Con su tercera temporada, llegó a su fin Ragnarok, serie noruega de Netflix que, creada por Adam Price y protagonizada por David Stakston, pone a los mitos nórdicos en clave juvenil. El final, que seguramente gustará a unos pero no a otros, es verdaderamente sorprendente y redefine todo lo visto antes.
Hola otra vez, amigos de la mitología nórdica. Nos reencontramos para analizar lo que nos ha dejado esta tercera y última temporada de Ragnarok que, entre homenajes a Marvel y a Tolkien, ha llegado a su cierre con un giro final sorprendente que nos lleva incluso a dudar de cuanto habíamos visto hasta aquí. Interesante vuelta de tuerca que a la vez puede generar decepción…
Analizamos esta temporada final y hacemos balance de la serie, no sin advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí los análisis de las temporadas 1 y 2.
Alimentando a la Serpiente
Tal como quedamos al final de la segunda temporada, Magne ha llegado a una tregua con los Jutul pero, claro, son gigantes y, como tal, enemigos de los dioses, por lo que aquellos que, como Iman y Harry (respectivas encarnaciones de Sif y Týr), se habían sumado a su causa le abandonan: ella se convierte en exitosa influencer y él en destacado atleta de biatlón aun faltándole, como al dios que representa, una mano.
La tregua no impide que Magne continúe buscando pruebas y testigos contra la empresa de los Jutul por la contaminación que genera. Sin embargo, temerosos, se van bajando uno tras otro y cuando por fin consigue a una ex empleada dispuesta a testificar, aparece muerta…
Saxa, en tanto, ha sido castigada por su traición y obligada a servir a su familia como esclava, además de llevar un humillante collar. Laurits está cada vez más andrógino e iniciando relación con un empleado de hamburguesería llamado Jens, al tiempo que sigue criando a su serpiente en las aguas del fiordo.
Ello genera roces con su medio hermano Fjör, que le recrimina estarla alimentando como a una mascota con panes y galletas en lugar de darle carne humana como cuadra a la serpiente que acabará rodeando el mundo. De hecho, decide encargarse él mismo de tal menester arrojándole una empleada que lo ha denunciado por humillarla y un matrimonio de septuagenarios que eligieron mal día para hacer senderismo…
Un Martillo para gobernar a Todos
Magne no cumple con su palabra de no utilizar el martillo que, por el contrario, es el MacGuffin de la temporada y, como el anillo de Tolkien, ejerce tanto fascinación como control sobre quien lo tiene.
Munido del mismo, hace una visita a los Jutul, en quienes claramente se advierte el temor que les genera y ni siquiera objetan nada al ser obligados a pagar sus cuentas o pedir disculpas. Ran dice sentir que están muriendo, algo que no experimentó en mil años.
Laurits, aún errático entre dos familias, cree que solo pueden librarse del influjo del martillo fundiéndolo en el fuego en que fue forjado (¿alguien dijo Monte del Destino?), pero ello no es posible sin sustraérselo a Magne. Aprovechando la oportunidad, Saxa se ofrece a hacerlo a cambio de su libertad, pues viene teniendo con Magne una relación desde que este rompiera con Signy, a cuyo lado ella le convenció de que, por su condición de dios, nunca podría envejecer.
Pero la rubia vuelve a traicionar a su familia y, una vez liberada del collar, no solo no le quita a Magne el martillo sino que se asocia con él para someterlos y hacerles pagar las humillaciones de que ha sido objeto. Los Jutul quedan decepcionados y Fjör cree que la única carta ganadora que les queda es la serpiente de Laurits, a quien amenaza con matar a su novio si no colabora…
Encuentro en el Fiordo
La trampa, de la cual Fjör hace partícipe a Laurits y su “mascota”, consiste en desafiar en carrera de lanchas a Magne, a quien le ha saboteado la suya y ello le deja lejos de la costa a merced de la serpiente. Cuando, ahora enorme, la misma se hace presente, Magne le arroja el martillo y la criatura literalmente se lo traga para llevarlo hacia el fondo de las aguas.
El joven es rescatado gracias a que los cuervos han puesto al tanto a Wotan, quien vuelve a convocar a Iman y a Harry porque dice necesitarlos a todos para la batalla contra los gigantes que se aproxima.
Antes, urge recuperar el martillo y la profundidad impide cualquier rastreo submarino, pero la serpiente, como fiel mascota, se lo lleva a Laurits (literalmente se lo escupe), quien, a su vez y en gran error, se lo entrega a Fjör con la esperanza de que ello le aplaque y no haga daño a Jens ni a Magne. Ingenuo, desde luego, pero no menos que Fjör al creer que el martillo le responderá como a Magne: cuando lo arroja lejos, no regresa…
Gran Poder: Gran Responsabilidad
Wotan reúne al equipo a los efectos de urdir un plan para recuperar el martillo e incluso ha reclutado a dos más, que ascienden súbita e inesperadamente a categoría de dioses: uno es su asistente Kiwi, que pasa a encarnar a Heimdal, y el otro es Jens, que hace lo propio con Baldur.
