Ha tenido un buen paso por festivales, la crítica la adora y se ha posicionado bien para galas de premios poco comerciales pero también en la carrera hacia los Oscar –en la que La La Land parece tener todas las papeletas de arrasar. Moonlight, como mínimo, está dando de qué hablar.
La mejor película del año (…) Nunca he visto nada como ella (…) Una película preciosa.
Rolling Stone
¿Es, entonces, definitivamente la mejor película del año pasado? ¿Mejor que La llegada (Arrival), la sensible ci-fi de Denis Villeneuve? ¿Mejor que Manchester by the sea, el sobrio y conmovedor relato de Lonergan con Casey Affleck? ¿Mejor que Silencio, de Scorsese, que la salvaje The neon demon o que la propia La La Land? No hay afirmación categórica posible, pero hay ciertos puntos a analizar para saber si estamos ante la joya que se nos promete.
Realismo lírico/ lírica realista
Moonlight se debate entre ser una propuesta de corte realista, que tome como referencia la estructura secuencial del Linklater más naturalista, y ser una obra llamativa en su imaginería visual, inyección lírica incluida, que por momentos tiene más del gusto estético de Anderson que de la poesía en imágenes de Malick. Esta competición entre dos narrativas contrapuestas y su intento de solaparlas tiene momentos brillantes que curiosamente no son capaces de unir ambas propuestas; las dos funcionan por separado precisamente cuando el director se olvida de aunar simbolismo y crudeza de cámara invisible. Sin embargo, en vez de actuar como insertos frenéticos y desajustados, Moonlight consigue que nos creamos que la película es pura coherencia formal y que nada está fuera de lugar a lo largo de sus casi dos horas de metraje.
La dirección es hábil pero no sorprendente. Barry Jenkins se maneja bien encadenando sin despeinarse planos rutinarios con maravillas estéticas y narrativas que, acompañadas de una soberbia y muy expresiva dirección de fotografía de James Laxton, dejan momentos grabados en la retina, siendo esto lo más representativo de la cinta. La suavidad de la cámara, acorde con el tempo de la película y la sensibilidad de los personajes, ayudan a pasar por alto los momentos en que recurre al plano-contraplano más cercano a la planificación de manual que a la contraposición compositiva que construyen los juegos de encuadre de los Coen.
Quedarse corto
Moonlight falla en su guion cuando propone dar vueltas alrededor de un mismo tema sin avanzar demasiado. Diálogos en que jóvenes marginales criados en ambientes malsanos utilizan pomposas expresiones y filosofan en la arena, porque al guionista le pareció oportuno poner en boca de sus personajes lo que sus arcos emocionales no eran capaces de explicar. No en vano es Tarell Alvin McCraney dramaturgo, haciendo un uso más teatral que cinematográfico del diálogo que, sin embargo, no acaba de perderse en el camino. Resulta frustrante, eso sí, que no extraiga todo el potencial de un material que, aún pobremente explotado, es bastante completo y no cae en la hipersimplificación o pérdida de complejidad.
Al final, nos queda un relato bien hilado sobre el papel de la masculinidad impuesta, la marginalidad opresiva, la comunidad afroamericana y las colecciones de clichés amontonados –y en algún punto controlados– convertidos en escudos para ambientes hostiles; una selección de actitudes y posturas artificiales esforzadas por hacerse llamar personalidad. Moonlight es una película terriblemente triste, retrato de una vida en tres etapas que, si bien sirven para establecer su punto central, dejan sin explorar todos los matices que se van quedando por el camino en pro de una mayor versatilidad narrativa que sin embargo no logra ser del todo ágil.
Completan la función una fantástica banda sonora original, cuyos scores se solapan con canciones externas que encajan pero no encandilan; un montaje elegante y funcional que quizás peque de forzosamente llamativo en la división de los capítulos (la elipsis funciona suficientemente bien, pero se añade un segundo inserto a modo de título que, aunque justificable por marcar una evolución, podría haber sido comprimida en la propia secuencia eludida) y unas actuaciones a la altura. Se hace un uso apreciable de la construcción por parte del espectador de los saltos de personalidad vividos, lo cual fuerza a ver la película siendo partícipe de su propuesta última: comprender ese azul con que cierra la película, inevitablemente conmovedor para quien haya seguido las pistas.
