Alguno de mis compañeros en este blog, mucho más entendidos que yo en el arte del cómic, afirman que Alan Moore es, sencillamente “el mejor”. Yo no puedo afirmarlo con rotundidad porque me falta mucho por leer, tanto de él como de otros grandes autores, para poder valorar al británico en su justa medida. Pero lo que sí puedo decir es que si toda su obra está a la altura o, incluso, es superior a La Liga de los hombres extraordinarios, probablemente sea el mejor guionista de la historia del cómic.
El ser humano siempre ha tenido la necesidad de crear historias sobre gente extraordinaria, con habilidades y virtudes fuera de lo normal. En la Antigüedad fueron los héroes mitológicos. Actualmente, los superhéroes. En el siglo XIX, estos personajes aparecían en novelas de diversa índole. Moore, que parece ser un erudito de la literatura victoriana, los aprovecha para contar la historia que ni DC ni Marvel le hubiera dejado contar. Crea su Liga de la Justicia particular sabiendo que los derechos de estas novelas ya son de dominio público.
A la manera de Los Vengadores, la Liga de los Hombres Extraordinarios está compuesta por personajes muy conocidos de la literatura universal. Hawley Griffin, el hombre invisible de H.G. Wells; el capitán Nemo, de las 20.000 leguas de viaje submarino de Julio Verne; Allan Quatermain, de las Minas del rey Salomón de H. Rider Haggard; Mina Murray, del Drácula de Bram Stoker; y Henry Jekyll, de El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson.
Junto a ellos, el guionista describe un mundo en el que todas las creaciones literarias se han hecho realidad. Campion Bond, agente del servicio secreto británico, recluta a Mina Murray para que reúna a una serie de hombres con habilidades fuera de lo común para resolver problemas de índole especial para el imperio británico. En su primera misión, deberán investigar el robo de la cavorita, la sustancia antigravitatoria inventada por el doctor Cavor en Los primeros hombres en la Luna, novela de H.G. Wells. El autor parece haber sido un líder criminal de origen oriental, Fu Manchú.
Moore demuestra pasárselo a lo grande con esta historia, y se le nota. Hace y deshace a su antojo, creando un gran relato de aventuras. Quatermain es un adicto al opio, Nemo es un sangriento pirata que odia a los británicos, Hyde es el Hulk del grupo, una verdadera bestia con un código de honor peculiar. Por el contrario, Griffin es un auténtico miserable, un hombre que aprovecha su perpetua invisibilidad para mostrar su desprecio hacia la raza humana. Todos ellos son dirigidos por una mujer, Mina Murray, la líder del grupo, alguien que soportó los mayores horrores y que acabó despreciada por su marido, Jonathan Harker. A diferencia de los grupos de superhéroes más comerciales, esta Liga es una auténtica bomba de relojería, a punto de explotar en cualquier momento.
Es una historia de aventuras y espionaje a la antigua usanza, con giros de guión al estilo del folletín clásico, pero aderezado con el toque salvaje que le da Moore, acompañado del peculiar dibujo de Kevin O´Neill, con estéticas deformes que vienen que ni pintado a un relato con momentos verdaderamente bestias. Son doscientas páginas que se leen en un suspiro, pero repetiréis no sólo por lo entretenido de la trama, si no por las múltiples referencias literarias que se van encontrando en las viñetas: desde el Dupin de Poe, la Nana de Zola o las famosas creaciones de Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes, Mycroft o Moriarty.
La edición de Planeta es magnífica, con una historia añadida a la trama al final del tomo, escrita por Alan Moore: Allan y el velo rasgado; ilustraciones y más añadidos. Un cómic imprescindible en la biblioteca de todo amante de este arte.
¿Por qué leerlo?: Porque es un cómic de aventuras que no da ninguna concesión al espectador. Un perfecto homenaje a los héroes del pasado en forma de historia que bien podría ser protagonizada por los Vengadores y la Liga de la Justicia, aunque estos no podrían rivalizar con la (verdadera) brutalidad de Hyde, el nihilismo del Hombre Invisible, el ansia de venganza de Nemo, la valentía decadente de Quatermain y el impecable liderazgo de Mina Murray. Por el dibujo de O´Neill, tan desproporcionado como adecuado para esta historia. Por la elegante edición de Planeta, con un relato final añadido por el propio Alan Moore. Y, por encima de todo, porque leerlo animará a leer (o releer) las grandes obras de la literatura victoriana.
Un saludo y sed felices.
Pede ser el mejor. En cómic americano. En otras latitudes no.
Gran cómic este.
Para mi Alan Moore es el mejor guionista de cómic americano
Entiendo que por cómic americano os referís al tipo de trama. Como aclaro en el artículo, no he leído tanto cómic como para saber diferenciar el cómic europeo del americano, pero tanto los personajes como sus diálogos son muy ingleses.
Only Made in USA. !Para mi.