Star Trek: Strange New Worlds ya ha demostrado que siempre sorprende y en este octavo episodio de la segunda temporada cuyo título es Bajo el Velo de la Guerra, el tono oscuro e introspectivo se contrapone claramente con el de la entrega anterior. La serie, creada por Akiva Goldsman, Alex Kurtzman y Jenny Lumet, es emitida por Skyshowtime para España y por Paramount+ para Latinoamérica.
Hola otra vez, trekkies y no tan trekkies. Sobre el final del análisis anterior este redactor decía que quedábamos a la espera de ver con qué nos sorprendía Star Trek: Strange New Worlds la próxima vez y la respuesta la tenemos habiendo visto este octavo episodio de la segunda temporada, cuyo tono dista diametralmente del de comedia que, crossover incluido, viéramos la semana pasada.
Una entrega que, además, permite ahondar en los poco visitados tiempos de la guerra con los klingon y particularmente en el pasado de aquellos tripulantes de la Enterprise que, como Ortegas, Chapel y muy especialmente M´Benga, han estado involucrados en la misma. De hecho, da sentido a mucho de lo que habíamos visto en el episodio de inicio de temporada.
Pasemos ya mismo a analizarlo no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
El Carnicero de J´Gal
Comenzamos con la Enterprise recogiendo a un embajador que viene de mediar en un acuerdo de paz y al cual deben llevar al sistema Prospero. No es cualquier embajador: es un klingon y su nombre es Dak’ Rah, aunque prefiere que le digan Rah porque dice que los nombres klingon son trabalenguas: primera señal de que no se lleva bien con su cultura de origen.
Y es que tampoco es cualquier klingon: si bien oficia hoy como embajador de paz, tiene detrás de sí un espeso prontuario durante la guerra con la Federación que le ha hecho acreedor del título de “carnicero de J´Gal”.
Los flashbacks, precisamente, nos trasladan a los días en que se combatía en dicha luna. La estética oscura remite a los momentos de guerra klingon que hemos tenido en Deep Space 9 más que a la primera temporada de Star Trek: Discovery, que transcurría íntegra durante la misma. Fue en J’ Gal, justamente, donde Chapel y M´Benga se conocieron mientras asistían a los heridos en un hospital de campaña a cargo del comandante “Chuck” Martínez…
Si les resulta conocido el rostro de este último, se trata de Clinton Howard (hermano del afamado director Ron Howard), a quien, con apariciones fugaces, venimos viendo en la franquicia desde hace nada menos que cincuenta y siete años: como niño en la serie original (1×10) y como adulto en DS9 (justamente en el episodio Pasado, del cual hablamos en nuestro análisis anterior), así como en Star Trek: Enterprise (1×19) y STD (1×15). Habría que chequear si otro actor ha pasado por cinco series de la franquicia…
También el embajador Rah nos es conocido, aun detrás de su maquillaje klingon. No porque haya estado en la franquicia, en la cual de hecho debuta, sino por tratarse del impagable Robert Wisdom, de papeles protagónicos o recurrentes en series consagradas como The Wire, Prison Break o Nashville.
Para agasajarlo, se le prepara raktajano, infusión cuya receta ha obtenido Spock después de su reciente mediación de paz con los klingon (primer episodio de esta temporada). El embajador se quema la mano al intentar tomar la taza y decide esperar a que se enfríe, pero su reacción sirve para demostrar que por debajo de su pacífico carácter existe también un temperamento violento con posibles raíces en el pasado.
No solo eso: también vuelve a demostrar su aversión por una cultura a la que ya decididamente no pertenece y de la cual no ´pierde oportunidad de hablar mal, como cuando, viendo la vista panorámica del puente de la Enterprise, lamenta que no haya nada así en las “aves de rapiña”.
Tensa Cena
M´Benga se halla en enfermería lidiando con una biocama que ha dejado de funcionar (atención a ese detalle). Cuando se entera de la presencia de Rah a bordo de la nave, su rostro cambia por completo. No es el único: Chapel y Ortegas, que también estuvieron en la guerra, le ven también con ojos desconfiados y recelosos.
La versión difundida cuenta que Rah mató a tres oficiales klingon por no coincidir con su belicosidad y, en aras de una postura pacifista, desertó y se unió a la Federación. Pero quienes estuvieron en la guerra, no confían en él ni terminan de tragarse esa historia. De hecho, durante la cena de agasajo, Ortegas le pone en situación incómoda al preguntarle qué tan cierta es y él responde con evasivas.
