InicioCineCrítica de La conferencia (2023), un slasher a la sueca

Crítica de La conferencia (2023), un slasher a la sueca

Netflix ha estrenado La conferencia (Konferensen), un slasher que mezcla gore y crítica social y que, por momentos, parece una gamberrada más de Alex de la Iglesia. Pero no, aunque parezca mentira estamos ante una película sueca. Ay, si Ingmar Bergman levantara la cabeza… igual le gustaba. Vamos al lío.

Que buenos son los funcionarios que nos llevan de excursión

En La conferencia un grupo de funcionarios suecos realiza un escapada / reunión de trabajo en un campamento de cabañas, cerca de un pueblo donde va a construirse un centro empresarial que no ha pedido nadie. Se ve que en Suecia los funcionarios no son como aquí y se relacionan con la Administración como si fueran empleados de una empresa privada. Eso no es obstáculo para que fluya la corrupción (¿qué pensabais? ¿que Suecia es el paraíso? pues va ser que no) y tres de ellos intenten beneficiarse de un proyecto destinado al fracaso.

El caso es que la construcción del susodicho centro comercial no ha sentado bien a alguien y en justa venganza cazará a todos los funcionarios uno por uno, y de propina a los trabajadores del campamento por haber apoyado el proyecto.

conferencia

A partir de aquí, como en todo slasher que se precie, asistiremos a las muertes del funcionariado en sus más grotescas y sangrientas variantes. Por supuesto, desde el minuto uno sabemos quién va a parmarla y quién sobrevivirá. Es más, hay tres funcionarios que están pidiendo a gritos que alguien lo mate y los remate, por corrupto, por pelota y por ser la jefa. No sentimos nada de pena por ellos, la verdad.

En ese sentido, La conferencia presenta la particularidad de que la muerte de sus protagonistas no sólo no nos dan pena sino que nos dan igual (excepto, quizás, el del funcionario joven con gafas; si, no me he aprendido ni los nombres). Ahí han estado finos en su elección porque los funcionarios tienen mala fama y cargan con todo lo negativo de la Administración (nota: los males del sector público no provienen de los funcionarios sino de los políticos pero ese es otro tema).

Así pues, lo que nos pica en La conferencia es ver cómo mueren y en qué orden. Lo malo es que la variedad de muertes deja mucho que desear. La mayoría mueren por golpes, algún tajo y poca cosa más a manos de un asesino tirando a garrulo y demasiado previsible en todo, incluso en su identidad. Tenemos también a una funcionaria que ahorcada, lo que ya es bajar el listón. Para ver originalidad y glamour a la hora de matar y morir, mejor pasarse por La caída de la casa Usher.

conferencia

Mezcla géneros, que algo queda

Esa es la premisa del director Patrik Eklund y su co-guionista Thomas Moldestad. La película empieza como una comedia con toques de crítica social y deriva en un slaher de medio pelo que al principio te acojona un poco pero que acaba por provocar risa. A medida que avanza la historia, los personajes devienen cada vez más en un cliché y eso hace que nos importen entre poco y nada. Es una lástima porque un grupo de funcionarios, aunque sean suecos, podría haber dado mucho más de si.

Esa deriva, ese no saber muy bien a qué carta quedarse, convierte La conferencia en una cinta algo irregular y fallida. La mejor manera de verla es no tomársela en serio, ni en el sentido de crítica a la corrupción y la especulación inmobiliaria, ni en el de película de género. ¿Quizás cómo parodia? Si, por ahí disfrutaremos más, sobre todo en su tramo final. Menos mal que apenas dura una hora y media. Un saludo, sed felices.

Pedro Pérez S.
Pedro Pérez S.
Aficionado también al cine, las series de televisión, la literatura fantástica y de ciencia ficción, a la comida, la cerveza y a todas las pequeñas cosas que nos hacen felices.
ARTICULOS RELACIONADOS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimos artículos

Comentarios recientes