A Laurits no le gusta la idea porque, en la mitología, el Ragnarök se inicia justamente con la muerte de este último, atravesado su corazón por una flecha. Wotan replica que las cosas no tienen por qué ocurrir de igual modo en un mundo que en el otro…
La estrategia, no muy propia de dioses, consiste en emboscar el auto de Fjör para quitarle el martillo (digamos que no se rompieron mucho la cabeza) y en efecto lo hacen, aunque interviene Saxa con su propio plan y se lo lleva. Ran la apunta con su arco, pero no puede dispararle porque es de la familia, así que desvía su diana sin enterarse que la flecha ha herido en el ojo a un niño de una casa cercana, dato que será luego clave…
Magne le quita el martillo a Saxa y otra vez se envanece, por lo que Wotan debe ponerlo en su lugar. Fumando una extraña hierba (no es marihuana, o eso dice) le hace pasar por el ritual del seidr y así ve el futuro, con el caos destruyendo el mundo. Ve su propia muerte y revive la de su amiga Isolde que, ocurrida en la primera temporada, tiene también importancia para el desenlace…
Wotan recrimina a Magne el creer que solo un martillo le convierte en Thor. “Si tienes tantos poderes, también debes tener responsabilidad” dice, en evidente homenaje a Stan Lee. Dolido, Magne pide entonces disculpas a sus compañeros, así como a Signy, a quien deja oferta de reintentar la relación.
Adiós a las Armas
La batalla se aproxima, pero Jens, haciendo uso de su flamante condición de dios con voz y voto, propone dejar a un lado las viejas armas y buscar la paz. Magne no está de acuerdo y dice que la batalla es inevitable…
La misma acaba produciéndose en las afueras de Edda, con ambos bandos avanzando por la calle uno contra el otro y en cámara lenta, escena cliché si las hay.
Sin embargo, a último momento, Magne parece asimilar la idea de Jens y arroja el martillo al suelo. Saxa hace lo propio con su lanza, Fjör con su hacha y Ran con su arco, así como también se libran de sus armas los que acompañan a Magne.
La paz ha llegado y todo parece estar bien, quizás demasiado. Los Jutur han reflexionado y cambiado, tanto que, rompiendo con su machismo, Fjör deja la conducción de la empresa en manos de su hermana, así como en el olvido sus faltas contra la familia. Esta, a su vez, hace las paces con grupos ecologistas y corrige las políticas contaminantes.
Magne ha conseguido aprobar el examen final de la escuela secundaria, aunque con un cinco por atreverse a cuestionar la sociedad y democracia noruegas. Laurits, después de tantas idas y vueltas entre familias, ha decidido mudarse con Jens.
Al ayudarle a recoger sus cosas, Magne encuentra unos viejos cómics de Thor y se lleva la sorpresa de que no solo refieren su propia historia y la del resto sino que además anuncian lo que vendrá: el inevitable Ragnarök. Hasta encuentra un martillo de juguete que remite bastante al suyo…
Revelación
En la ceremonia de graduación, Magne recompone las cosas con Signy y hay clima de felicidad, pero siente que algo no está bien por debajo de las apariencias. En efecto y no lejos de allí, Harry está entrenando en arquería al niño que recibió el flechazo en el ojo y del cual nos enteramos que su nombre es Hod, mismo de quien en la mitología nórdica asesina a Baldur y da inicio al Ragnarök.
Una flecha arrojada por este atraviesa los cristales y al propio Jens. A partir de allí, todo ocurre frenéticamente: más Loki que nunca, Laurits reúne un ejército de gigantes y marcha contra los dioses. El enfrentamiento, de lo poco impactante que la serie nos ha dado visualmente, se produce en un campo de batalla en el cual los combates cuerpo a cuerpo, a cámara lenta y entre llamas y cenizas, rinden claro homenaje a la película 300.
Todos se matan entre sí hasta que solo quedan Magne (ya para esta altura Thor) y la Serpiente de Midgard: como en el mito, consigue matarla, pero a costa de ser fatalmente envenenado por uno de sus dientes…
Lo extraño es que todo en derredor pareciera normal y la ceremonia seguir su curso. Entonces unimos cabos: cómics, martillo de juguete, muerte de Isolde, ruptura con Signy, empresa contaminante y esquizofrenia de niño: todo pareciera haberse combinado para hacerle ver lo que no era…
Y es que las cosas siguen realmente su curso y la paz parece reinar en Edda: Jens no está muerto y, de hecho, parte junto a Laurits para hacer una nueva vida. La firma de los Jultur ha redefinido su relación con los grupos activistas ecológicos y Magne ha regresado con Signy, señal de curación y de dejar el pasado atrás para mirar adelante.
