Han pasado 25 años y este 4 de mayo (May the Fourth be with you) regresa a los cines Star Wars: La amenaza fantasma. Ha llegado el momento de ir más allá de la nostalgia y revisitar una película que fue muy denostada en su día pero que, con el paso de las décadas, ha ido ganando adeptos. Vamos al lío.
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…
La República Galáctica está sumida en el caos. Los impuestos de las rutas comerciales a los sistemas estelares exteriores están en disputa. Esperando resolver el problema con un bloqueo de poderosas naves de guerra, la codiciosa Federación de Comercio ha detenido todos los envíos al pequeño planeta de Naboo. Mientras el Congreso de la República debate interminablemente esta alarmante cadena de acontecimientos, el Canciller Supremo ha enviado en secreto a dos Caballeros Jedi, los guardianes de la paz y la justicia en la galaxia, para resolver el conflicto.
De resultas que esos Caballeros Jedi caerán en una trampa e iniciarán una excursión por la galaxia acompañados de la reina de Naboo y su séquito, un droide algo metomentodo y un patoso alienígena, perseguidos a su vez por un Lord Sith de color rojo y con cuernos por todas partes. En su viaje rescatarán a un niño esclavo, se darán cuenta de que de la burocracia es mejor no esperar mucho y regresarán a Naboo para ayudar a la reina a recuperar su planeta.
En fin, ¿hay alguien que no haya visto Star Wars: La amenaza fantasma? Quien más, quien menos ya sabe de lo que hablamos, así que no contaremos toda la película. Soy así de vago. Lo que si haremos es señalar los errores (pocos) y los aciertos (más de lo que muchos creen) de una cinta que es mucho mejor de lo que se dijo en su momento.
Lo que no nos gustó
Esas expectativas…
Star Wars: La amenaza fantasma fue prisionera de la nostalgia y de las expectativas. Ese es el mayor debe de la película, y en realidad tampoco es culpa suya.
Cuando llega a los cines el Episodio I de Star Wars, en 1999, toda una generación llevaba 16 años aguardando la historia del auge y caída de Anakin Skywalker, su relación con su maestro Obi Wan y su lucha en las míticas y desconocidas Guerras Clon. Llegamos a pensar que, en la cabeza de George Lucas, todo estaba atado y bien atado y resulta que el pobre hombre se veía obligado a reconstruir un puzzle que estaba por fabricar.
George Lucas se fue tan atrás en el tiempo que nos presentó a un Anakin Skywalker a una edad demasiado tierna para unos adolescentes que ya frisaban la treintena. ¿Ese querubín era Darth Vader? Vale, era un excelente piloto pero no había manera de empatizar o identificarse con él, sobre todo para quienes esperaban regresar a su infancia plagada de naves espaciales y sables láser.
Esperando algo más de complejidad (demasiada para lo que es la franquicia), nos encontramos con una historia más simple que el asa de un cubo, con un Obi-Wan Kenobi algo imberbe y un villano que en aquel entonces fue calificado de “plano”, un tipo muy molón en su estética pero con la profundidad de un charco.
La generación de finales de los 70 y principios de los 80 se vio decepcionada, echó fuego por la boca y maldijo en klingon a Lucas, a Anakin, a los Jedi y sobre todo al pobre Jar Jar Binks, que francamente no merecía tanta saña; pero, lo que son las cosas, había una nueva generación que no había mitificado a Star Wars y que abrazó con alegría a Anakin, a Padme Amidala, a Darth Maul y también al pobre Jar Jar Binks, que tampoco merecía tanto abrazo.
Es esa misma generación que 16 años después se vio decepcionada, echó fuego por la boca y maldijo en klingon a Disney, a Rey, a los Jedi y sobre todo al pobre Kylo Ren, el único de todo el reparto que ha demostrado ser un actorazo. Paradojas de la vida.
Esa pantalla verde…
Tampoco ayudó que se optara por el uso y abuso de los efectos digitales, con actores rodando sus escenas rodeados de pantallas verdes. Todo eso le dio a la película un aire demasiado artificial, contrastando con los efectos digitales de sus predecesoras, mucho más artesanales. Los nuevos mundos imaginados por George Lucas se sabían y se veían mucho más artificiales con esa nueva tecnología.
