El pasado 17 de septiembre, Netflix estrenó El juego del calamar, una serie coreana que ha superado todas las expectativas convirtiéndose en la más vista de la plataforma de streaming.
La serie fue escrita en 2008 por su director Hwang Dong-hyuk, amante de mangas survivals, que tuvo la idea de mezclar estos con la sociedad coreana de aquella época que atravesaba momentos económicos adversos. De ahí salió un guion que no cuajó y que se quedó en el olvido hasta que Netflix en 2018 lo desempolvó y decidió hacer una serie titulada Seis Rondas, aunque acabó llamándose El juego del calamar.
El juego del calamar: un survival que engancha
La trama
456 son las personas minuciosamente seleccionadas para participar en un survival donde el ganador se llevará un premio de más de 45.000 millones de wones, unos 35 millones de euros. Los jugadores tienen en común el no haber tenido una vida fácil. La gran mayoría de ellos atraviesan problemas económicos graves, otros son parias que no importan a nadie, y otros simplemente buscan una manera de salir de una situación difícil.
En definitiva, todos ellos están en un punto límite en que lo único valioso que tienen es su vida, y todos estarán dispuestos a ponerla en riesgo para salir del pozo en el que están.
El juego se basa en la premisa de que todos tienen las mismas oportunidades para ganar, para ello ninguno conocerá de antemano los juegos que tendrán que superar, hasta que solo quede un jugador con vida, el ganador. Y esto se ve reflejado en que todos visten igual y que ninguno tiene nombre; son números que conforme mueren van siendo eliminados de un siniestro tablero.
Es imposible no pensar en Alice in Borderland cuando sabes la trama de El juego del calamar. Estamos ante un survival donde un grupo de personas participa por conseguir un objetivo. Quizá la mayor diferencia entre ambas series es que en El juego del calamar los jugadores eligen jugar.
Y esta elección es algo que queda muy remarcado en la serie en su segundo episodio, cuando tras la votación mayoritaria de dejar el juego, los jugadores vuelven a su vida insustancial, dándose de bruces con su realidad. Muchos de ellos decidirán regresar para jugar y así tener la opción de ganar el suculento premio.
Los escenarios
El juego del calamar es una serie creada a lo grande. No lo digo solo porque se nota la calidad en ella, sino también porque sus escenarios han sido recreados de esa forma. Todos ellos están diseñados de manera que parezca que estamos en un lugar hecho para niños.
Los colores pasteles de las escaleras, la amplia habitación con literas y dibujos infantiles, y por supuesto los juegos de cada ronda. Todo ello es un volver a la niñez. Regresar al pasado para volver a tener una nueva oportunidad de cambiar la vida y conseguir lo que siempre habían soñado.
Los mismos actores confesaron sentirse impresionados cuando vieron la muñeca del primer juego. Una enorme figura hecha a tamaño real que intimida solo con verla. También el puente del último juego es reseñable. Una estructura de cristal que flota sobre el suelo a una distancia suficiente como para que si caes no sobrevivas.
Otra cosa que llama la atención es el vestuario de los guardianes del juego. Esos monos rojos con máscaras jerarquizadas, como abejas en un panal. Una forma también unificada para que pensemos en ellos en forma de unidad organizada sin caras, sin alma, y que solo cumplen órdenes.
Los juegos
Siguiendo con el escenario infantil, los juegos que tienen que superar los participantes, son también juegos infantiles. Algo con lo que el guion juega muy bien, ya que nos muestra el contraste entre la muerte y unos juegos que asociamos con momentos inocentes.
Sin duda el primer juego es uno de los más impactantes visualmente hablando. Primero por la enorme muñeca contando y girando su cabeza de forma espeluznante mientras ajusta sus ojos buscando movimientos. Y segundo por la actitud de los jugadores que empiezan de manera risueña sin ser conscientes de lo que enfrentan. Hasta que de pronto, la sangre empieza a salpicarles y todo se convierte en una locura donde el que se mueve pierde, es decir muere.
Otro juego que llama la atención por su alto contenido dramático es el de las canicas. Los jugadores buscan parejas pensando en un juego de compañeros, y lo que se encuentran es justamente lo opuesto, dándonos momentos de tensión que nos dejan ver que la conciencia no cuenta cuando se trata de sobrevivir.
El juego del puente es también uno de los más sobrecogedores. Empezamos con una selección por parte de los jugadores de un número. Ninguno sabe el significado de ellos, por lo que las dudas sobre qué número será mejor quedan muy reflejadas en esa escena. Los jugadores se enfrentarán a un puente de cristal donde el orden de participación es clave.
Los personajes
El juego del calamar tiene un protagonista principal: Seong Gi-hun (Lee Jung Jae), el número 456. Los dos primeros episodios nos sirven para conocer mejor a este personaje y comprender los motivos que le llevan a participar en el juego.
Pero no es el único al que vamos a conocer en El juego del calamar. De entre todos los participantes, Seong tendrá más afinidad con varios jugadores, llegando incluso a crear un grupo para protegerse del resto de participantes (es un survival, nadie está a salvo nunca).
La serie nos mostrará breves instantes de la vida de cada uno de ellos para que conozcamos sus motivaciones para participar en el juego. A lo largo de estos juegos, iremos conociendo mejor a los protagonistas por la forma en que se desenvuelven en ellos.
El compañerismo, la solidaridad o el egoísmo y las mentiras aparecerán en todos ellos, haciendo que el espectador tenga sentimientos encontrados, ya que es fácil empatizar con ellos, pero también sabemos que, como en Los Inmortales, solo puede quedar uno.
La crítica
Sin lugar a duda, El juego del calamar es una crítica a la sociedad. Los participantes se enfrentan a la muerte en un juego que les promete dinero, y ellos no dudan en canjear su vida por intentarlo.
La traición es algo habitual entre los concursantes de este cruel juego. Nadie es amigo de nadie realmente, ya que en algún momento deberán enfrentarse unos contra otros para sobrevivir. Y no solo adentro se puede ver la crueldad. Es trágico que 456 personas desaparezcan sin que nadie las eche de menos.
Por otra parte están esos VIPs, unas personas con dinero en exceso que utilizan para financiar estos juegos de supervivencia solo para superar su aburrimiento, solo por buscar nuevas emociones que llenen su vacía alma. La principal premisa del juego, la igualdad, queda destrozada cuando pensamos que los participantes son solo ratones de laboratorio en manos de quien más poder tiene.
2 Temporada
El juego del calamar tiene un final ambiguo. Si no quisieran hacer una segunda temporada no pasaría nada, ya que en su último episodio nos da todas las respuestas que habían quedado en el aire. Pero nos hace pensar en que Seong no está conforme y que no va a dejar las cosas así.
Su director manifestó en una reciente entrevista que de momento no tenía pensado hacer una segunda temporada. En gran parte debido al esfuerzo que le llevó escribir el guion de la primera, y en segundo lugar porque el director tiene ahora mismo varios proyectos entre manos.
Pero esto es un negocio, y después de que El juego del calamar se haya convertido en la serie más vista en Netflix, quizá el director decida hacer un hueco en su agenda o posponer otros proyectos si le propusieran hacer una continuación a la historia de Seong.
Saludos y sed felices.