Bienvenidos a un nuevo análisis de Superman & Lois. Toca el capítulo 11 de la tercera temporada, “Complicaciones”, donde Clark ayuda a Lois a prepararse para su mastectomía, pero debe dejar a su esposa y a sus hijos antes de la operación ya que tiene que ayudar a John Henry y Sam a localizar a los Mannheim antes de sus acciones puedan poner en peligro a toda Metrópolis, incluida la propia Lois.
Enlace a los análisis anteriores de Superman & Lois.
La batalla de Lois contra el cáncer de mama está a mitad de camino, ya que aún le queda someterse a una mastectomía doble para extirpar completamente los tejidos cancerosos. Se prepara mental y físicamente para la cirugía pasando tiempo con sus amigos, Lana Lang y John Henry Irons.
Al mismo tiempo, Peia, Bruno y Matteo planean escapar de Metrópolis para vivir felices en su casa de la playa. Matteo también se siente bien, con la esperanza de un nuevo comienzo para sus padres a pesar de haber perdido a su novia y a la mayoría de sus amigos desde que cometió un crimen al permitir que su madre escapara de Defensa.
Toda esta introducción irradia esperanza. Unos nuevos comienzos, mejores cosas para el futuro. Pero la vida casi nunca funciona de esa manera, y podemos ver que el estado de Peia empeora por horas. A pesar de al principio parecer estar bien, tal y como era de esperar la cura va perdiendo efectos y empieza a perder el control de sus poderes. Su enfermedad se manifiesta a través de una serie de ataques de tos que desencadenan sus estampidos sónicos. Es especialmente espeluznante el momento en el que sin querer desintegra a uno de los secuaces de Bruno. Desde ese momento queda claro que no hay vuelta a atrás.
Sincerándose con Kyle
Después del final de episodio de la semana pasada estaba claro que Clark y Kyle tenían una conversación pendiente. Nuestro protagonista se sincera y le dice a su amigo que sí, que es cierto, él es Superman. Kyle se lo toma bastante bien, aunque tiene una discusión con Chrissy porque ella le ocultó este secreto.
Pero hay otro conflicto dentro de la familia Cushing. Sarah se encuentra inmersa en una espiral depresiva debido a sus errores en el episodio anterior. Obviamente, Lana está viendo sombras del pasado e inmediatamente acude a Kyle para hablar los dos con su hija (recordemos que Sarah ya intentó suicidarse).
Esto lleva a una escena bastante sólida en la que Kyle habla a su hija sobre los errores que cometió en el pasado (alcoholismo). Pero esos errores le han forjado como la persona que es hoy y el superarlos le ha hecho más fuerte, sobre todo al tener un propósito en la vida que no es otro que cuidar de su familia. Sarah parece convida y acepta de buen grado el consejo de su padre, aunque no parece muy feliz con la idea final: que trabaje en la cafetería para que aprenda a ser responsable.
Y toda esta conversación hace recapacitar a Kyle, que acepta que Chrissy tenía razón al no contarle el secreto de Clark y se reconcilia con ella.
La relación entre Matteo y Natalie
Nat sigue sin poder superar el hecho de que ya no va a poder ver más a un Matteo al que se ha tragado la tierra. Su padre intenta hacer ver a la chica de que tiene que dejar atrás esa historia por más que la duela ya que no hay nada que hacer. Matteo ha hecho su elección y no puede luchar contra eso.
Pero cuando Peia empeora, Matteo busca ayuda y Nat le encuentra en el ático de la familia Mannheim. También llegan allí John Henry y Bruno que tienen sus más y sus menos. Pero aparece la nobleza de un John que no duda en ofrecer su ayuda a Bruno y Matteo para intentar ayudar a Peia.
Y llegó el día de la operación
Cuando por fin llega el día de la operación de Lois todo se descontrola. Peia ha perdido el control de sus poderes y estos empiezan a afectar a todo Metrópolis, dejando a la ciudad sin luz ni comunicaciones, incluyendo el hospital. Pero Lois no quiere ni oír hablar de un aplazamiento, bastante le ha costado armarse de valor para la intervención para tener que dejarla para otro día.
Nuestra protagonista tiene claro que Peia no está haciendo esos destrozos a propósito ya que sabía que hoy era cuando la operaban. Clark duda, pero su esposa le convence, no hay odio en Peia así que tiene que estar perdiendo el control de sus poderes.
Así que los médicos llevan a Lois al quirófano en un momento de calma y Superman se une a Sam y John Henry en Defensa para intentar localizar a Peia.
Mientras, Jordan desarrolla un nuevo poder, justo en el momento más inoportuno. Empieza a usar su visión de rayos-x sin control, poniendo al borde del ataque de ansiedad. Menos mal que Jon está allí para ayudar a su hermano que poco a poco controla su nuevo poder, usándolo incluso para ayudar cuando las cosas se ponen feas en el quirófano.
