Con la entrega titulada Los Videntes y lo Visto llegamos a la mitad de la segunda temporada de Fundación. Se trata del quinto episodio de la misma y viene con un par de revelaciones. La serie, creada por David S. Goyer e inspirada en la célebre saga de Isaac Asimov, es emitida por Apple TV+.
Hola otra vez, psicohistoriadores. Una vez más aquí para analizar otro episodio de Fundación, en esta oportunidad quinto de la segunda temporada y en el cual no hemos tenido noticias de Hober Mallow, Bel Riose o Términus, sino que la trama se ha centrado básicamente en Ignis y Trántor. Hemos conocido por fin a los “mentálicos” (que fueran mencionados por el Mulo en su primera y hasta ahora única aparición) y tenido una sorprendente revelación sobre la dinastía genética.
Pero basta de introducción y pasemos a ver qué nos ha dejado esta entrega no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.
Ignis
Comenzamos con un Seldon atormentado por pesadillas y visiones en las que se le aparece Raych y le recrimina haberle dejado morir siendo su hijo: queda claro que, por mucho que hable de anteponer el plan a los sentimientos individuales, Hari es también capaz de sentir culpa…
Ya despierto y con la nave llegando a Ignis, Salvor y Gaal quieren saber cómo fue que consiguió un cuerpo después del encuentro con Kalle en la cueva, pero dice no saberlo: ¿será verdad? Salvor interpreta que debe ser un clon y Gaal acota que, de ser así, la clonación no es atribución exclusiva de la dinastía genética.
Ingresando a la atmósfera del planeta, iones negativos anulan el sistema de la nave y Salvor debe aterrizar de emergencia en plena jungla. Quedan algo magullados, pero dentro de todo bien e incluso Seldon agradece sentir nuevamente dolor físico.
Salvor dice haber visto a alguien entre la vegetación durante el descenso. Parece poco verosímil considerando que estaba entretenida en posar la nave sin estrellarse, pero ya veremos que tiene sentido.
Arma en mano, sale a buscarlo y cuando lo encuentra y el extraño se quita la capucha, grande es su sorpresa al comprobar que es… Hugo Crast (Daniel MacPherson).
Más allá de la emoción por el reencuentro, Salvor no logra entender por qué está vivo ni qué demonios hace allí; él explica que salió a seguirla calculando el período de hibernación y la trayectoria para llegar a Ignis medio día antes.
Suena delirante, pero ella parece creerle y echan a andar juntos hacia la nave. Sin embargo, Hari percibe algo al verlos acercarse y cierra de inmediato la misma además de conminar a Gaal a esconder el Radiante. Si realmente es el verdadero Hugo, podrá entrar de todas formas, pues esa fue su nave en el pasado y debería, por tanto, acceder con su huella genética. Pero la realidad es que no puede hacerlo y queda así en claro que no lo es…
Sexo, Mentiras y Vídeo
En Trántor, el guardia contratado como espía por Sareth no ha encontrado nada que incrimine a Day en el asesinato de su familia ni datos sobre el atentado. Pasa ella entonces a estrategia de alcoba y busca intimar sexualmente para conseguir información.
En efecto y una vez en la habitación de Day, no pierde detalle y descubre en los tapices tanto manchas de sangre como marcas de espada. Él acaba dándose cuenta de que está investigando y la cosa se pone tensa, pero ella se escuda en que necesita saber qué tan segura pueda vivir allí, sobre todo cuando él no es siquiera capaz de dar con los responsables del atentado. Day se compromete a hacerlo, aunque algo se ha roto y claramente desconfía de ella…
No es el único encuentro de alcoba en el palacio: Dusk está viendo junto a Rue filmaciones de antiguos momentos íntimos compartidos cuando ella era joven y él todavía Day. Al haber detalles que no recordaba, ella se pregunta qué tan posible sería que los recuerdos fueran editados: parece más reflexión que sospecha, pero Dusk se queda pensando en que Day es el único que tiene esa posibilidad dentro de la dinastía genética. ¿Es posible que tenga el control de sus recuerdos?…
Lo habla con Dawn y juntos van a consultar a la interfase de memoria de Cleon I, que solo se limita a decirles que llevan mal su legado si desconfían entre sí, pues se supone que deberían trabajar como uno.
La sensación es que hay algo que no les está diciendo y queda confirmado cuando, revisando los archivos de memoria de la dinastía, descubren que la cantidad promedio de información es parecida en todos sus integrantes, pero tremendamente superior en Cleon I. Caen en la cuenta entonces de que ellos no guardan todos los recuerdos del fundador de la dinastía, sino que hay información que se les oculta…
Sareth sigue intrigada con el atentado y, dado que en el palacio se guardan todos los recuerdos del personal, encarga a su espía que investigue y preste especial atención a quienes atendieron a Day por sus heridas. Así es como, al revisar los recuerdos de estos, reconocen a Demerzel, solo que… con media cabeza, de lo cual deducen que sigue habiendo robots inteligentes cuando se supone que ya no…
Bond… Tellem Bond
En Ignis y descubierto por Hari el engaño, llegan más sujetos armados que, renunciando a toda sutileza, perforan el fuselaje de la nave y le toman prisionero a él y a las muchachas. Les dejan confinados en un edificio que Seldon identifica como precleoniano, pero extrañamente no tienen vigilancia y ello hace que puedan salir y, siguiendo voces, llegar hasta un sitio en el que hay un grupo congregado en torno a una niña que se identifica como Tellem Bond y que dice ser la encarnación de la diosa Pa’a.
