En el año 2001, Hideo Kojima y su equipo en Konami lanzaron ‘Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty’, la esperada secuela de uno de los juegos más prestigiosos de la historia. Lo que parecía ser una continuación directa de las aventuras del icónico Solid Snake resultó ser algo completamente diferente. Cuando pudimos ver el primer tráiler de este título todo fueron sonrisas y gritos de alegría ante un adelanto que nos devolvía a Solid Snake y con un camuflaje óptico alucinante.
Un año después tuvimos ‘Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty’ en las estanterías de las tiendas de videojuegos y descubrimos que Kojima nos había engañado a todo el público con una broma de mal gusto… O no. En lugar de seguir el camino supuesto, Kojima agitó el avispero cambiando al protagonista tras una introducción en la que si teníamos el control de Solid Snake.
Esa elección se convirtió en uno de los aspectos más destacados y controvertidos de Metal Gear Solid 2, pues como he mencionado, los tráilers promocionales y el material publicitario presentaban a Snake como el héroe indiscutible de la historia. Sin embargo, al comenzar el juego, nos encontramos con un nuevo protagonista, Raiden, un soldado novato que carecía del carisma y la experiencia del nuestro amado Snake.
Sinceramente, Kojima los tuvo cuadrados para meterse en tremendo berenjenal sabiendo que los fans somos demasiado radicales con lo que consideramos nuestro. Aunque he de reconocer que la jugada le salió perfecta, ya que consiguió desconcertar a los jugadores y que ‘Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty’ estuviese en boca de todos. Obviamente de la polémica no vive un videojuego, así que el director nos entregó una trama fascinante, compleja y a la altura de su predecesor.
Todo parece una simple misión de infiltración en las instalaciones del Big Shell, una planta depuradora construida en el Océano Atlántico para limpiar los químicos dejados por el derrame de petróleo causado por el ataque terrorista de dos años atrás. Los terroristas piden la suma de treinta mil millones de dólares, advierten de que entre los rehenes está el presidente de los Estados Unidos, James Johnson y amenazan con asesinarlos y destruir todo el complejo si sus exigencias no eran cumplidas.
Entonces entra en acción nuestro protagonista, Snake, rebautizado Raiden, para tratar de evitar el desastre y rescatar al presidente. Obviamente en un título de Kojima ya podemos darnos cuenta que la trama se va a complicar y que nada es lo que parece.
Kojima utiliza el juego como una plataforma para explorar temas profundos y controvertidos, como el control gubernamental, la manipulación de la información y la naturaleza de la identidad. Todo esto con secuencias cinematográficas con el motor de juego de una PS2 increíble y con diálogos magistrales que nos van a meter de lleno en un mundo de conspiraciones y engaños (más allá del generado por el protagonismo del videojuego)
La trama es envolvente, inteligente y muy adictiva con personajes memorables y un guiño al Snake Plissken de Kurt Russell. Una secuela más que digna que nos dejó con la boca abierta por su calidad técnica y que exprimió a tope el potencia de la máquina de Sony.
Además de su narrativa compleja, ‘Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty’ también introdujo innovaciones significativas en la jugabilidad. El juego mejoró y pulió la fórmula establecida por su predecesor, ofreciendo un sistema de sigilo más complejo y táctico. La posibilidad de interactuar con el entorno de formas inesperadas, como esconderse en taquillas o apuntar a los enemigos para que soltasen consumibles. Además, el uso del Codec,(al igual que en el titulo anterior), permitía al jugador sumergirse aún más en el mundo del juego, proporcionando información adicional y conversaciones intrigantes con otros personajes.
Hay que reconocer que, pese al engaño del protagonismo, Raiden supo estar a la altura de las circunstancias y se ganó el cariño de los jugadores, tanto fue así que tuvo su propio título para PS3: ‘Metal Gear Rising: Revengeance’ de Kojima Productions y Platinum Games (seguro que esta estudio os suena de grandes videojuegos).
Raiden, aunque inicialmente decepcionante para algunos jugadores, se desarrolla como un personaje complejo y vulnerable a lo largo del juego. Su relación con Rosemary, su prometida, y con Iroquois Plissken, se exploran en profundidad, lo que hace crecer la trama.
Kojima sabe construir grandes personajes y eso se nota en todos y cada uno de los que se presentan aquí, desde Revolver Ocelot, pasando por Vamp y acabando en Fortune. Este grupo de antagonistas carismáticos elevaron la tensión y el drama de la historia.
La banda sonora de Harry Gregson-Williams es memorable y nos dejó temas que siguen siendo joyas, como ‘Fortune’ o el tema principal que tiene muchas reminiscencias a ‘La Roca’ de 1996 en la que estuvo involucrado junto a Hans Zimmer, Nick Glennie-Smith.
Aquí os dejo el tema principal de Metal Gear Solid 2 y el de ‘La Roca’ para que juzguéis vosotros mismos.
Conclusión
Aunque ‘Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty’ fue recibido inicialmente con críticas mixtas debido a la sorprendente elección del protagonista, no podemos ignorar su huella en la industria del videojuego. Kojima demostró valentía y algo de irresponsabilidad al jugar con las expectativas de los jugadores. La narrativa y el diseño de Metal Gear Solid 2 allanaron el camino para futuros juegos que exploraron temas similares y se atrevieron a experimentar con la interacción entre el jugador y el juego.
‘Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty’ es una obra maestra que nació de la decepción, pero que supo conquistar con una narrativa atractiva, la jugabilidad innovadora y unos personajes memorables hacen de este juego uno de los grandes.
Este título demostró que los juegos pueden ser más que simple entretenimiento y que la línea entre el cine y el videojuego es muy fina.
Y no dejéis de leer el artículo de mi compañero Raúl titulado: Metal Gear Solid 2 (2001) explicado gracias a Operación Triunfo (2001)
Un saludo y sed felices.