Bienvenidos, auténticos creyentes, a La Tapa del Obseso, la sección de Raúl Sánchez.
Una de las cosas que todo el mundo se plantea alguna vez es si la gente cambia de verdad con los años o no. Si tenemos una parte inalterable que no cambia a pesar de los años y las experiencias o más bien lo que nos va pasando nos cambia sin remedio. Hay posiciones intermedias, como en todo, pero en esencia todo el mundo está más cerca de una de las dos posiciones, matizándola de vez en cuando. Yo soy de los que creen que cambiamos. O mejor dicho, que podemos cambiar, aunque no es fácil. De hecho, es complicadísimo.
Todo esto viene a cuento después de leer un fantástico post de un amigo (“De cómo nos jodemos la vida (I)“) que habla un poco de esto. Al final es posible que el tema lo resumiera perfectamente Nietzsche cuando dijo: “Cuando uno tiene su propio porqué de la vida se aviene a casi todo cómo“. Es lo que le dijo Ra´s Al Ghul a Bruce Wayne en Batman Begins, ni más ni menos.
Soy consciente de lo fácil que es malinterpretar estas cosas y acabar en afirmaciones equivocadas del tipo “el que no cambia es porque no quiere” y demás. El encontrar ese porqué, esa razón que hace cambiar a la persona muchas veces no tiene que ver con la propia voluntad, con querer o no. Es fácil hablar de estas cosas y terminar echando la culpa a un adicto a la coca por su falta de “voluntad” para salir de su adicción. A veces uno puede construir o encontrar el porqué que hace cambiar, pero otras muchas veces no. No siempre ni muchas veces es cuestión de que la persona quiera. El hecho es que una persona motivada encontrará formas de intentar lograr lo que quiere.
Uno de los mejores ejemplos de todo lo que estoy contando es una historia de la serie regular de Spiderman. Es de la segunda edad de oro del personaje, ya en el siglo XXI, de mano de Straczynski. Algún día hablaremos de esta etapa del cómic, pero hoy hablaremos de una historia en concreto: “El libro de Ezekiel“. Hay, como era de esperar, muchos detalles de la trama del cómic que deben evitar quienes quieran leerse de primeras la etapa.
Straczynski empieza su etapa en Spiderman cambiando el origen de los poderes del personaje. Es conocido popularmente que recibió sus poderes de una araña radioactiva y le dió los poderes proporcionales de una araña. Casi cuarenta años después este guionista se plantea una duda genial por la base: ¿qué le dió los poderes? ¿fue la radiacción? ¿o fue la araña, que le dió los poderes a pesar de la radiacción? Un personaje nuevo, Ezequiel, muestra los mismos poderes de Spiderman y le hace esa pregunta.
Desorientado, Peter Parker sigue con su trabajo, para encontrarse de nuevo con Ezekiel, que le revela que los poderes que ambos tienen no se deben a la radiacción sino a poderes totémicos, mágicos. Peter Parker estaba destinado a tener esos poderes. Ezekiel había usado los poderes arácnidos (algunos de los cuales Peter desconoce) para convertirse en un multimillonario, y quería usar su fortuna para ayudar a Peter. ¿La razón? Que creía que Peter había “marcado la diferencia”. Es decir, que había usado sus poderes para ayudar a los demás, cosa que él había hecho más bien poco.
Muchos números después nos encontramos con Ezequiel secuestrando a Peter Parker. Aparecen en un templo perdido de algún país sudamericano. Ezekiel le revela que sus poderes son “robados”, que en cada generación sólo puede haber “una araña” según todos los designios totémicos y mágicos. Él forzó el orden natural de las cosas y los poderes totémicos han enviado depredadores casi imparables para devorarle. La única manera de aplacarlos es servirles en bandeja al original, a Peter Parker, el destinado a tener los poderes. Así Ezekiel se salvará. No le gusta, no le hace gracia, pero, como dice él, no tiene elección. Entre morir y vivir quiere vivir. Empieza así un ritual en que desnuda y encadena a Peter. Después le hace cortes para que corra la sangre y se junte con la suya. Y, al hacerlo, ambos sienten y comparten sus vidas.