Seldon no es fácil de engañar y menos con disfraces religiosos, así que se da rápida cuenta de que la niña no proyecta sombra y por lo tanto no es real. Se presenta entonces la verdadera Tellem (Rachel House), mujer adulta que dice ser líder de los “mentálicos”, nombre ya pronunciado por el Mulo durante aquella “visión” de Gaal (temporada 2, episodio 2).
Explica que se trata de una comunidad de telépatas a quienes ha dado refugio por sufrir persecución en distintos puntos de la galaxia y deja claro que fue ella quien les hizo el llamado, como también quien insertó las imágenes de Hugo y Raych en las respectivas mentes de Salvor y Hari. De ella dice que es más sentimental de lo que cree y de él que presenta cierta opacidad en la que cuesta escarbar…
También a ellos les ofrece refugio, pero en privado pide a uno de sus asistentes información psíquica sobre sus visitantes y este le enseña un dibujo que ambos identifican como el Radiante…
Ella dice que fue mandado esconder por Seldon y su sonrisa socarrona deja traslucir que ello no debería ser problema para una comunidad de telépatas, pero sabemos que la de Gaal no es cualquier mente y si lo ha escondido, no la van a tener fácil.
“No puede haber una Segunda Fundación”, cierra Tellem en tono de sentencia y después de anunciar que encontrará y destruirá el Radiante…
Balance del Episodio
Más climática y con menos momentos de impacto que las anteriores, esta ha sido, no obstante, una entrega con algunos buenos diálogos y revelaciones interesantes. No lo digo por lo de Demerzel, claro, porque eso ya lo sabíamos, pero sí por la novedad de que la dinastía genética venga corrupta casi desde sus orígenes. ¿Cuáles son los recuerdos de Cleon I que no estuvieron después en sus clones y a qué se debió que fueran omitidos u ocultados? No lo sabemos, pero no han de ser nada bueno desde el momento en que su interfase de memoria buscó desviar el tema y optó por dar una arenga de unidad al ser consultada.
Y si en Trántor hay secretos, también los hay en Ignis, pues tampoco Kellem Bond dice todo. Hemos conocido a los mentálicos y, aunque no sepamos aún qué papel juegan, es de imaginar que por algo los habrá mencionado el Mulo en aquella visión del futuro. Y siendo también él un telépata, no es para descartar que estén interconectados o haya sido en algún momento parte de ellos. Pero también es cierto que no parecía demasiado familiarizado con el nombre cuando los mencionó en aquella visión e incluso los relacionaba con Gaal como si fueran cosa suya, así que no sé qué pensar. Por ahora, la comunidad telépata es una gran incógnita…
No hemos sabido nada nuevo del conflicto que se está cocinando en Términus y en sus cercanías, por lo que doy por descontado que ello será compensado con creces en la próxima entrega.
Tampoco hemos tenido demasiadas referencias a Asimov después de la andanada de los episodios segundo y tercero, pero sin embargo (y lo digo como lector de su obra y de la saga), no hay que cegarse sino dejarse llevar por la serie, pues han aparecido un par de puntas interesantes y, por mucho que nos guste cuando la serie se acerca más decididamente a los libros (me incluyo), también es cierto que una cierta liberación de los mismos la dota de un cierto suspenso que de otra forma no existiría.
Aclarado ello, creo que hemos visto una muy buena entrega y se avizora un escenario por demás conflictivo mientras quedamos a la espera de la próxima. Hasta entonces y sean felices…
Otra muy buena reseña Rodolfo. Después del capítulo anterior, donde paso poco, en este se ven cosas interesantes. A mí también me gusta más cuando la historia se acerca a los libros, pero también es bueno que sea presentada de diferente forma para sorprender.
Lo de los mentálicos supongo que serán los telépatas que formen la Segunda Fundación. Lo de que le haya sido ocultado información a los clones de Cleon I si bien no es algo de los libros me ha parecido un giro muy bueno.
Hola Diego: gracias por comentar y por el concepto! Coincido; a mí también me ha gustado este episodio que, como dices, ha traído algún giro interesante. Es muy posible que los mentálicos sean los que den lugar a la Segunda Fundación, pero llama la atención que justamente su líder no quiera que nazca. El rol de Tellem Bond genera verdadera intriga y quizás esté delirando, pero se me ocurre que puede haber alguna relación con El Mulo aun cuando se supone que falta todavía tiempo para que irrumpa. Veremos hacia dónde llevan el asunto…
Gracias una vez más por el valioso aporte. Un saludo y hasta pronto!