Hola a todo el mundo a una nueva reseña de cómic. En este caso hago doblete hoy, habida cuenta de que recientemente he podido leerme dos de los últimos cómics publicados por The Rocketman Project. Dichas obras son “La confesión”, y “Madeja”. Pero antes de abordar el análisis de cada una, y por si no conocéis todavía a esta editorial española, voy a responder a la pregunta… ¿quiénes son The Rocketman Project?
Esta editorial de Gijón, arrancó su andadura mediante la edición de una pequeña revista allá en el verano de 2013. Posteriormente darían el salto a obras más extensas en 2015, mediante la publicación de “Las catacumbas de Salem”. Y en los años posteriores hasta llegar a nuestros días, han seguido publicando más obras largas de autores nacionales. Así, “La confesión” y “Madeja” suponen su octava y novena publicación editorial respectivamente. Y no serán las últimas, eso seguro.
La confesión
Esta obra está escrita por Fernando Llor, y dibujada por Román López-Cabrera. Aunque es una información que podréis leer en el interior del cómic, estos autores han logrado con “La confesión” su primera colaboración artística completa, ya que, a pesar de haber realizado unas páginas en “Sangre en el suelo”, no habían logrado materializar una colaboración en una obra completa pese a varios intentos fallidos.
¿De qué va esta historia? A través de Bárbara, su protagonista y estudiante de instituto, vamos a adentrarnos en un mundo lleno de secretos que la gente no confesaría cuando se expone públicamente su identidad, pero que sí que compartiría cuando el anonimato les respalda. Me explico; Bárbara tiene un vicio, pues está metida en el mundo de las webcams eróticas y le excita que la observen, y aunque quisiera compartir ese secreto para sentirse mejor consigo misma, sabe las consecuencias tan escabrosas que recaerían sobre su persona. ¿Qué solución encuentra? Gracias a una libreta, escribe una serie de reglas para las personas que la usen después de ella, garantizando su anonimato, y confiesa su secreto. Tras dejar la libreta en su instituto, la gente que la encuentra termina confesando también algunos de sus secretos. Y eso hará que llegado cierto punto, Bárbara y sus amigas lean en una de las confesiones que una persona cometió un asesinato. Eso hará que lo que comenzó de forma inocente con aquella libreta, termine derivando en algo mucho más serio y peligroso.
Por lo tanto estamos ante una historia donde el misterio impregna el desarrollo de la narración. Publicada en blanco y negro, y con un estilo de dibujo mezcla de cartoon y manga, “La confesión” seguro que os hace plantearos hasta qué punto puede o no ser buena idea compartir algunos de vuestros secretos, ya sea de forma anónima o pública.
Madeja
Aquí los artistas implicados son David Braña a los textos, y Carlos Mercé a los lápices. La diferencia más notable respecto a la obra anterior es que aquí sí hay color, pero el misterio y el suspense siguen presentes aquí también.
¿De qué va esta historia? Seguiremos a la policía Nelia en su regreso a la casa donde pasó su infancia, pero de la cual tuvo que irse cuando murió su abuela siendo ella una niña. El regreso de Nelia no está motivado por un ataque de nostalgia, sino que está investigando un asesinato donde ella es una de las principales involucradas. Del mismo modo que una persona deshila una madeja para darle forma, aquí sucederá lo mismo, pues ese asesinato tiene relación directa con el pasado de Nelia y su mejor amiga, Olga. Cuando ellas eran pequeñas, visitaban una cueva en la cual había una extraña voz, que no sólo les hablaba, sino que intentó ofrecerles un favor a cambio de su ayuda. Y ésta es la madeja que se irá deshilando cuando Nelia comience a recordar cosas, pero también a averiguar otras tantas que relacionan esa cueva, una historia vikinga, y ciertos sucesos de lo más peligrosos que han tenido lugar recientemente.
Aquí el elemento clave es pensar hasta dónde llegaría uno mismo no sólo para alcanzar lo que más desea, sino también para salvar o ayudar a las personas que más quiere. Por lo tanto, misterio y suspense van hilándose en esta historia con un dibujo sencillo y sin alardes técnicos, pero que complementa la narración.
Y esto es todo por mi parte. Podéis adquirir ambos cómics a través de la web de la editorial “The Rocketman Project”, o bien en tiendas especializadas. ¡Hasta otra!







