Guerreros Divinos de Saint Seiya – Soul of Gold:
- Saint Seiya – Alma Dorada: Frodi de Gullinbursti.
- Saint Seiya – Alma Dorada: Fafner de Nidhogg.
- Saint Seiya – Alma Dorada: Heracles de Tanngrisnir.
- Saint Seiya – Alma Dorada: Surt de Eikþyrnir.
- Saint Seiya – Alma Dorada: Sigmund de Grane.
- Saint Seiya – Alma Dorada: Utgard de Garm.
Balder de Hræsvelgr en Saint Seiya – Soul of Gold
Balder de Hræsvelgr, ultimo de los siete Guerrero Divinos de la serie Saint Seiya – Soul of Gold, al servicio del usurpador del puesto de Sumo Sacerdote de Odín en la Asgard de Saint Seiya, Andreas Rize. Tiene fama de ser el más poderoso de esta tercera generación de Guerreros Divinos. Entre otras cosas por su supuesta condición de inmortal que hace que su cuerpo sea inmune a todo tipo de daño físico.
Balder llegó a pensar que fue el dios Odín quién le otorgó esa invulnerabilidad, lo que le hizo desarrollar un complejo de superioridad, al creerse el elegido de su dios, con la consiguiente pérdida de su humanidad. Posteriormente se descubrirá que el dios que le dio esas habilidades para manipularlo era Loki.
La cámara de Yggdrasill que Balder custodia es la cámara de la luz, Alfheim, compuesta de estructuras cristalinas, hielo y nieve. En la Mitología Nórdica, Alfheim es uno de los Nueve Mundos, hogar de los Elfos.
Balder de Hræsvelgr en la Mitología Nórdica
La cualidad que se le atribuye a Balder de Hræsvelgr en Saint Seiya – Soul of Gold, la invulnerabilidad, es un homenaje al dios asgardiano del mismo nombre. Balder o Baldr es hijo de Odín y Frigga. Divinidad de la luz, la belleza y la inocencia. Sus atributos eran la sabiduría y la amabilidad, fruto de su buen carácter. De ahí que fuera muy apreciado tanto por mortales como por inmortales.
Extraños sueños, que vaticinaban su muerte, hicieron que Frigga lograra hacer prometer a todos los seres y armas de la creación no dañar a Balder, lo que lo hacía prácticamente inmortal. Aún así, un celoso Loki averiguó que un arbusto, el Muérdago, no había hecho tal juramento, al haberlo considerado Frigga demasiado joven para ser considerado una amenaza. Con el Muérdago, Loki fabricaría un dardo con el que asesinaría a Balder, dando comienzo así al Ragnarok. Esto nos hace entender porque en Saint Seiya – Soul of Gold Loki fastidia a Balder.
El nombre de su armadura, Hræsvelgr, significa Aspirador de cadáveres o Corriente de naufragio. Es el nombre de un gigante mitológico que tomaba la forma de un águila. Se creía que era el causante del viento, al batir sus alas.
Arma de Balder de Hræsvelgr
- Tyrfing: Sable con el que Balder canaliza su cosmos. Alude a la legendaria espada Tyrfing o Thyrfing que significa El dedo de Tyr, el dios nórdico de la guerra y la justicia, capaz de cortar piedra y metal. También significa Segadora o Asesina. Es una espada maldita que obliga a matar cada vez que es desenvainada. La razón está en que un rey de la estirpe de Odín, Svafrlami obligó a los enanos Dvalinn y Durin a forjarla. En venganza, estos maldijeron el arma, de forma que quien la empuñaba moría, las heridas causadas por Tyrfing no podrían sanar y sería portadora de tres grandes males.
Técnicas de Balder de Hræsvelgr
- Yr: Una de las runas que simboliza el poder otorgado a Balder por Loki, en su mano izquierda. Por medio de esta runa Balder puede manipular la realidad, creando y enviando a su adversario a otra dimensión, donde le ataca invocando a cuatro Valkirias. En dicha dimensión también se observa una representación del Yggdrassill lo que podría tener sentido si consideramos que la runa Yr se ha asociado con el árbol de la vida, al traducirse como tejo o roble.
- Ansuz: La otra runa otorgada por Loki a Balder en su mano derecha. Por medio de ella Balder es capaz de descargar su cosmos a través de Tyrfing. El poder de la runa Ansuz es representado con la forma del dios Odín. Precisamente la Runa Anzus, que simboliza la letra A en el nórdico antiguo, se usa para representar a los dioses, en concreto al dios “As”, de la Mitología Nórdica, Odín.
Nos leemos en otros posts de Las Cosas que nos hacen felices.