Así experimenta Peter Parker el relato interior de Ezekiel sobre sus poderes arácnidos y cómo los ha usado en su vida:
Y así vive Ezekiel el relato de cómo ha utilizado Peter Parker los mismos poderes que tiene él y sus motivos:
Ezekiel ve cómo Peter Parker, con sus mismos poderes, sí ha podido marcar la diferencia, sí ha podido ayudar a la gente. Nunca se ha rendido ni lo ha dejado para otro día. Avergonzado por su fracaso vital, Ekekiel libera a Peter y se enfrenta a los depredadores totémicos, muriendo y sacrificándose para salvar al legítimo poseedor de los poderes arácnidos. Peter se despierta con Ezekiel muerto y embalsamado, con una persona del templo del ritual al lado suyo. Se ponen a hablar de Ezekiel:
La victoria de Peter Parker no fue física. Ezekiel vió cómo siempre pudo haber ayudado a los demás, siempre pudo haber dado el paso de marcar la diferencia para la sociedad y no sólo para enriquecerse personalmente. Al verlo, fue derrotado por el alma de Peter Parker,que con los mismos poderes sí se puso a ayudar a los demás.
Pero nos engañamos si creemos que la diferencia entre Ezekiel y Peter fue de elección o valentía o de pura voluntad, es decir, de razones puramente internas de cada uno. Recordemos que antes de la muerte del tío Ben nuestro querido trepamuros lo que quería era…ganar dinero. Ganar dinero, ligar con chicas, vengarse de los abusones, pagar las facturas de sus tíos. Cosas vergonzosamente mundanas y comprensibles. El ayudar a los demás vino a partir de la muerte de su tío Ben a manos de un ladrón que él se negó a detener, pensando que eso no era cosa suya. Es decir, que el cambio en la forma de actuar de Peter, de usar sus poderes para sus cosas propias como Ezekiel a ayudar a todo el mundo, no se debe a un acto de voluntad y reflexión. El cambio se debió a un estímulo externo traumático (la muerte de su tío Ben) que actuó a través de estímulos internos de Peter (la enseñanza en la responsabilidad que siempre le habían inculcado sus tíos). La una sin la otra nunca hubieran conseguido hacer cambiar a Peter.
Al final el cambio y en este caso el cambio hacia el heroísmo necesita de estímulos externos a la persona que permitan que las ideas (internas por definición) puedan cambiar. Los cómics mencionados y el fragmento de la película enlazada puedan dar lugar a interpretaciones voluntaristas, de creer que todo es una cuestión de querer o no, pero hay que tenerlo claro: el heroísmo y el cambio necesitan muchas veces de cambios externos a la persona. Las causas externas actúan a través de las causas internas, como decía Mao. El porqué que hace que busquemos el cómo muchas veces no depende de nosotros. Y es por eso que cambiar es muchas veces difícil.
Sed felices.
P.D: Los cómics mencionados los publicó Panini en unos bonitos y baratos tomos. En concreto, de los que hablo en este post son Spiderman: Vuelta a casa y Spiderman: El Libro de Ezekiel. No hace falta saber ni haber leído nada anterior para disfrutarlos.
Pedazo de artículo, muchas felicidades Raul! Además ésta saga es una de mis favoritas del arácnido, la tengo en casa como oro en paño… Al final las cosas siempre dependen de uno en mayor o menor medida. La forma en que vivimos la vida es la forma en que la gente nos recuerda. Un abrazo!!
Muchas gracias. También es de mi favoritas. Hablaremos de ello en el futuro. 🙂
El ejemplo ha sido muy acertado. Buen post e interesante reflexión. Estos temas me apasionan y leer opiniones varias siempre enriquece y hace reflexionar.
Un saludo.
Muchas gracias. Contaremos más cosas por el estilo.