InicioSeriesAnálisis de Secretos de un matrimonio. Temporada 1. Capítulo 4.

Análisis de Secretos de un matrimonio. Temporada 1. Capítulo 4.

Ya tenemos aquí una de las series más esperadas y, aparentemente, innecesarias del año. Un director de series de televisión de prestigio, dos actores primera espada de Hollywood y un libreto inmortal. Esto es Secretos de un Matrimonio. Si queréis saber qué me ha parecido este cuarto capítulo, vamos a ello.

Todos los análisis de Secretos de un matrimonio. 

Esta vez es Jessica Chastain la que entra al rodaje en la innecesaria escena inicial de Escenas de un matrimonio. Pero sí hay un detalle importante, que la aleja de las otras. Esta vez, la actriz se encuentra, valga la redundancia, lejos  de la casa. El camino al hogar cada vez es más lejano.

EL CONTRATO QUE SE FIRMA

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La situación inicial es intrigante. La pareja se encuentra de mudanza. ¿Es que, tras lo ocurrido en el tercer episodio, Jonathan ha decidido unirse a Mira en su aventura en Londres?

Nada más lejos de la realidad. Mira continúa con Poli y, precisamente, el empaquetado de los muebles es para formalizar la separación de los bienes materiales de la casa.

Nuevamente, contrastan las dos actitudes del antaño matrimonio. Mira parece haberse desmenuzado tras la aparente seguridad del capítulo anterior. Dubitativa, con dolor de cabeza, intenta postergar la firma del acuerdo de separación de bienes.

Por el contrario, Jonathan parece decidido en su afán por formalizar dicho documento. Incluso le habla del rito del divorcio judío, una ceremonia que recalca lo definitivo del proceso, a lo que ella no parece gustarle.

La sensación es que la tensión sigue latente entre ambos, y pronto ambos se revuelcan en el sofá de una forma animal, casi primitiva. No es amor. Es sexo de los que se saben que, tal vez, sea la última vez que sus cuerpos se rocen.

Nuevamente, se contraponen las dos actitudes. Ella se sonríe. Por primera vez en lo que va de capítulo, está sonriente. Relajada. Sigue queriendo a Jonathan.

Él, sin embargo, acude raudo al baño. Y se lava exclusivamente su sexo, el que ha estado dentro de su ex mujer. ¿Sensación de suciedad? ¿De equivocación? Extraño cuando él ha sido el que ha llevado la iniciativa para acabar teniendo sexo en el sofá.

Eso sí, parecen cómodos cuando regresan al sofá. Incluso se plantean salir a cenar como antes (propuesta de Mira) antes de que llegue el camión de la mudanza. Pero entonces, el mundo exterior (o eso parece) vuelve a para interferir en su relación.

EL CONTRATO QUE NO SE FIRMA

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Los papeles del acuerdo de divorcio es el motivo y, a la vez, excusa de este capítulo. Ella es reacia a firmarlos y él piensa que es porque no se fía, lo que vuelve a traer a primer plano el abandono de ella, la relación con Poli y la ambivalencia de su ex mujer.

Por primera vez, él explota. Pero se controla lo suficiente para volver a su posición de confort, pidiendo perdón a Mira por sus comentarios.

Y llegamos a la primera revelación del episodio. Han despedido a Mira. Su deslumbrante mundo profesional se ha derrumbado, en parte, por sus actos. El tener que compaginar la crianza de Ava le ha hecho tener un horario reducido y, al rechazar el marcharse a Londres para estar cerca de su hija, ha perdido el favor de su hija. De hecho, se sugiere que ella disfrutaba de una posición de poder sobre su jefe porque este la deseaba. En cierto modo, el despido no es solo profesional, también es un despido de la imagen que tiene Mira de sí misma como una mujer atractiva.

A esto, la respuesta de Jonathan es demoledora. La imagen que tenemos de ambos comienza a bascular. Si, hasta ahora, él era el pobre hombre al que todos compadecíamos y ella el lobo feroz, ahora él se muestra en una superioridad moral y sentimental de la cual se aprovecha para atormentar a la mujer que tanto daño le ha hecho. Algo, por otro lado, totalmente humano.

Jonathan le dice que le da igual, que no siente ningún tipo de dolor ante el despido de Mira. Le da igual. Se jacta de haberse “curado” de su amor. Y ella termina por caer del todo y comienza a insultarlo. Está enfadada y desconcertada. ¿Cómo puede decirle que no siente nada por ella si acaban de tener sexo en un sofá?

Ambos se enfrentan por sus respectivas posturas (nunca mejor dicho) frente al sexo. Una vez más, aparece el papel del condicionamiento en una pareja. Del adaptarse, del moldear las conductas aunque no sean las preferibles por uno para someterse a los deseos del otro. Él vive el sexo como algo desechable y ella es una persona muy sexual. Ella se reprimió pero lo pagó siendo muy condescendiente con él en la cama. Difícil saber la verdad en esta discusión. Probablemente, ambos tienen razón.

Las discusiones se vuelven más extremas. Aparecen los gritos. Los insultos de Mira son más dolorosos, pero no tienen ningún fin más allá de hacer daño a Jonathan. Él, sin embargo, tiene un objetivo. Necesita que Mira firme.

EL CONTRATO A FIRMAR O NO FIRMAR.

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Y el secreto, eso que intuíamos y no terminaba de salir a la palestra, es revelado. Mira no quiere firmar. No quiere divorciarse porque quiere volver a Jonathan.

Las dudas de este son tan palpables como las del espectador. ¿Está Mira enamorada? ¿O, por el contrario, falta de un sostén que ha perdido y que mantenía cuando estaba con su ex marido?

Mientras ella intenta por todos los medios convencerle, él se muestra firme. Es muy consciente de lo mal que lo ha pasado y no quiere volver atrás. Y revela porqué quiere divorciarse cuanto antes. Quiere volver a ser padre. Sin una pareja, utilizando un concepto (que, personalmente, desconocía) llamado copaternidad electiva.

Ella, inestable ante su actitud y la revelación de que quiere volver a ser padre, se siente atacada por haber abortado. Incluso focaliza la ruptura en aquel aborto que, tal vez, no tendrían que haber llevado a cabo.

Jonathan decide marcharse y la discusión se agrava. Sin saber muy bien cómo, llega la violencia. Ambos se golpean, aunque él recibe la peor parte. Finalmente, cuando Mira y Jonathan se encuentran en el pozo del respeto que se habían tenido durante toda su vida, ella decide firmar y le deja marchar.

Tendríamos que haber hecho esto hace mucho tiempo, dice Jonathan. ¿Se refiere a la firma del divorcio? ¿O al enfrentamiento que acaban de tener?

A falta de un episodio para el final de la serie, vemos a Jonathan salir de la casa y coger el coche. La llegada a casa cada vez es más difícil. La huida también.

Enlace a Secretos de un matrimonio en HBO. 

Un saludo y sed felices!

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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