Después de tres películas juntos, llega una nueva colaboración entre el aclamado director Yorgos Lanthimos y Emma Stone, donde la actriz busca su sexta nominación al Oscar y la posibilidad de llevarse su tercera estatuilla gracias a esta cinta en la que combina numerosos matices en su interpretación.
Bugonia explora la historia de Teddy (Jesse Plemons) y Don (Aidan Delbis), dos primos que consumen de forma masiva teorías de la conspiración hasta el punto de convencerse fervientemente de que Michelle Fuller (Emma Stone), la directora ejecutiva de una poderosa compañía es, en realidad, una alienígena encubierta que pretende destruir a la humanidad. Por ello, Teddy y Don planean secuestrarla con el objetivo de salvar al mundo.
El tono
Comenzando por el tono de la película, este es espectacular, pues Yorgos Lanthimos utiliza toda la excentricidad de su cine y la lleva a una historia más terrenal, centrada únicamente en dos personajes convencidos de sus creencias. Esto beneficia enormemente al filme, ya que al tratarse de dos individuos completamente alejados de la realidad, da pie a momentos de sátira y comedia muy divertidos. A pesar de que los protagonistas no son en absoluto personas con las que uno pueda identificarse, la película logra que el espectador los comprenda y que, en ningún momento, se haga pesada.
Asimismo, la cinta incorpora elementos de thriller, con un gran componente de suspense. Las escenas de tensión están magníficamente logradas, en parte por las actuaciones y la dirección, pero sobre todo por el tono: al ser tan hilarante y excéntrico, el espectador siente que cualquier cosa podría suceder, lo que incrementa la sensación de suspense y lo mantiene al borde del asiento durante toda la proyección.
La dirección
El estilo de Yorgos Lanthimos es ya bien conocido, y aquí no renuncia a él. El director emplea todo aquello que hace especial a su cine y lo potencia al máximo. Ningún personaje es completamente moral o íntegro; de hecho, muchos son directamente despreciables, pero aun así Lanthimos se acerca a su trasfondo para que el público pueda entenderlos. Sus personajes no son excéntricos por el simple hecho de serlo, sino porque existe un motivo narrativo que lo justifica, y eso encaja a la perfección con la trama, haciendo que cada acción y cada detalle resulten más interesantes.
Lanthimos sigue recurriendo a planos incómodos o poco convencionales: en muchas escenas se emplean planos macro para incomodar al espectador, especialmente en momentos de gran impacto o tensión, generando una experiencia visualmente perturbadora pero totalmente coherente con la historia que se cuenta. Además, utiliza planos cerrados y entornos claustrofóbicos para reforzar la atmósfera opresiva que la película busca transmitir.
El director consigue, además, una cuarta colaboración con Emma Stone especialmente satisfactoria, donde se notan la complicidad y comprensión mutua entre ambos. Tras los comentarios de que con Kinds of Kindness su colaboración podía estar llegando a su fin, Bugonia demuestra que, con el guion adecuado, ambos pueden seguir creando obras notables.
El guion
El guion de la película es uno de los mejores del año. Bugonia parte de una premisa aparentemente absurda para abordar temas de enorme relevancia actual. A través de la sátira, realiza una crítica contundente a la desinformación y a cómo las personas pueden llegar a extremos insospechados por la necesidad de sentirse aceptadas o de encontrar un propósito.
La película también plantea que estas conductas no surgen de la nada: siempre existen advertencias, decisiones o acciones previas que pudieron evitarse, pero que acaban marcando a las personas y condicionando su futuro. Bugonia combina todos estos temas con una sátira constante, sin perder coherencia en ningún momento, reforzando el mensaje sobre lo absurdo del pensamiento humano y, al mismo tiempo, mostrando la humanidad que hay detrás de esas ideas.
En lo puramente narrativo, el guion destaca notablemente: la atmósfera acompaña el tono, pero es el guion el que hace que todo fluya. La película se compone en gran medida de extensas confrontaciones dialogadas, que jamás resultan tediosas, ya que cada intercambio tiene peso narrativo y ayuda a entender mejor a los personajes y sus motivaciones.
Las actuaciones
Sin duda, lo mejor de la película son las actuaciones. La historia cuenta con pocos personajes, pero cada uno tiene su momento de lucimiento. Aidan Delbis, como Don, ofrece una interpretación impresionante: su personaje, aunque ingenuo, es complejo y revela múltiples capas, mostrándose vulnerable y necesitado de validación constante por parte de Teddy. El resultado es una actuación cautivadora, con momentos profundamente conmovedores.
Jesse Plemons continúa demostrando ser uno de los mejores actores de su generación. Su interpretación de Teddy es extraordinaria: transmite la paranoia del personaje en cada gesto, en su forma de hablar y moverse. Todo en él refleja ansiedad, inseguridad y una falsa sensación de poder, lo que da lugar a una interpretación realmente memorable.
Emma Stone
Merece una mención aparte Emma Stone, quien ofrece una de las mejores interpretaciones del año. Su personaje es testarudo y directo, y aunque pasa la mayor parte del metraje en una situación de secuestro, logra mantener la sensación de tener el control absoluto en todo momento. Stone lleva su papel a otro nivel: domina cada escena con su mirada y su voz, transmitiendo las intenciones de su personaje incluso sin necesidad de diálogo.
En algunos momentos resulta detestable; en otros, una víctima que despierta compasión. En esa montaña rusa emocional, Emma Stone demuestra una vez más por qué es una de las actrices más talentosas de su generación, y por qué, a su edad, ya cuenta con dos premios Oscar.
Lo negativo
Si hubiera que mencionar algo negativo, sería precisamente la excentricidad del estilo de Lanthimos, que puede no conectar con todos los espectadores. Es una película tan extraña y con personajes tan cercanos a la caricatura que puede resultar difícil empatizar con ellos. Para quienes estén familiarizados con su cine será una experiencia fascinante; para los recién llegados, quizás algo desconcertante.
Por otro lado, la trama puede resultar algo predecible: se intuye desde el principio hacia dónde se dirige la historia, y aunque intenta ocultarlo, el desenlace no es especialmente sorprendente, lo que puede restar algo de fuerza al último acto.
En definitiva, Bugonia es una película sumamente relevante, que aborda temas de plena actualidad explorando lo absurdo del pensamiento humano y criticando los mecanismos que conducen a ese tipo de realidades. Al mismo tiempo, reafirma a Emma Stone como una de las mejores actrices del momento y a Yorgos Lanthimos como uno de los directores más únicos y arriesgados del cine contemporáneo.