Más contemporizadora se muestra Uhura, quizás por no haber estado en ninguna guerra. Valora su pacifismo, al cual justifica en el existencialismo aenar, que él reconoce y dice admirar: como señaláramos dos episodios atrás, Hemmer sigue en la serie de un modo u otro y qué bueno que así sea…
M´Benga y Chapel son quienes se muestran más retraídos y el primero de ambos pareciera por momentos a punto de estallar o saltarle encima al invitado: se nota que no le cree su conversión y cuando Rah dice que J´Gal lo ha cambiado, él acota: “a todos nos ha cambiado”, dejándole en claro que también ha estado allí.
La velada se pone tensa y M´Benga decide retirarse, pero el aire pareciera cortarse cuando Rah le detiene por el brazo para invitarle a compartir una sesión de mok´bara, arte marcial klingon del cual Worf nos diera alguna vez una clase magistral. El médico acepta y se marcha mientras Pike, notando también turbada a Chapel, la insta a acompañarle.
Heridas de Guerra
Los flashbacks nos muestran que en el hospital de campaña de J´Gal, M´Benga y Chapel atendieron a un alférez de apellido Alvarado, cuya muerte lograron evitar, pero al no tener allí forma allí de replicar órganos, no les quedó más remedio que dejarle en el buffer de transporte hasta tanto disponer de ellos. Entendemos así de dónde sacó M´Benga la idea de hacer lo mismo con su pequeña hija Rukiya, tal como vimos en la primera temporada…
Pero las cosas se complicaron y los ataques klingon dejaron a la unidad sin energía, por lo que hubo que restársela al buffer con la consecuente pérdida de vida del alférez. Chapel no se atreve a apagarlo, pero es M´Benga quien lo termina haciendo, paradójicamente para “salvar vidas”. Una lógica casi vulcana de mayoría sobre individuo…
Detrás del Cristal
Pike trata de hablar con M´Benga y advierte lo difícil que es para él tener a Rah en la nave y verle el rostro: solo alguien que ha estado en la guerra puede comprender lo difícil que es a veces el perdón.
Para evitar más tensiones a bordo, Una encuentra un atajo a través de una nebulosa para llevara Rah a destino antes de tiempo y sacarlo de la Enterprise lo más pronto posible. Spock, por su parte, intenta brindar consejo a Chapel, pero la guerra y sus consecuentes cicatrices son algo que escapa a su lógica.
La sesión de mok´bara está, obviamente, aún más cargada de tensión al estar solo presentes el médico o el embajador, sin que se sepa en qué momento alguno de ambos pueda dar un golpe de más o de modo no deportivo.
Pronto nos enteramos que la desconfianza de M´Benga se funda en saber que la historia difundida sobre J´Gal no es cierta. Y lo sabe porque fue él quien, bajo efecto del suero que vimos en el primer episodio de la temporada, mató a los tres militares klingon que Rah se adjudicó…
La supuesta deserción de este, entonces, no fue más que una mentira por conveniencia para ser bien recibido en la Federación cuando en realidad no le había quedado otra alternativa y, de hecho, su última orden antes de eso había sido matar todo lo que no fuera soldado klingon.
Descubierto en el engaño, Rah se justifica en la necesidad. La gente necesita santos y héroes en quienes creer: contar la verdadera historia hubiera significado echar por tierra su esfuerzo de paz como embajador. Insiste además en que ambos son lo mismo, pues el médico también carga con muertos y con una verdad oculta.