Forzadamente ecléctica, visualmente llamativa y solvente en su propuesta. Moonlight no es ni la maravilla con que se está vendiendo en su campaña ni una sonora decepción. Simplemente es una buena película en un momento en que la exploración de los temas que propone no es sólo interesante sino necesaria. Si son razones suficientes para apostar por ella dependerá de cada uno.
Concuerdo, es una buena película pero a mi en lo personal ni frio ni calor. Hay un cierto personaje muy interesante y que en un principio parece una pieza importante en el relato y de repente desaparece a mitad de película. Cierto toca el tema de la homosexualidad de manera muy sutil, tan sutil que pareciera que tiene miedo de incomodar al personal, el resto no es mas que una amalgama de cliches típico de todos los dramas de barrio. ¿Por qué tanto entusiasmo entonces? Simple ; En USA parece ser que todavía es un tema Taboo la homosexualidad, la pobreza y el ser negro y están sensibles con el tema y claro, hay que ser políticamente correcto. Yo no lo entiendo, ¿ de verdad nos sigue pareciendo algo inusual todo esos temas ? ¿no lo habíamos superado ya ? ¿ en serio a estas alturas se van a seguir haciendo dramas y dramas y mas drama (y películas) sobre lo mismo? . Lo dicho solo hay una razón del bombo para con esta cinta; corrección política. Arrival,Comancheria,Fences,Lion,animales nocturnos me parecen mejores películas pero bueno…. Saludos.
Interesante comentario. Estoy de acuerdo con lo del personaje que mencionas, desaparece de forma abrupta tras cumplir su función. En cuanto a lo de la homosexualidad, creo que es un elemento más en la cinta para definir la progresión del personaje y su tendencia a ocultar todo lo que le define, creyendo que así se adaptará a su entorno, y de ahí que no sea el tema central de la cinta. Creo que la película cumple con lo que propone, que ya es mucho, pero deja demasiado por el camino; posibilidades que, de haber sido explotadas, habrían hecho de ella una cinta redonda. En todo caso, está por encima de la media y por debajo de las expectativas. Un saludo
No lo podrias haber resumido mejor “por encima de la media y por debajo de las expectativas” je je…. Pero es que la critica la puso como si fuera algo que tras verla te cambiaria la vida, algo de culpa tienen je je. Saludos y buena review.
Sí, la gran culpa es de la campaña de publicidad, por hacernos creer que sería un hito del cine.
¡Gracias por el apoyo! Saludos
12 años de esclavitud es una pelicula decente sin más y ahi está con sus premios. Será politicamente incorrecto No dárselos?
Por desgracia, es la peor película de McQueen (sus dos primeras cintas son tremendas) y la única premiada. Tuvo el componente de políticamente correcto y el extra de que a los académicos debió de darles vergüenza no haber nominado siquiera la durísima joya que es Shame.Una razón más para pasar de los Oscar. Aunque ojo, este año hay grandes películas entre los nominados. Un saludo
PGA dice lo correcto, la peor pelicula de McQueen es la premiada. Y eso confirma que es le mejor! los premios van para dejar contetas a las moscas de la plaza publica como decia Zaratustra. Y “Shame” es una obra mayor. En relacion a “Moonlight” a mi me parecio muy buena pelicula. No vi ninguno de los lugares comunes que tanto estan hablando por ahi, a veces los comentarios se contagian como virales. Incluso el asunto gay aparece sumamente velado, nada de reiterado
¡Gracias! Pues estoy de acuerdo contigo en lo de los lugares comunes; Moonlight intenta evitarlos. Una cosa es tocar un tema de moda y otra distinta es no saber aportar algo nuevo. Se agradece lo último. Un saludo.