Bienvenidos un sábado más a la sección de los amantes del cómic. Bienvenidos a El cómic de la semana. Hoy destacamos un manga: Black Jack 7: La otra cara del Dr.Kiriko. Espero que os guste.
Introducción
Entramos ya en la recta final de una de las colecciones más emblemáticas de la Biblioteca Tezuka, proyecto con el que Planeta Cómic continúa publicando las obras del gran Osamu Tezuka. En concreto te estoy hablando de la sobradamente conocida Black Jack. Sobradamente conocida no ya solo por los amantes del buen Manga/Anime sino por los lectores de Las cosas que nos hacen felices. No en balde llevo reseñando esta colección desde su primer número y, con este, ya van siete de los 8 tomos con los que Planeta recogerá toda la obra Black Jack.
El formato sigue siendo el de los tomos anteriores. A saber, tomo en tapa dura, con unas dimensiones que algunas personas han equiparado al kanzenban. Kanzenban es el término con el que, en Japón, se designa a las ediciones especiales, dedicadas a los mangas más populares. Ediciones caracterizadas por un mejor papel y por variados extras, factores que las convierten en ediciones caras. Caso que no es el de Planeta, si hacemos caso a las opiniones de algunos de los libreros con los que he hablado. Alguno que otro me ha comentado que su precio, 25 euros, no está nada mal para el volumen de páginas que ofrece. Este tomo, en concreto, tiene 764. Algo más que los anteriores, que solían estar entre las 600 y las 620 páginas, pero siempre se ha mantenido el mismo precio.
Lo único que echo de menos en estos tomos son extras, en forma de artículos, que profundizarán en todo lo que hay detrás de este médico tan particular, reflejo de la forma en que Tezuka veía la medicina de su época. Lo que era y lo que podía ser.
Valoración de Black Jack 7: La otra cara del Dr.Kiriko
Como creo recordar que ya he dicho en artículos anteriores sobre este manga, Black Jack se ubica en el período que la crítica denomina Etapa Oscura de Tezuka, momento en que el autor pasó de hacer mangas más ligeros y agradables a otros más complejos, dirigidos a un público adulto. Y así es Black Jack. Un Manga que combina los conocimientos médicos de Tezuka -recordemos que estudió medicina- con su compromiso social y su sentido de la justicia. Digamos que Black Jack vendría a encarnar al médico que a Tezuka le hubiera gustado ser si su pasión por el Manga no se hubiera impuesto.
Black Jack es un paria en su profesión. Un deformado y, en apariencia, antipático médico sin licencia pero con tal habilidad practicando la cirugía que es solicitado por muchas personas, de toda clase y condición, a lo largo del mundo. Black Jack es consciente de su valía y reputación, de la que se aprovecha para pedir sumas astronómicas por sus servicios. Aunque siempre se las apañará para ayudar a quien no tiene recursos.
Probablemente, tanto el operar sin licencia como el sacar de quicio a los más ricos y poderosos con sus desorbitados honorarios, sea un recurso de Tezuka para resaltar no ya solo el carácter vocacional de la profesión médica, más allá de tecnicismos o aspectos burocráticos, sino también que la salud es una cuestión que afecta a todos, con independencia de su condición social y recursos, de manera que resulta inadmisible la hipocresía, la especulación con la salud y la corrupción que, a través de Black Jack, Tezuka denuncia en el sector sanitario.
Y junto a esa actitud, en el fondo desinteresada de Black Jack, hay también una defensa del valor de la vida, por encima de todo, lo cual Tezuka quiso dejar patente creando a un personaje, el Dr.Kiriko, como opuesto a su médico. El Dr.Kiriko, del cual ya escribí en Reseña de Black Jack 2. La presentación de su opuesto: El Dr.Kiriko, fue un antiguo médico de guerra, cuyas experiencias en la misma, le hicieron tomar la decisión de dedicarse, en la vida civil, a practicar eutanasias a enfermos terminales o con patologías incurables. Si ahora lo traigo a colación es porque, en este tomo, concretamente en el capítulo titulado Una hora para morir, el azar volverá a reunir a estos dos cirujanos para tratar de salvar a una mujer a la que, accidentalmente, se le ha administrado un fármaco experimental que iba a usar Kiriko para sus pacientes terminales. La carrera contrarreloj termina bien y el paciente es salvado. Cuando Black Jack le pregunta a Kiriko qué sensación prefiere, si la de matar a alguien o salvarle la vida, este último le responde que, como médico, no hay nada mejor que salvar una vida. Con esto, indirectamente, nos está mostrando otra cara. Otra cara diferente a la de alguien que parezca practicar eutanasias de forma indiscriminada. Clara muestra del estilo que imprime Tezuka en sus historias, cuando aborda una temática controvertida, como es la eutanasia. Aunque el autor no es partidario de la misma, nunca trata de acercarte a su postura, nunca trata de moralizar, sino que muestra las cosas conforme él las ha leído y/o experimentado, dejando que cada persona saque sus conclusiones y tome sus decisiones. Eso sí, siempre deja claro que toda decisión tiene unas consecuencias.
Muestra su realidad con un estilo de dibujo, en apariencia simple, pero en realidad detallista, a la par que dinámico, cuando toca. Detallista sobre todo cuando muestra las operaciones que lleva a cabo Black Jack. Aunque, esto lo digo siempre, hay que recordar que esta obra se hizo en la década de los setenta, con los conocimientos médicos de dicha época. Por lo que leídos a día de hoy, muchos de ellos han quedado anticuados. Aun así es de agradecer la minuciosidad que Tezuka despliega en dicho ámbito, lo que contribuye a darle más realismo y credibilidad a la historia. Lo que, desgraciadamente, nunca pasa de moda, es la pobreza, la marginalidad, la inmigración ilegal, la explotación desmedida de los recursos naturales, las dictaduras … Y todo ello es siempre plasmado por Tezuka con una lucidez que no queda desfasada ni peca de ingenua.
Cierre
Preguntarse si es recomendable o no una obra de Osamu Tezuka, y más una tan personal como esta, es casi ofensivo. Hablamos de un autor visionario que supo establecer, con su estilo, las bases del Manga, proporcionando un nivel, en el conjunto de su obra, que ha sabido ganarse a la crítica y superar tanto al tiempo como al género. Ya más de una vez he escuchado frases como “Yo no suelo leer Manga salvo los trabajos de Osamu Tezuka“. En lo que respecta a un servidor, todo lo que he leído hasta el momento de él me ha gustado mucho y me ha dado que pensar, así que no creo exagerado decir que pruebes lo que pruebes de Tezuka merecerá la pena.