Apple TV+ sigue engordando su pequeño catálogo con series y películas a cuentagotas. Uno de sus últimos estrenos es Embaucadores, película que vamos a analizar en este artículo.
Embaucadores es una película coral en la que se abordan distintas tramas interrelacionadas por sus personajes y con un punto en común: la estafa. Todo comienza con el encuentro entre Tom, un joven que ha abierto una librería con el apoyo financiero de un padre millonario y con algún que otro trapo sucio, junto con Sandy, una chica interesada en comprar un libro. A partir de ahí, se tejen distintas historias en las que un personaje secundario se convierte en el protagonista de la siguiente.
La película cuenta con un reparto potente encabezado por Julianne Moore, ganadora del Oscar por Siempre Alice y protagonista de películas como Magnolia, Lejos del cielo o Kingsman: el círculo dorado; Sebastian Stan, nuestro Soldado de Invierno en el Universo Cinematográfico de Marvel y actor en películas como Fresh o Yo, Tonya; o John Lithgow, uno de los grandes villanos del cine de los 90 y, entre otros, actor en la mítica serie Dexter.
El director de esta Embaucadores es Benjamin Caron, reputado director que se estrena con este largometraje aunque ha dirigido varios capítulos de series de televisión. Suyos son algunos episodios de Wallander, la serie del detective dirigida por Kenneth Branagh; The Crown, Sherlock (el último capítulo de toda la serie le pertenece) o Andor, la serie infravalorada de Star Wars.
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Es decir que Caron ya ha manejado antes tramas de suspense como la que dirige en Embaucadores. Solo que este suspense es algo particular. El subgénero de estafadores, con alguna que otra obra maestra en la historia del cine, es amado por el espectador porque, a la vez que algunos personajes son estafados, nosotros también somos engañados por los carismáticos timadores protagonistas.
Se establece así un juego entre la película y el espectador en el que este último se entrega al engaño como el asistente a un espectáculo de magia. Sin excepción, las grandes películas de estafadores se caracterizan por los continuos giros argumentales in crescendo que explotan en el tercio final. Es el modelo que siguen clásicos como El golpe, Casa de juegos o Nueve reinas.
¿Qué aporta de novedad Embaucadores?
En principio, lo que más llama la atención de la película es su estructura episódica. En Embaucadores no asistiremos a una única estafa, sino a múltiples de ellas situadas en cada uno de los capítulos, que son protagonizados por personajes que aparecen en el episodio anterior.
Y esto es la principal virtud y, a la vez, el defecto de la película.
Virtud porque la interrelación entre las distintas historias nos da las mayores sorpresas del largometraje, centradas en el papel de los personajes protagonistas, entre los que encontramos a actores más conocidos como Julianne Moore, Sebastian Stan o John Litgow que se entremezclan con jóvenes promesas como Justice Smith o Briana Middleton.
Y defecto porque, aunque entramos de lleno en la primera estafa, con cada episodio nos percatamos de que la tónica se va a mantener, lo que resta sorpresa. Es decir, que Embaucadores es una película previsible, que es lo peor que se puede decir de una trama de estafadores. Al final, acabamos por esperarnos hasta lo inesperado y, con mucha probabilidad, acertaremos. Y tampoco es que las historias sean sorprendentes… hasta se repiten conceptos ya vistos en algunas de las obras maestras del subgénero.
Por lo demás, la película está construida de forma correcta, contenida, sin alardes. Se aprecia cierta elegancia en la estética y en la música. Las interpretaciones no son memorables, pero tampoco malas. Los más famosos Julianne Moore, Sebastian Stan y John Lithgow cumplen de forma profesional, pero no se les recordará por Embaucadores. Los jóvenes se esfuerzan más y se nota.
En definitiva, Embaucadores no será la película del año, pero al menos cumple en su propósito de darnos un rato de entretenimiento sin alardes, un par de horas de despistes y estafas que acaba pecando de previsibilidad por lo repetitivo de sus episodios y, para aquellos más aficionados al cine de estafas, por lo poco original de su propuesta.
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