Al final, Peia sale del escondite donde estaba con todo su poder totalmente descontrolado y Superman logra localizarla. Nuestro héroe acude en su ayuda a pesar de todo lo que ha pasado y comprende por lo que está pasando. Su consejo no es otro que se deje ir, que deje de luchar una lucha que no tiene sentido. En ese momento la mujer se rinde por fin y Superman la coje en brazos para llevarla al cielo de la ciudad donde Peia muere en una enorme explosión.
Superman desciende del cielo con Peia en los brazos hasta el ático de los Mannheim y les dice a Bruno y Matteo sus últimas palabras, que los ama más que a nada. Matteo y Bruno están de duelo y, sin embargo, a pesar de todo lo sucedido, Nat y John Henry están ahí para apoyarlos. Ven dos espíritus afines en los Mannheim y, por lo tanto, a pesar de su ira (e incluso odio en el caso de John Henry), todavía están allí en su momento de dolor.
La operación de Lois salió bien y está en casa recuperándose. Clark le cuenta lo que pasó con Peia y, aunque está triste, es consciente de que no puede haber otro desenlace.
Consecuencias
Tanto Bruno como Matteo están detenidos en Defensa, y Bruno promete revelar todo lo que ha hecho si se retiran todos los cargos contra su hijo. A pesar de ser un ser humano horrible, Bruno todavía quiere que su hijo tenga la mejor vida posible y se da cuenta de que no puede tener eso si está en prisión. John Henry le asegura que Matteo estará bien atendido. Esto no sorprende a Bruno. Finalmente admite que John Henry es un hombre mejor de lo que nunca será.
Las últimas escenas del episodio de esta semana revelan que algo más ha despertado en las profundidades del laboratorio de Bruno Mannheim. Podemos ver a Bizarro Superman resucitado saliendo del laboratorio y apenas controlándose.
Valoración del episodio
Muchas cosas y muy intensas todas las que ocurren esta semana. Empezaremos por el empeño de los guionistas en que empaticemos con Peia y Bruno. Está bien que nos muestren su lado más humano, pero al final siguen siendo dos personas horribles que no dudan en querer escapar cuando parece que Peia esta curada. Son dos asesinos y dos criminales que han hecho cosas horribles. Ellos insisten que ha sido por amor y por buscar una cura a la enfermedad, pero siempre que han tenido la oportunidad de hacer el bien han pasado olímpicamente. Sólo se deciden a ser “buenos” cuando no tienen más remedio. Como esa última escena donde Bruno se entrega y confiese para salvar a Matteo. Vamos es que solo faltaba. En fin. Todo este tema creo que ha sido uno de los puntos más débiles de la temporada.
La escena de Superman diciendo a Peia que se deje ir es una de las mejores de toda la serie. Ya vimos en el capítulo seis como le costó a nuestro héroe aceptar que era posible que tuviera que dejar ir a Lois y como pudo superarlo. Pues bien, ese aprendizaje le lleva a poder prestar todo su apoyo a una Peia en sus últimos momentos.
No puedo dejar de señalar que una vez más Jon demuestra que es el mejor personaje de la serie. Puede que no tenga poderes, pero es gracias a él que Jordan logra controlar los suyos en unas escenas en donde los dos personajes brillan a gran altura. Y me encanta la lección que Jon le da a su hermano cuando este se queja por tener poderes. Ya le dejó las cosas claras al mismísimo Superman en el capítulo anterior, y ahora lo vuelve a hacer con el niñato de Jordan.
Otro personaje que demuestra de que pasta está hecho es John Henry. A pesar del odio que siente por Bruno, es capaz de dejar atrás ese sentimiento para apoyar a su enemigo cuando muere su esposa y cuando le promete que velará por su hijo. John es mucho mejor hombre de lo que Bruno será en la vida y además sabe que de esta manera podrá hacer feliz a su hija. Para quitarse el sombrero.
En cuanto a los Cushing, pues como de costumbre. La conversación de Lana y Kyle con su hija está bastante bien llevada y el hecho de que la hagan coger un trabajo para ser responsable me parece una idea genial. Pero el echo es que Sarah se ha convertido en un personaje muy desagradable con el que es muy difícil empatizar, lo que unido a que estas escenas cortan el ritmo del resto de tramas, hace que siempre se me haga bastante cuesta arriba ver a esta familia.
Y para el final, lo mejor. Sólo quedan dos episodios y esa última aparición de Bizarro promete ponerlo todo patas arriba. Sin olvidar que la confesión de Bruno hará que Lex Luthor sea puesto en libertad, algo que todos los fans del Hombre de Acero estamos deseando ver.