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Los tópicos españoles a través de Astérix y Obélix

1 aceite de oliva
Cuernos, chaleco de torero y amenazas culinarias

España no se libra de la maldición de los estereotipos. Todos los países tienen tópicos y a los españoles nos ha tocado ser conocidos por la fiesta, la música flamenca, las sevillanas, los toros, la siesta, las guerras de tomates, el fútbol, nuestro volumen al hablar y el turismo. Bien sabemos los de aquí que muchas veces no se corresponde con la realidad pero, para el extranjero, hay ciertas ideas preconcebidas difíciles de desechar. Astérix y Obelix, en su travesía por Hispania (el número 14 de la saga), parodian lo más conocido.

Los clichés, aunque a veces no nos hagan gracia, no dejan de ser clichés. Y, en el caso de Astérix y Obélix, tenemos que tener en cuenta que se trata de un cómic publicado en 1969 y que ya ha pasado bastante tiempo. Aunque, como vamos a ver, hay tópicos muy acertados que siguen vigentes.  Respecto a esto, Gosciny y Uderzo, los creadores de los héroes galos, sabían que con cada número podían ofender pese a tratarse sólo de humor. El último afirmó en una ocasión: “Los españoles me han criticado un poco, con razón, por haber representado a su pueblo sólo en forma de guerrero moreno, orgulloso y marrón, tipo gitano más bien corto. Pero ese país es más rico en tipos de caracteres”. Es, en definitiva, una parodia. Así hay que entenderlo y más si tenemos en cuenta lo anacrónico de mezclar el Siglo I a.C con cómo somos ahora.

Traduciendo el francés

Lo primero que hay que tener en cuenta son los muchos problemas que surgen al traducir la obra de Gosciny y Uderzo. Muchos nombres se cambian por algo que pierde el chiste original. Por ejemplo, en los cómics franceses originales tenemos a Soupalognon y Crouton (soupe à l’oignon y crouton) es decir,  sopa de cebolla y picatoste, que en castellano se tradujeron como Sopalajo de Arriérez y Torrezno, algo más o menos acertado. Otra pareja, Dansonsurlepon y Davignon (Dansons sur le pont y d’Avignon, que rinde tributo a la conocida canción tradicional francesa)  en español fueron llamados Porrompompero y Fandánguez. También, al principio de Astérix en Hispania, Pepe, el niño secuestrado por Julio César, se defiende de su invasión romana al grito de “No pasarán” que en España se tradujo, supongamos que por la censura, por “no debéis pasar”. Se perdió así el guiño al lema de la resistencia Republicana en la Guerra Civil. Por último, por añadir otro ejemplo, podemos acudir sin ir más lejos a Ideafix que significa “idea fija”, en honor al carácter del perro.

Un pueblo valiente y belicoso

Los españoles quedan descritos como un pueblo de gente con tez morena, más bien gitanos, y con un carácter fuerte y explosivo. Pero los autores de Astérix y Obélix tampoco escatiman en halagos: valientes, orgullosos, amigos de sus amigos, fieles y que valoran las cosas pequeñas que, en el fondo, son las más importantes. Y es cierto, numerosas estadísticas demuestran que la imagen propia que tenemos aquí es mucho peor a la imagen que tienen fuera, aunque se base en tópicos. Además, la trama transcurre en torno a una ciudad sitiada y es posible que se trate de un guiño a la imposible resistencia de Numancia a Roma.

El saludo oficial
El saludo oficial

Carreteras y turismo

En el cómic podemos ver que en los Pirineos se forman grandes colas de godos, galos y bretones que, a gritos durante un atasco, arreglan sus diferencias para poder pasar y así veranear en España. Además vemos un viejo tópico del que a veces aún hay coletazos: las carreteras están continuamente reparándose en vez de hacerlas bien. No sólo eso, el turismo, la fórmula de sol y playa tan explotada políticamente, también queda reflejada en los nombres de las tabernas y los locales pues anuncian que se hablan varios idiomas e incluso, a veces, cambian los precios dependiendo del momento.

Típica tasca de la Costa del Sol
Típica tasca de la Costa del Sol

Toros y Semana Santa

Aunque las nuevas generaciones, en su mayoría, no han acogido estas tradiciones, es innegable que fuera son famosas. Para bien o para mal el hecho es que somos conocidos por el toreo y la Semana Santa como parte de nuestra historia. Es más, la palabra “ole”, sacada del ámbito taurino, la usamos también fuera de ese contexto y en el cómic se aprovechan de eso  haciendo que sea el saludo oficial. También describen al español medio como alguien que usa mucho la palabra “hombre” y, si lo pensamos, es muy cierto.

El inventor del toreo
El inventor del toreo

Por otra parte están los festejos religiosos del capirote: la conocida Semana Santa española. Este hecho queda recogido también al ver cómo los protagonistas, al recorrer diferentes ciudades, se encuentran con varias procesiones de druidas muy semejantes a las nuestras. Un guiño adaptado de una forma muy original.

La procesión druídica de Semana Santa
La procesión druídica de Semana Santa

Tradición culinaria: carne, pescado y aceite de oliva

Los irreductibles galos también conocen la gastronomía de los lugares que visitan. En el caso de España acuden al tópico mediterráneo: el aceite de oliva. ¿Qué distingue la comida del sur de Europa con la del norte de Europa? La respuesta es que no usamos mantequilla para freír. No sólo eso, al ser un país con tanta costa es una de las potencias pesqueras más importantes del mundo –con permiso de Japón, China, EEUU y Noruega-. Y eso se ve reflejado en Pepe, el niño español que siempre quiere comer pescados, algo muy típico también de Andalucía. A su vez, lógicamente, hacen referencia al jamón y otras carnes hasta el punto de que cuando están en el norte insinúan que también degustan carne de oso.

La fiesta  

España tiene fama de estar permitido todo si hay una fiesta de por medio. Por lo que sea en el extranjero se cree que siempre tenemos ganas de juerga y, aunque es un tópico, algo de verdad debe de tener. Nuestros protagonistas pueden ver en numerosas ocasiones cómo, a la mínima, se monta un espectáculo en el que todo el mundo está bailando, aunque sea sevillanas e insistiendo así más en el estereotipo. Hay una viñeta muy graciosa en la que Obélix, después de una festiva noche, murmura en sueños la palabra “ole” e, inmediatamente después, todo el mundo se viene arriba y resucitan la celebración como si no hubiese acabado nunca.

Comienza la fiesta
Comienza la fiesta

Astérix y Obélix son así: cómicos con lo más sencillo, con la parodia más elemental que es la que usa como recurso los tópicos. Y funciona, con España y con otros países. Los héroes galos son una opción humorística única y son recomendables para cualquiera que le guste reírse y, si toca hacerlo de uno mismo, bienvenido es. Aunque sepamos que no somos así. O no del todo.

fiesta final

Miguel de Lys
Miguel de Lyshttps://mundodelys.com/
Periodista, con lo bueno y con lo malo. Amante de la historia, la actualidad, la tecnología, los videojuegos, los viajes y la música.

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