La tensión se traduce en lucha tras un cristal esmerilado que hace que ni Chapel ni nosotros podamos distinguir qué ocurre realmente, solo que, entre forcejeos, M’ Benga mata a Rah con un cuchillo klingon…
Su versión dice que el embajador le atacó primero y el cuchillo le sirve de coartada. Chapel, de hecho, le cubre en su historia y Pike no sabe qué postura tomar, dividido entre no avalar un asesinato y a la vez comprender el estado de ánimo de M´Benga en caso de haberlo cometido. Vaya final: tristísimo y abierto. El espectador decide…
La biocama de la enfermería ha vuelto a funcionar, pero M´Benga da por descontado que se volverá a romper nuevamente. Exactamente como él, pues los daños a la larga no se reparan… Y nos queda repicando la elíptica frase antes dicha por Chapel: “La guerra tiene sentido si has estado en ella, pero nunca tendrá sentido”…
Balance del Episodio
La mejor palabra para definir esta entrega es intensa. Y el hecho de que, salvo por los flashbacks, se haya desarrollado íntegra a bordo de la Enterprise, la hace especialmente introspectiva, minimalista, oscura y con altas cotas emocionales, pero sin moraleja…
No hay una verdad absoluta y no nos queda seguridad de nada. Las cosas, como suele decirse, dependen del cristal con que se miren y el cristal esmerilado tras el cual se produce la lucha final es justamente un velo que vuelve vagas nuestra seguridad y nuestra conciencia, a la vez que grafica a la perfección el velo de la guerra al que hace referencia el título del episodio. No sabemos qué ha ocurrido detrás o qué tan cierta sea la historia contada por M´Benga y avalada de modo cómplice por Chapel. Y ya ni siquiera conocemos bien al médico y a la enfermera cuando creíamos que sí…
A propósito de ella, ¿puede algo de esto tener que ver con que su relación con Spock no prospere y él acabe quizás refugiándose en la lógica como escape? Tampoco lo sabemos, pero ha quedado evidente un cortocircuito entre ambos en cuanto a la forma de lidiar con el pasado y sus posibles heridas.
Todo concepto de la moral se vuelve ambiguo y ese no es un planteo ajeno a la franquicia: los dilemas éticos y las disyuntivas morales la acompañan desde sus orígenes. El propio Pike queda atrapado en ellos, pues quizás esté encubriendo un asesinato y su conciencia está en conflicto: no solo no sabe qué pasó sino tampoco cómo actuaría en caso de saberlo. Y esa inacción, producto del dilema interno y que no es la primera vez que aparece, diferencia a Pike de otros capitanes y le da una personalidad propia que quizás, a la larga, tenga que ver con el oscuro destino que le espera.
Las dudas de Pike, por otra parte, son también nuestras y no acaban solo con nuestra falta de certeza sobre la inocencia de M´Benga o la justificación moral de sus actos: se enreda más cuando nos preguntamos si el pasado de Rah o su insinceridad invalidan todo lo bueno que en nombre de la paz pueda haber hecho después como embajador. No fue honesto al contar qué pasó en esa luna, pero quizás sí en su convicción pacifista posterior. La deserción fue mentira, ¿pero su conversión…?
Habrá que ver cuáles son las consecuencias legales de todo esto, pero conociendo el estilo de SNW, no es de descartar que el tema no sea necesariamente retomado en el próximo episodio, sino que haya que esperar algo más: como quienes estuvieron en la guerra, la serie no olvida nada y todo reaparece, del mismo modo que posiblemente vuelva a romperse la biocama.
La oscuridad de los flashbacks ha sido desgarradora y ayuda a que no quede huérfana la historia del primer episodio, cuando por primera vez tomamos contacto con el pasado del médico y la enfermera: una prueba más de que la serie se toma sus tiempos…
La sensación que nos deja el episodio es de tristeza, angustia e incertidumbre: no estamos seguros de nada, un planteo casi existencialista que se puede hacer extensivo a muchas cosas en la vida real y resulta extraño cerrar con una reflexión así cuando veníamos de reírnos a más no poder en la entrega anterior.
No quiero ser reiterativo, pero esta es una serie de las que más respetan la esencia y el canon de la franquicia, pero a la vez y paradójicamente una en la que nunca sabemos qué esperar y si tienen alguna duda, parece que la próxima entrega viene de musical…
Lo único malo es que nos quedan solo dos episodios antes de extrañarla por otro año. Hasta la próxima y sean felices. Larga vida y prosperidad…
Luego de mi comentario en el episodio anterior, que ya había visto además este que acá se presenta, me mordía los labios para no adelantar nada (o atar los dedos en este caso).
Creo que este está a la altura de los mejores de toda la franquicia.
Recuerda mucho a varios episodios de DS9 (un par de ellos en particular, creo que uno se llamaba The Siege of Ar 558, y el otro ni recuerdo pero era uno donde Jake Sisko estaba detrás de las líneas enemigas tratando de escribir sobre la guerra). Luego también alguno donde el protagonista invitado había sido alguien controversial en el pasado (uno sobre Neelix y un doctor (en Voyager), otro sobre Odo y su mentor, y alguno que involucraba a Kira y un Cardasiano). Todos muy similares y muy fuertes.