¿Ha estado entonces todo en su cabeza? Por lo pronto y como probable respuesta, suena de fondo I want to know what Love is, clasicazo de Foreigner versionado por Amason (sí, con ese), banda que, paradójicamente, no es noruega sino sueca…
Balance Final de la Serie
¡Wow! No se puede decir que el del final no haya sido un giro con todas las letras aun cuando no brinde todas las respuestas y deje mucho librado a nuestros propios criterio e imaginación. El Ragnarök, finalmente, estaba solo en la mente de Magne y, de algún modo, fue un refugio al que dieron forma sus cómics y sus juguetes de niño para escapar de los traumas. Y de la muerte…
Entiendo que a muchos pueda decepcionarles porque después de tres temporadas esperábamos una resolución más acorde a la mitología y una batalla antológica con fin del mundo incluido, pero por otra parte me venía preguntando cómo recrearían algo así con las limitaciones de presupuesto que la serie ha mostrado (la serpiente de Midgard como cabal demostración).
Pero a la vez ese giro hace que mucho de lo que hemos visto tome sentido cuando parecía no tenerlo. En su momento he manifestado que me sorprendía la cantidad de concesiones a las versiones actuales de los mitos nórdicos en lugar de volver a las fuentes. Y más siendo una serie noruega. Pero ya no suena descabellado si era producto de la mente de un muchacho esquizofrénico e influenciado desde niño por los cómics.
Cabe sin embargo preguntarnos si todo estaba en su imaginación o había parte que no. No encajan mucho, por ejemplo, las escenas en las cuales él no intervenía. ¿Y quién era exactamente Wotan más allá de un anciano tuerto en silla de ruedas? ¿Cómo murió Vidar si no fue por un hacha? Insisto: no nos han dado todas las respuestas y problablemente esa haya sido la intención. A algunos podrá gustar más y a otros menos ese tipo de resolución…
En lo personal, creo que el final ha salvado a la serie en muchas de sus incongruencias o clichés. Y así como en algún momento me quejé de las concesiones a Marvel, esta tercera temporada ha sincerado tal cuestión citando incluso a Stan Lee…
Y también ha habido algún guiño a DC con Iman diciéndole a Magne que él es Batman y ella Robin. Y ni hablar de Tolkien: si había alguna duda de que la analogía entre martillo y anillo era intencional, quedó despejada cuando vimos que el cuarto episodio se titulaba “My Precious” que, traducido al español como “Mi Tesoro”, es el modo en que Gollum se refería al anillo que lo fascinaba y a la vez consumía…
De cualquier modo y aun cuando todo fuese parte de una gran alucinación, me hubiera gustado que las referencias mitológicas marcharan más a la par. Se supone que Loki es el dios del engaño, pero poco y nada hemos visto a Laurits ejercer tal rol. Saxa parecía ser encarnación de Járnsaxa, gigante amante de Thor con quien este tuvo un hijo, pero eso jamás ocurrió, ni en la realidad ni en la mente. E Iman, se nos había dicho, era encarnación de Sif, lo cual parecía anunciar que se casaría con Thor, pero tampoco sucedió y esta última temporada pareció más bien acercarla en identidad a Freyja…
Las actuaciones han sido desparejas y merece destacarse David Stakston en el papel principal o Henriette Steenstrup en el de su madre. Los Jutul dejan bastante que desear, pero el peor ha sido sin duda Herman Tømmeraas como Fjör. El resto, en general, correctos…
La fotografía ha sido uno de los puntos altos de la serie, aunque en esta temporada final se la vio demasiado opaca y oscura, lo cual no contribuyó a realzar la belleza de los paisajes de Noruega como ocurriera con las anteriores. En cambio, se ha lucido en el Ragnarök mental del cierre, con ese irreal campo de batalla. La música no ha estado mal, pero hubiera ido más acorde al contexto con orquesta que con sintetizadores (otra limitación presupuestaria).
En fin: a pesar de todas sus falencias, la serie me terminó gustando y la temporada de cierre no ha dado respiro. Y el giro del final le ha agregado interés aun cuando pueda, como dije antes, desilusionar a muchos. Pero siempre es para celebrar que las series tengan un final y no una cancelación abrupta, más aún en Netflix, que de lo segundo sabe bastante.
¿Y a ustedes qué les ha parecido? Agradeciendo el haberme acompañado a lo largo de estas tres temporadas, les invito a dejar su opinión. Hasta pronto y sean felices…
Jajaja que buena flayada el final. Raro y desconcertante, pero me gustó mucho. Se sintió similar (salvando las diferencias) al final de los soprano, esa sensación de ansiedad e incertidumbre.
Me gustó.
Hola Emiliano: gracias por comentar. En efecto y como dices, un final raro y desconcertante que, tal cual señalo en el artículo, podrá gustar a algunos y a otros no. Al igual que tú, estoy entre los primeros, más allá de algún punto flojo que he señalado. Y no se me había ocurrido asociar con el final de Los Soprano: muy buen punto.
Gracias por el aporte y que estés bien…