Disney+ estrenó el pasado miércoles día 22 de septiembre los tres primeros episodios de Y: El último hombre. La serie está basada en los cómics del mismo nombre de 2002 de Brian K Vaughan y Pia Guerra, publicados durante seis años en sesenta números. Fue uno de los comics básicos de la DC Vértigo (Vértigo Comics, un sello filial de DC dirigido a un público más maduro), junto con Sandman, de la que ya tenemos trailer, anunciado en el evento Tudum de Netflix.
Parece ser que la idea es continuar esta serie durante cinco o seis temporadas, hasta completar el cómic, aunque todavía no se ha comunicado siquiera la posibilidad de una segunda temporada. De momento tenemos esta primera tanda de 10 episodios que Disney+ emitirá en formato semanal cada miércoles.
Y: El último hombre. Reseña del cómic.
Y: El último hombre.
Todos los hombres mueren, y la humanidad queda en manos de la mujeres. El caos reina en una sociedad que llora a sus seres queridos y pide a gritos una explicación a lo ocurrido, mientras se empieza a notar la precariedad, provocando masas de mujeres enfurecidas que buscan comida. Un post-apocalipsis donde los servicios primarios han quedado abandonados al haber estado dirigidos siempre por hombres, y ahora están paralizados.
Pero no todo está perdido, Yorick Brown (Ben Schnetzer) y su mono capuchino Ampersand (&) han sobrevivido a esta especie de virus genético que mata a todo aquel ser vivo portador del cromosoma Y. Un joven de veintitantos años, sin un futuro claro, que vive del dinero prestado por sus padres, parece tener la clave de este enigma. El día de antes de la catástrofe humanitaria le había pedido matrimonio a su novia Beth, pero ella lo había rechazado. Yorick no es precisamente un héroe ni un triunfador, pero algo debe de tener cuando sigue vivo.
Tres episodios para atraparte
Disney+ quiere atraparte con Y: El último hombre, y para ello ha estrenado los tres primeros episodios seguidos. Esto se debe a que estos primeros capítulos se caracterizan por tener una narrativa lenta. La serie se toma este tiempo para presentarte a los protagonistas de forma exhaustiva, tanto que nos da la sensación de que después de tres horas estamos en el punto de partida.
Durante este primer episodio conocemos a los que serán los protagonistas de Y: El último hombre. Como ya he dicho, Yorick es un hombre sin un futuro laboral que vive casi de prestado. Su hermana Hero (Olivia Thirlby) es paramédica con una relación amorosa complicada y una adicción que está superando.
También conoceremos a Jennifer Brown (Diane Lane), madre de ambos y congresista, cuya relación con el actual presidente está viéndose afectada negativamente por unas declaraciones sexistas que ella hizo sobre él, llegando a llamarlo misógino.
Entre medias nos presentarán al agente 355, o Sara, (Ashley Romans); una agente perteneciente a una agencia ultrasecreta que está al servicio directo del presidente. He de decir que es la que más me ha gustado de todos los personajes que hasta ahora conocemos. Sara tiene una fuerza y determinación que la convertirán en un líder capaz de tomar decisiones sin que le tiemble la mano.
Será a finales del primer capítulo cuando llegue la muerte instantánea de todos los hombres, dejándonos imágenes duras donde los hombres caen fulminados mientras la sangre corre por su nariz y sus bocas; junto con madres desesperadas que piden ayuda con sus hijos entre sus brazos.
El segundo episodio comienza con el gobierno republicano aniquilado y la sucesora designada para ocupar el cargo de Presidenta de los Estados Unidos es la congresista demócrata Jennifer Brown. Ocultas en el Pentágono, tratan de que el país vuelva a funcionar mientras las revueltas se suceden cada vez de forma más violenta.
Este segundo capítulo gira en torno casi exclusivamente de Jessica. Los problemas a los que se enfrenta, las decisiones que tendrá que tomar para salir del caos, y los primeros indicios de segregación interna que vendrán de la mano de la hija del presidente fallecido. Kimberly (Amber Tamblyn). Todo ello enfocado más en un drama de poder y traiciones que en otra cosa.
Durante este episodio Jessica pedirá a Sara que vaya en busca de su hija Hero, pero lo que en su lugar encontrará será más peligroso de lo que ella suponía. Sara regresa con Yorick y Ampersand, y ambos tienen que ocultarse para evitar que el caos sea aún mayor.
El tercer episodio continúa con el drama político post-apocalíptico. Jessica tiene más decisiones que tomar, y Kimberly empieza a buscar apoyos para atacar a Jessica y quitarle el poder. Mientras tanto, llega la noticia de que hay una superviviente que podría ser la sucesora designada como presidenta de Estados Unidos, por encima de Jessica Brown. Todo parece complicarse para ella.
Lo más reseñable de este capítulo llega al final del mismo, cuando Sara toma la decisión de llevarse a Yorick para que una controvertida genetista lo vea. De nuevo podemos ver la aptitud del joven, que lo único que quiere es encontrar a su novia Beth y pasar con ella el resto de su vida. Y también vemos el carácter de liderazgo de Sara, que incluso con las dudas de Jessica, consigue lo que ella cree que es lo mejor.
En resumen
Y: El último hombre, es una serie que ha empezado demasiado lenta. Entiendo que eso era necesario para poder conocer mejor a sus protagonistas, pero han habido momentos que con tanto drama político he llegado a desconectar. Parece que estos tres primeros episodios han sentado la base de lo que en un futuro nos encontraremos. Todavía es pronto para decir nada más, solo espero que el resto de la serie cumpla y sea más dinámica, quedando a la altura del cómic que adapta.
Saludos y sed felices.
Me está costando bastante verla.
Es como el cómic, pero peor en casi cualquier aspecto, sobre todo echo en falta el humor negro de la obra original, aunque se nota que le han echado billetes a la producción; no sé si todos los problemas que han tenido con el cambio de actores les habrá pasado factura. A ver si va cogiendo ritmo según avanza.
Un saludo.
Hola Manuel
Gracias por el comment. Me pasó lo mismo que a ti. No vi los episodios seguidos, de hecho los dejaba a mitad. Incluso, más veces de las que debería, desconecté por completo y me tocó volver para atrás por si me había perdido algo importante para darme cuenta de que no, nada importante había sucedido… Todo era más de lo mismo. No me desagradan los drama políticos, pero es que ni siquiera en ese aspecto notaba avance, todo era igual.
Como bien dices a ver si se anima y coge ritmo.
Saludos.