Videojuegos y cine, dos mundos separados en un principio por las claras limitaciones del primero. Si sois jugadores asiduos -o no- habréis podido apreciar que la línea que separa ambos medios se ha estrechado bastante en los últimos años, los videojuegos se han convertido en una manera nueva de contar historias, cercana al cine, pero aprovechando los recursos que brinda el medio que nos atañe. Los jugadores no son meros espectadores, pueden participar en la historia, hacerla suya a través del personaje que controlan. En este artículo vamos a hacer un repaso por aquellos títulos que han estrechado aún más la línea, conocer a aquellos creadores que han preferido, además de contar una historia, hacerla jugable. Porque, aunque hay una tendencia a ver los juegos por la plataforma YouTube, los videojuegos están hechos para hacer participar al jugador como eje central de la experiencia, dejarlo mover los hilos mientras su creador nos va mostrando la historia, historia que, en ocasiones, varía dependiendo del desempeño del jugador. Por eso las adaptaciones cinematográficas de videojuegos suelen ser mediocres en su mayoría, limitan el material original. Pero bueno, eso es tema para otro artículo centrado en adaptaciones de videojuegos, vayamos con el material que nos concierne.
Antes de entrar en materia os podéis pasar por los siguientes artículos:
The Last of Us: el Amor es el Mal
MGSV:TPP. ¿La evolución lógica de la saga?
Recordando Monkey Island, las aventuras que nos hacen felices
Sin más dilación, empezamos:
Aventuras gráficas de ayer y hoy
El bueno de Threepwood otra vez en apuros
No hay un género que haya hecho tanto con tan poco – a veces, no siempre- como lo han hecho las aventuras gráficas. Desde las primeras aventuras conversacionales de los ochenta, hasta la última aventura de Telltale, las aventuras gráficas han recorrido un largo camino y han dejado alguna de sus señas de identidad por el mismo, pero también han adquirido nuevas herramientas para contar las diferentes historias que planteaban.
Aunque a las aventuras conversacionales no se les puede considerar como aventuras gráficas al cien por cien, si que hay que darles crédito como antecesoras de todo lo que estaría por venir más adelante. Mystery House -idea que más tarde se ampliaría en el genial Maniac Mansion-, El Hobbit, entre otros títulos, brindarían al jugador una oportunidad única de participar directamente en la historia, como aquellos libros de Elige tu propia aventura pero con todo el encanto que tienen los 8 bits. El concepto evolucionaría cuando entraron en el juego los que serían los titanes del género: LucasArts y Sierra Online. Estas dos compañías revolucionarían el género por completo, trayéndonos aventuras que quedarían grabadas a fuego en la retina de los gamers. Leisure Suit Larry, King’s Quest, Maniac Mansion, Monkey Island, Loom y un largo etcétera, dieron incontables horas de juego a una generación y que, aún hoy día, sorprenden a aquellos nueva hornada de jugadores que dedican su tiempo a descubrirlas.
Recomendado para adolescentes con las hormonas revolucionadas
Aunque la edad de oro de estas aventuras gráficas terminó a finales de los 90, hay que reconocer que, aunque a cuentagotas, en los años posteriores a esta fecha, siguieron saliendo títulos con una calidad incuestionable y que intentaron revitalizar a un género que se encontraba en horas bajas. Estudios españoles como Pendulo Studios -muy inspirado por la vieja escuela- , la tendencia a situar la vista del jugador en primera persona para lograr mayor inmersión durante la aventura, los intentos de adaptar lo antiguo a los nuevos tiempos -como las irregulares aventuras de Telltale-, son intentos de llevar el género a nuevas generaciones, nuevas formas de apreciarlo y, por supuesto, de insuflar vida a un género que, por desgracia, ya no funciona tan bien como antaño. Sea como fuere, es un género imperdible y que ha allanado el camino a otros, dando nuevas ideas y dotándolos de unas herramientas que empezaron haciendo sus pinitos dentro del mismo.
Tomemos un poco de grog para aliviar las penas.
