El Padrino es una de las mejores películas de la historia del cine. Eso es así. Una afirmación sobre la que no voy a admitir ninguna discusión. El año pasado se cumplieron 50 años de su estreno (1972) y Paramount, su productora, se animó con la realización de The Offer, una serie de ficción en la que recoge el tortuoso y complicado camino que tuvieron que seguir los responsables de la cinta para poder llevar este proyecto a buen puerto. Y ahora que SkyShowtime, la plataforma de streaming de Paramount, está disponible en España, podemos disfrutar de esta fantástica serie en la comodidad de nuestros hogares.
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A lo largo de 10 capítulos vamos a ser testigos de las experiencias de Albert S. Rudy, productor de la película y principal protagonista de la serie. No en vano en los títulos de créditos se nos recuerda que la serie “está basada en la experiencia de Albert Ruddy al hacer ‘El Padrino'”. Y esto es algo que hay que tener en cuenta ya que lo que vemos es el punto de vista del productor, un punto de vista con el que otros responsables de la mítica película no están necesariamente de acuerdo.
Una vez puesto en antecedentes, lo primero que hay que destacar es que la serie, como tal, es muy, pero que muy entretenida. Los múltiples problemas a los que se enfrenta Rudy (al que da vida de manera brillante Miles Teller) a la hora de sacar adelante un proyecto tan complicado y cómo los va solventando nos mantienen pegados a la pantalla sin solución de continuidad.
Y es que no fueron pocos los impedimentos a los que Rudy tuvo que hacer frente. El primero, lograr que le dieran el puesto de productor de la cinta, algo que consiguió camelándose al jefe de Paramount de la época, Robert Evans (Matthew Goode). De hecho, uno de los puntos fuertes de la serie es la relación que se establece entre Rudy y Evans que, con sus altibajos y problemas, acaban conformando una gran amistad. Además, Goode está soberbio dando vida a Evans y comiéndose la pantalla cada vez que aparece.
Luego había que comprar los derechos de un libro que, aunque fuera todo un superventas, tampoco estaba demasiado claro que pudiera ser trasladado al cine de manera correcta. Sobre todo, porque en los 70 las películas de gánsteres no estaban muy bien consideradas.
Además, Mario Puzo (Patrick Gallo), el escritor, quería ser el encargado de escribir el guion aunque no tuviera experiencia previa. Al equipo acaba uniéndose la última pata del banco que hizo posible la película: el director: Francis Ford Coppola (Dan Fogler), que coescribió el guion junto a Puzo naciendo una gran amistad entre ellos.
De hecho, Coppola siempre se ha negado a trabajar en más partes de la saga sin Puzo, por lo que ahora que este último está fallecido, nos podemos ir olvidando de ver alguna vez El Padrino IV. A estos cuatro personajes se une Betty McCartt (Juno Temple), secretaria de Rudy y mujer adelantada a su época, con un amor por el cine y unos recursos e inteligencia vitales para sus jefes.
Una vez que el proyecto se pone en marcha van surgiendo mil problemas derivados del ajustado presupuesto de la cinta y el choque de intereses que esto supone con la visión artística de Coppola, una visión que Rudy siempre tuvo claro que tiene que prevalecer para lograr hacer una obra maestra.
Hay que señalar que por esa época Paramunt estaba viviendo un momento complicado. La productora pertenecía al conglomerado empresarial Gulf & Western y su consejo de administración valoraba muy seriamente desprenderse de Paramunt por lo que el trabajo de Evans y Rudy llevándose al agua a Charles Bluhdorn (Brun Gorman) y a Barry Lapidus (Colin Hanks), mandamás de Gulf & Western y su encargado financiero, resultó vital. Además, el personaje de Bluhdorn es otro de los que más brilla en la serie por su peculiar forma de ser, estando magnífico cada vez que aparece en pantalla.
Por si fuera poco, la película contó desde el principio con la oposición de la mafia real. No querían verse retratados como unos vulgares delincuentes en pantalla. Así que Rudy tuvo que buscar la forma de aliarse con Joe Colombo (Giovanni Ribisi), un capo con el que acabó trabando amistad y que fue fundamental para lograr que los italoamericanos abrazaran la película como suya.
Todas estas situaciones (y más) son las que van dando forma a un relato apasionante en el no faltan las anécdotas de sobra conocidas, como lo difícil que fue convencer a los jefes de Paramount de que Al Pacino (por entonces un semidesconocido) era el actor perfecto para ser el protagonista de la película, o los peculiares métodos de interpretación del mítico Marlon Brandon (incluida la anécdota de los pañuelos de papel en la mejillas para dar vida al Don o su insistencia en no aprenderse los diálogos).
En definitiva, The Offer es uno de esos casos de “cine dentro del cine” que nos enseña lo complicado que es hacer películas y lo satisfactorio que resulta cuando todo sale bien. Contado, además, de una manera amena y divertida que gracias a la gran labor de los intérpretes nos mantiene pegados a la pantalla esperando ver qué nuevos problemas van surgiendo y cómo se van a solucionar. The Offer es, nunca mejor dicho, una serie que no podrás rechazar.