Si hay algo con mucha fuerza argumental para plantear un conflicto en un personaje es una mudanza. Según varios estudios es de las cosas que más estrés suponen junto con los divorcios, y lo segundo suele implicar un traslado, así que ese puede ser realmente el problema. Pero es que las mudanzas también representan algo: cambio, una nueva vida, adaptarse, conocer, diferencias culturales…
Lo hemos visto por ejemplo en la última temporada de Stranger Things o en la última adaptación de IT: los personajes se tienen que enfrentar a una nueva fase en sus vidas, y para ello vemos casas llenas de caja y gente empacando. Puede ser fantasía, acción o ciencia-ficción, pero las mudanzas es lo que hace que conectemos con esos personajes, con sus problemas. Pero esto ya se vio antes: en los Goonies vimos que la intrépida pandilla de niños tenía como propósito que sus familias no se marchasen de sus casas, para seguir unidos; en ET Elliot tiene que hacer amigos y adaptarse a su nuevo hogar, donde acaba conociendo a ese simpático extraterrestre. ¡Incluso en Toy Story hay una enorme trama en torno a una mudanza! Los juguetes protagonistas (Woody y Buzz Lightyear) se las tienen que ingeniar para volver al camión de la mudanza y seguir con su propietario, siendo una de las escenas más recordadas de la saga. Como vemos, todo ese proceso suele traer bastantes quebraderos de cabeza a los afectados, pero también es verdad que de contar con una buena empresa de transporte, como mudanzaslasnaciones.com, pues igual no supondría tanto problema. E incluso uno se puede ver con ganas de hacerlo, porque Hollywood no es que haya ayudado precisamente a crear simpatía con el asunto.
Existen cambios a una nueva casa con circunstancias inesperadas, es el caso de Esta casa es una ruina, donde el protagonista cree haber encontrado una ganga y al final todo le sale mal. Pero puede ser peor: ¿Recordáis la serie de The hounting of Hill House? ¿Los otros? ¿Bitelchús? ¿Expediente Warren? Hollywood a veces tira del mismo repertorio planteando el mismo conflicto: una familia se muda a una casa de la que ha oído de todo, que está encantada, que no sé quién vivió ahí, que pasó algo terrible… pero por algún motivo no se lo creen, y la apariencia intimidante no les da suficientes pistas como sacar conclusiones. No obstante, esto parte de la ficción y por suerte en el mundo real no pasan esas cosas, por mucho que a uno le suponga un esfuerzo cambiar y empacar sus cosas.
Los Mundos de Coraline, Boyhood, Nos Mudamos… por falta de ejemplos no es, y es que es un recurso narrativo que, aunque no es la base de la película representa una realidad: necesitas organizarte bien y contar con lo mejor para facilitar el proceso. Si pensamos en películas como Avatar, Alien o Titan AE, en realidad, también estamos hablando de mudanzas. A lo grande, sí, pero con la misma filosofía: no queremos que nada salga mal, porque si vamos a cambiar y empezar algo nuevo, cuantos menos frentes abiertos mejor. Así que ya lo sabes, la próxima vez que tengas que cambiar de casa (aunque sea por motivos forzosos, por ejemplo un programa de protección de testigos, algo que también hemos visto mucho en el cine) recuerda cómo te sientes. Así es como se sienten tantos protagonistas en infinidad de películas..