Hideo Kojima
Genio y figura
No podemos continuar hablando de la narrativa en los videojuegos sin hablar de uno de los creadores que más ha jugado con la misma, siempre intentando innovar y, con ello, sorprender al jugador. El oriundo de Tokyo es bien conocido entre los jugadores –aparte de por su excéntrica forma de ser– por ser el padre de una de las mejores sagas de la historia de los videojuegos, Metal Gear. Tanto fue el compromiso del autor con su obra que ha trabajado en ella durante casi 30 años, hasta que tuvo que abandonar Konami por diferencias creativas. Por suerte, parece que tenemos Kojima para rato y su última obra, a pesar de haber mostrado bastante poco, parece que volverá a revolucionar el medio.
https://www.youtube.com/watch?v=u5hMIt5iTLI
Me gustaría destacar, entre tanta obra, dos en especial: Metal Gear Solid y Metal Gear Solid 3. En Metal Gear Solid, Kojima, aparte de contarnos una historia digna de un éxito hollywoodiense, aunando lo mejor del cine de espías, también tenía tiempo para romper la cuarta pared de forma memorable, hacer creer al jugador que llevaba las riendas para después quitárselas de manera magistral. Los jugadores siempre recordarán el momento posterior a la tortura del sufrido Solid Snake gracias a que el juego te pide que presiones el DualShock contra tu brazo derecho para aliviar la molestia que sientes tras haber pulsado el botón círculo como un descocido intentando evitar que tu protagonista sucumba ante el dolor, o el momento en el que uno de los villanos más reconocibles del juego, Psycho Mantis, adivina los juegos que hemos jugado y mueve el mando con el poder de su mente. Jugadas maestras que hacen de este título algo único e irrepetible dentro del mundo de los videojuegos.
Otro que merece especial mención es Metal Gear Solid 3: Snake Eater, por su capacidad de contar una historia compleja, emotiva y no dejar la jugabilidad a un lado, utilizando todos los recursos que han hecho famoso a su creador. Y es que entre otras cosas, permitía acabar con uno de los villanos del juego cambiando la fecha de la consola. Pequeños y grandes detalles –kojimadas, como se les llama en el mundillo- que han hecho de este director, uno de los más grandes de todos los tiempos.
Naughty Dog
Lo bueno empezó contigo
Andy Gavin y Jason Rubin poco podía imaginar allá por el 84 que la pequeña compañía que acababan de fundar en Santa Mónica, California, se convertiría en una de las desarrolladoras más queridas y reputadas de cuantas ha habido -con permiso, por supuesto, de Rockstar y CD Projekt-. Todo se lo debemos a las sagas que el estudio ha ido generando, sagas que forman parte del Olimpo de los videojuegos. Y aunque centrados en un principio en un género específico -las plataformas- supieron sacarle todo el jugo y llevarlo a su terreno -uno de los mayores ejemplos de esto lo vemos en la saga de Jak y las diferencias existentes entre la primera y la segunda entrega-. Pero no sería hasta la llegada de la saga Uncharted que no veríamos un verdadero interés en la narrativa, interés que pudimos apreciar en todo su esplendor en el magnífico The Last of Us. Como repasar cada uno de los títulos que han salido gracias al estudio sería imposible sin dedicarle un artículo propio, he decidido seleccionar dos títulos: Uncharted 4 y The Last of Us.
La saga Uncharted se ha convertido en una obligada para todo poseedor de una consola de Sony, tanto por la calidad de su gameplay, como por la historia que nos cuenta, simple pero efectiva. En su cuarta entrega -aunque en conjunto queda por debajo de su segunda entrega-, el aspecto narrativo toca su techo, brindándonos una de las mejores historias que alguna vez haya protagonizado el bueno de Nathan Drake. En esta ocasión, tendrá que enfrentarse a varios fantasmas del pasado, mientras, tras salir del retiro, busca uno de los mayores tesoros de la historia de la piratería, el tesoro del gran pirata Henry Avery. Una historia digna de las mejores películas de aventuras, aderezada con la gran plantilla de personajes con la que cuenta -añadiendo alguno nuevo que dará que hablar en un futuro-. Una aventura espectacular y que ¿cierra? con broche de oro las aventuras de Drake.
