, será menos, pero si se considera cómo habíamos llegado hasta ahí, no es poco.
A mí tampoco se me ocurre el porqué de “revivir” a Seldon, salvo el caso quizás de darle más movilidad a su personaje y no dejarlo atado a un Radiante. No se me había ocurrido la relación con el personaje que dices y es una posiblidad…
Un saludo y gracias nuevamente por el aporte!
Me refería que se aleja un poco con respecto al capítulo anterior. Pero si lo comparamos con la primera temporada y el primer capítulo de la segunda está mucho más cercano a los libros.
Me refería que se aleja un poco con respecto al capítulo anterior. Pero si lo comparamos con la primera temporada y el primer capítulo de la segunda está mucho más cercano a los libros.