También me recuerda a uno donde Chakotay, Kim y Tom reviven una guerra de otro pueblo, y otro más de TNG donde Riker, O’Brian y alguien mas pelean en una guerra equivocada y al volver a la Enterprise, descubren que los que combatían eran los buenos (solo que eran muy feos).
Muchas cosas me vinieron a la mente con este episodio.
Claro que aquí ya estamos con el ritmo de cómo se escriben las cosas en 2023, lejos tal vez de lo pausado que podría ser en los 90. Así que el episodio tiene un ritmo superior.
Bravo por los guionistas!
Hola Diego: gracias por comentar. En efecto, así es: la oscuridad con que está recreada la guerra en los flashbacks hace acordar a más de un capítulo de DS9 y las historias de invitados controversiales son muy de la franquicia. No solo eso, sino que tampoco es el primer embajador al que les toca llevar.
Pero bueno, como dices, el enfoque está adaptado a los tiempos actuales, sobre todo por la forma en que se define la historia, que hace difícil asumir un partido. Es una gran serie y el capítulo que sigue es también excelente, pero radicalmente distinto a este. Lo que es una pena es que después queda solo uno.
Gracias por el valioso aporte de siempre, Diego. Larga vida y prosperidad…
Este episodio me ha parecido genial, una mezcla de intensidad, como dices, el concepto de la moral, como salvan a Alvarado y luego tienen que sacrificarlo para poder salvar al resto de soldados. Como Rah se nos presenta como un héroe, aunque en realidad fue un asesino y como nos muestran que ese siglo XXIII tampoco es tan perfecto como nos lo han mostrado, la crueldad de la guerra. Solo dos cosas nos sacan del canon, el raktajano, que es replicado y se supone que hasta el siglo XXIV no existen los replicadores, y que aqui vemos la sangre roja de los klingons cuando creo recordar que en Star Trek VI la sangre era de color rosa oscuro. por lo demás un gran episodio de una gran serie.
Hola Joseluis: gracias por comentar! Totalmente de acuerdo en la apreciación del episodio. Ups, ¿replicaron el raktajano? ¿Fue así? Yo creía haber entendido que Spock lo hizo con la receta que obtuvo después de aquel acuerdo de paz del primer episodio de la temporada. Tendré que ver otra vez. Buen detalle el de la sangre de los klingon. Gracias por el valioso aporte de siempre y en efecto es una gran serie. ¡Larga vida y prosperidad!
Por ahora es lejos el mejor capitulo de la temporada y me encantó el contraste con el anterior y su comedia. Sinceramente prefiero el drama, la tensión y las emociones fuertes que es todo lo que me dio este episodio. Me gusta mas la serie cuando se mueve por los tonos oscuros pero tampoco puede ser siempre así ya que no es la esencia de la saga y agradezco la variedad. El doctor M’Benga tuvo una vida MUY dura tanto por lo de su hija como por lo que vivió en la guerra y que haya podido salir adelante luchando contra todo eso lo convierte en mi personaje preferido.
Por ahora es lejos el mejor capitulo de la temporada y me encantó el contraste con el anterior y su comedia. Sinceramente prefiero el drama, la tensión y las emociones fuertes que es todo lo que me dio este episodio. Me gusta mas la serie cuando se mueve por los tonos oscuros pero tampoco puede ser siempre así ya que no es la esencia de la saga y agradezco la variedad. El doctor M’Benga tuvo una vida MUY dura tanto por lo de su hija como por lo que vivió en la guerra y que haya podido salir adelante luchando contra todo eso lo convierte en mi personaje preferido.
Hola nuevamente HertinTrek y muchas gracias por comentar! Yo pienso que Star Trek es una franquicia que siempre se conduce entre el drama y la comedia, por lo que es lógico que haya episodios que tomen uno de los dos caminos y episodios que tomen el otro. Este, particularmente, me ha parecido terriblemente intenso, dramático y en algún punto hasta depresivo, pero excelente. Y además, como dices, ayuda a entender mejor a M´Benga. Gracias por tus valiosos aportes! Un saludo
De nada Rodolfo ya solo me quedan 2 capitulos y los voy a ver ahora con su correspondiente comentario en esta pagina. Esta serie un un placer absoluto como lo fue lograr que gente a la que se la recomendé la vea.