Uno de los mejores videojuegos de la historia y un gran ejemplo de que la narrativa -bien planteada- dentro de los mismos todavía tiene mucho que decir y que mostrar. La historia de The Last of Us es más que digna de cualquier película de temática postapocalíptica: un hombre roto de nombre Joel y una adolescente de nombre Ellie tienen que luchar juntos contra el destino que se les ha impuesto, uno en el que un desagradable virus ha convertido a gran parte de la población en monstruos caníbales. El argumento, aunque manido, es sabido llevar por los chicos de Naughty Dog con una elegancia pocas veces vista antes en el mundo de los videojuegos. Te hace meterte en la piel de los sufridos protagonistas, empatizas con ellos, eres testigo y partícipe en sus malos momentos -y en sus buenos-, en tu poder está su destino y pondrás de tu parte para que resulte ser el mejor posible -aunque al no ser una aventura con múltiples finales, poco podrás hacer para cambiarlo-. No podrás olvidar su demoledor comienzo y eso es señal de que estamos ante un título totalmente especial.
David Cage
Otro innovador dentro de su medio -y bastante odiado por ciertos sectores de aficionados que ven en él un director de cine frustrado- y que ha sabido dar un paso hacia delante en esto de los videojuegos. Sus títulos se acercan más a la definición de película interactiva que a lo que conocemos desde antaño por videojuego -en el que prima más la jugabilidad que las cinemáticas-, pero la gracia de sus juegos no reside en la jugabilidad, sino en la capacidad que tiene de hacernos partícipes activos dentro de la historia, tener la sensación de que cualquiera de nuestras acciones van a repercutir al final de la aventura. El efecto mariposa, vaya. También es verdad que a veces las decisiones parecen más trascendentes de lo que realmente son, pero aún así tiene su encanto -exceptuando Beyond: Dos Almas, que me pareció un paso atrás con respecto a lo conseguido en Heavy Rain-.
En Heavy Rain, por ejemplo, nos encontramos con una historia interesante, que intenta mantener el suspense y la incertidumbre hasta el final y que convierte al jugador en una pieza más del misterio. En tu mano está el destino de los personajes, irreversible en este caso. Todo gira en torno al Asesino del Origami, asesino que está segando la vida de niños sin ninguna compasión: los ve ahogarse sin mover un solo dedo para evitarlo. Tendremos que guiar a cuatro personajes a lo largo del juego, personajes que se irán entrecruzando y desapareciendo a medida que el jugador vaya eligiendo entre las diferentes opciones que nos brinda el título. Una experiencia única en su género y que mostró al mundo de lo que era capaz David Cage, aunque, como he dicho anteriormente, retrocediera con su siguiente título.
Estamos a las puertas de conocer su próximo título, Detroit: Become Human, cuyo lanzamiento está previsto para el 25 de mayo de este mismo año. Podremos comprobar si esta vez si ha conseguido innovar dentro, no sólo del género, sino también dentro del mundo de los videojuegos. Ya queda menos para conocer la galaxia de consecuencias y decisiones que nos han prometido.
Lo que ha llegado y está por venir
El futuro es brillante y esperanzador, títulos recientes como God of War -espectacular título que ha sabido revitalizar una saga que parecía que no iba a poder dar más de sí- o títulos que están por venir como el dicho Detroit, Death Stranding, The Last of Us II o el esperadísimo Red Dead Redemption II -cuya primera entrega merece artículo propio-, son ejemplos ilustrativos de lo que nos queda por ver. Y es bueno saber que el jugador de antaño, aquel que decide embarcarse en una aventura sólo y disfrutar de una buena historia sin todas las cosas que conlleva jugar en línea con amigos o desconocidos, tiene la posibilidad de seguir tal y como ha estado, va a seguir recibiendo apoyo de las compañías en una época en la que prima el consumo rápido, barato y lucrativo, todo ellos concentrado en lo que conocemos como juegos multijugador.
Espero veros en la próxima, que seáis muy felices.