No es de Michael Bay pero hay grandes desastres naturales, amenazas mundiales, explosiones, ciudades desapareciendo del mapa, un héroe americano y chascarrillos entre los protagonistas. Geostorm es una más de esas películas prescindibles, llena de tópicos y previsible. No pasa de entretenida, pero tiene la ventaja de que no engaña. Con ver el trailer ya sabes a lo que vas, no puedes pedirle más a una película que sólo pretende ser palomitera. Si has visto San Andrés, Armageddon o 2012 sabrás de lo que hablo.
La premisa de Geostorm es que los humanos pueden controlar los cambios climáticos a través de una enorme red de satélites que rodea el planeta, teniendo por sede de semejante tecnología la Estación Internacional. Desde que eso existe la humanidad está muy contenta por haber unido esfuerzos con un mismo objetivo y, además, eliminan las amenazas naturales cuando Pachamama se pone muy cabrona. Hasta que ese sistema falla y se lía bien gorda: huracanes, subidas drásticas de temperaturas hasta ver ciudades arder, descensos súbitos en el sentido contrario congelando pueblos enteros, tsunamis, tormentas con rayos… O sea, como todas las películas de desastres juntas. A las antes mencionadas añade Twister y El día de mañana et voilá! La cosa es que mientras vemos estas escenas tan destructivas y espectaculares se desarrolla una trama en la que hay que averiguar por qué el sistema de seguridad no funciona como debería y quién se beneficia de ello. Y eso, hay que admitir, le da cierto juego pese a lo obvio y lo previsible. Además, ciertos toques aventurescos espaciales hacen que pase de ser un suficiente bajo a un “bien más o menos entretenido que cumple”.
El mismo esquema de siempre
El héroe tiene que ser gracioso, aguerrido, sufridor y listo para salvar el planeta y a su familia. Pasarán de sus consejos al principio, le pedirán ayuda antes de que sea tarde y al final salvará a la Tierra. Sólo queda ver qué frases emotivas soltará por el camino, quién no es trigo limpio, quién se sacrificará por un bien superior, quién se enamorará y quién quiere mucho a su mujer/descendencia. Todo ello con escenas de familias que lo pasan mal que, al final, se abrazarán cuando todo haya pasado. Lo de siempre. Y Geostorm es lo de siempre. Pese a tener a Gerard Butler o Ed Harris, rostros conocidos, esta película no tiene su punto fuerte en las interpretaciones sino en algunos momentos tan destructivos como espectaculares. Por eso la trama tampoco es muy importante, ni si quiera los fundamentos científicos y tecnológicos que hay detrás. De hecho, como te pongas a analizarlos un mínimo te darás cuenta que este film pierde aguas por todos lados. Así que no lo hagas porque en este tipo de películas no pretenden ser lógicas en este sentido.
Dicho esto, hay que saber que la película fue pospuesta tres veces desde el 2014 ya que los efectos y algunas escenas no convencían ni a director ni a productores, teniendo que regrabar y recrear por ordenador bastantes minutos del metraje. Además, el hecho de que este verano haya habido los huracanes más grandes de la historia no ayudan a querer ver una película que tiene como único acierto principal el haber sido estrenada entre Blade Runner 2049 y Thor, siendo la mejor opción en las salas este fin de semana. Nadie quiere competir contra esos gigantes y se han apartado los grandes estrenos, poniendo títulos intermedios para, al menos, cubrir los gastos (80 millones no muy bien invertidos en producción y efectos a juzgar por el resultado).
Si no ta la tomas en serio, sabes a lo que vas, te pones en actitud relajada y de vacaciones (como los intérpretes, vamos), puede disfrutarse. Más si eres de esos que le gusta el cine de desastres naturales.