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El cómic de la semana: ¡Todo irá bien!

Bienvenidos un sábado domingo más a la sección de los amantes del cómic. Bienvenidos a El cómic de la semana. Hoy reseñamos ¡Todo irá bien!.

¡Todo irá bien! ¡Todo irá bien! Una crónica de la Revolución Francesa con final inesperado

Dolmen editorial publica los 3 tomos en un integral de ¡Todo irá bien! de JD Morvan y Julen Ribas, una de las primeras obras del ahora famoso guionista francés.

Este libro, ambientado en plena Revolución Francesa, parte de una famosa cita de Camile Desmoulins sobre los conatos revolucionarios del 12 de julio de 1789 en el Palacio Real: “Me quejaba, en medio de un grupo, de nuestra propia cobardía, cuando pasaron tres jóvenes, cogidos de la mano y gritando «¡A las armas!”. Con esta frase en mente Jean-David Morvan imagina la vida de esos tres jóvenes y la enmarca dentro de los sucesos que se vivieron en ese periodo revolucionario que tanto ha marcado la Historia.

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El guionista nos presenta a Lisandro, un mercenario, ebrio de libertad, que acaba de regresar a Francia tras luchar en la Guerra de Independencia americana y dispuesto a todo por sus ideales. En París, busca a su hermana Églantine, convencida luchadora por la igualdad de derechos de las mujeres, pero prometida a un viejo marqués. Su amigo de la infancia, Frédéric, un joven periodista defensor de la fraternidad, no dudará en acompañarlos en la aventura. Cuando los tres amigos se reencuentran en la primavera de 1789, París se subleva…

Nuestra historia comienza en París en 1775, donde Lisandro y su hermana pequeña intentan sobrevivir en la ciudad, ayudados por su amigo Frédéric que les proporciona hogazas de pan. Pero un dramático suceso obligara a Lisandro a huir teniendo que abandonar a su hermana Églantine, a su suerte. El joven acabará uniéndose a los hombres que luchan por la libertad y la independencia en el nuevo continente americano coronándose como un importante luchador y hombre de acción. Así vuelve a París catorce años después para ayudar en el levantamiento del pueblo ante sus precarias condiciones de vida y las injusticias derivadas de la Monarquía Absoluta mientras aprovecha para buscar a su hermana.

El autor se vale de las vivencias de estos tres personajes para ir contando al lector los sucesos que fueron llevando al pueblo de París a levantarse contra sus opresores, pudiendo ver de primera mano como fue la Revolución Francesa.

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Recuerdo que cuando estudiaba este periodo en el instituto, a pesar de gustarme mucho la historia, muchas veces acababa perdido entre todas las cosas que iban pasando de una manera tan rápida que es complicada de asimilar. Así que me parece una idea genial presentar la historia a través de un cómic protagonizado por tres jóvenes con los que el lector puede empatizar mientras ve como se va desgranando poco a poco la Revolución Francesa. Es imposible que esta lectura pueda sustituir un buen libro o una buena clase de historia por parte de un buen profesor, pero sin duda puede ser un gran complemento a tener en cuenta.

Además, JD Morvan se vale de los protagonistas para presentar distintos puntos de vista que son complementarios y que ofrecen un rico fresco de ese momento de la historia. Por un lado, tenemos al impetuoso Lisandro, un gran guerrero cuyo lema lo dice todo “libertad o muerte”. Luego está la decidida Églantine, alejada del estereotipo femenino de la época y siempre dispuesta a luchar por los derechos de la mujer, aunque eso le pueda llevar a enfrentarse los hombres revolucionarios o a su propio hermano. Y por último está Frédéric, representante de la burguesía ilustrada que intenta documentar todo lo que ocurre de la mejor manera posible en rol de periodista mientras pone un poco de razón.

Pero, aunque en general ¡Todo irá bien! es una buena historia con ritmo ágil y con una buena construcción de personajes, acaba requiriendo cierto esfuerzo por parte del lector para poder disfrutarla. Las cosas que van ocurriendo se suceden de manera vertiginosa y los sucesos acaban atropellándose unos a otros de una manera que hace complicado ir asimilando la historia. Este problema no es tanto consecuencia del guion como de los verdaderos sucesos históricos, que como ya hemos comentado iban pasando muy rápidamente y eso hace que sean complicados de ir contándolos bien. Lo que si puede considerarse un cierto debe en la labor del guionista es que la personalidad de los protagonistas esta un poco acartonada. Cada uno tiene el rol que tiene y no se sale de él por nada del mundo, lo que da como resultado que sean un poco maniqueos. Por todo esto no extraña que, aunque sea algo extraño, no haya ningún elemento romántico en la trama, algo que es de agradecer ya que no pegaría ni con cola.

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Por otro lado, ya hemos comentado que la obra supone una mirada fresca a un suceso histórico tan importante como la Revolución Francesa. Eso es totalmente cierto en los dos primeros tomos. Pero a la hora de cerrar la historia, el guionista se sale totalmente de la línea realista que venia ofreciendo para mostrarnos un final muy alejado de lo que ocurrió realmente y que bien pudiera ser el punto de partida para una nueva historia dentro del género de la ucronía. Esto no es algo necesariamente malo, pero a mi personalmente, me ha sacado un poco de la historia.

En cuanto al apartado artístico, decir que el trabajo del español Julen Ribas es bastante bueno. Se aprecia su esfuerzo a la hora de conseguir plasmar una buena recreación histórica en los escenarios y la ambientación, con una gran labor de documentación. Pero esto no significa que su dibujo pierda personalidad, todo lo contrario. Su estilo bebe de la tradición europea, pero con cierto aire cartoon que le da personalidad propia y que sirve para dotar de una gran expresividad a los personajes. Ofrece un acabado limpio y suelto, moderno y buscando ser el lado amable de una historia en la que el guion es muy denso. También ayuda bastante en este sentido el color de Álex Sanvi y de Sedyas, que, sin alardes, se complementa perfectamente con los lápices de Julen Ribas, ofreciendo unos tonos naturales y agradables que iluminan perfectamente el mundo a veces sórdido del París de la época. En este sentido, Ribas, Sanvi y Dedyas ofrecen un gran apartado artístico que sirve de complemento perfecto a la historia que los autores nos quieren contar.

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La edición de Dolmen es sencillamente perfecta. Tenemos un volumen integral que recoge los tres álbumes originales, lo que siempre es un placer porque así se puede leer toda la obra de un tirón. El libro está encuadernado en tapa dura e incluye como extras una entrevista a Julen Ribas y algunos bocetos, además de las portadas originales (a tamaño pequeño, un fallo). Tiene 160 páginas a tamaño 22×29 y el precio de venta es de 29,90 euros.

En resumen, ¡Todo irá bien! es un cómic que gustará especialmente a los amantes del género histórico y que puede servir como complemento para conocer un poco más unos de los periodos más apasionantes de la Historia. La labor de documentación de los autores lo hace perfecto en este sentido y además el sentido del ritmo del guionista y el buen hacer en el apartado artístico hace que, a pesar de su densidad, se pueda leer bien y acabar resultado entretenido.

Juanjo Avilés
Juanjo Avilés
Licenciado en periodismo, apasionado de los comics, las (buenas) series de televisión, el cine, los videojuegos y los juegos de mesa... vamos, soy un frikazo total, siempre a vuestro servicio.
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