Lo que nos gusta
Es pura aventura
A ver, siempre es cuestión de gustos pero a mí Star Wars: La amenaza fantasma me parece una gran película de aventuras. Antes he dicho que la historia es más simple que el asa de un cubo pero precisamente ahí esta parte de su mérito. No hace falta pensar demasiado para disfrutar de la película.
Se supone que no debería decir esto, pero ya sabes, Star Wars es una película para niños de 12 años. Está pensada para que tenga sentido cuando tienes 12 años y estás a punto de entrar en el mundo real.
George Lucas
Se nos olvida muy pronto que Lucas concibió Star Wars a imagen y semejanza de Flash Gordon (que de pequeño le encantaba pero no pudo conseguir los derechos para hacer su versión) y nunca ha disimulado su intención de que las películas sirvieran para explicar el viaje del héroe a niños de 12 años.
En ese sentido, el propio George Lucas recuerda que las críticas a Star Wars no provienen de niños de 12 años, que por lo general salen encantados de ver las películas, sino de adultos a los que se supone talluditos y que no aceptan que su infancia quedó atrás hace tiempo.
Así que si, punto para George. Star Wars: La amenaza fantasma es una gran película de aventuras para niños de 12 años. En ese aspecto, quizás sea la mejor de la franquicia.
Esas carreras de vainas…
La película cuenta con una de las mejores escenas de toda la saga: la carrera de vainas en Tatooine, creada como homenaje a la escena de las carreras de cuadrigas de Ben-Hur. De todas las precuelas y de las secuelas que vinieron después, no hay una escena más icónica que esa. Reconocedlo: muchos os veis las películas esperando llegar a las vainas.
Ese Liam Neeson…
Tampoco hay en todo los episodios I, II, III (y los VII, VIII y IX) un personaje como Qui-Gon Jinn, el jedi anti-sistema, el jedi rebelde, EL JEDI CON MAYÚSCULAS. Y lo es, entre otros cosas, gracias al mayor acierto de casting de la película (e insisto, el mayor acierto de casting de toda la franquicia con excepción de Harrison Ford, Mark Hamill y Carrie Fisher), es decir Liam Neeson.
El actor ya gozaba de gran prestigio tras La lista de Schindler, Rob Roy, Los Miserables y Michael Collins y llegó a Star Wars para aportar a la franquicia el prestigio que en su momento le dio Alec Guinnes. Su presencia y su carisma contribuyeron a que Qui-Gon Jinn fuese un personaje memorable, algo que acentuó su enfrentamiento con Darth Maul.
Por desgracia, Neeson se fue de la saga echando pestes, acusando a Lucas de ser un mal director y diciendo que estaba hasta las narices de las pantallitas verdes pero no ha tenido empacho en machacarnos con diferentes versiones del mismo personaje en los últimos años, ese justiciero que busca venganza y que ya lo ha convertido en una parodia de si mismo. Regresó hace poco en un cameo para olvidar, supongo que por la pasta pero ahí queda ese añorado Qui-Gon Jinn en La amenaza fantasma.
Esa música…
Si algo ha permanecido inalterable a través de los años y de los diferentes episodios de la saga, es la música de John Williams, quien quedará por siempre ligado a una galaxia muy lejana. En Star Wars: La amenaza fantasma la música de Williams sigue estando a la altura pero sin duda, la que pasará a la historia y es una de las más icónicas es Duel of The Fates, con ese coro que supuso toda una novedad en la franquicia.
Es Star Wars
Pese a todos los defectos que uno pueda encontrar, pese a que lucha contra el recuerdo de la trilogía original, pese a su abuso de pantallas verdes, pese a las hordas de treintañeros/cuarentones rasgándose las vestiduras, Star Wars: La amenaza fantasma significó mucho para una nueva generación de espectadores.
Podemos afirmar que, para muchos, fue un nuevo punto de entrada en la saga galáctica, una película que podían sentir como propia, que no les era impuesta por sus padres sino que formaba parte de su propia historia.
No es de extrañar porque la película recoge todos los elementos que había en la trilogía original y los presenta como algo novedoso a las nuevas generaciones: más jedis, nuevos villanos, nuevos sables láser, nuevas naves, nuevos planetas,… Ahora, 25 años después, Star Wars: La amenaza fantasma forma parte de la saga por derecho propio. Un saludo, sed felices y que la fuerza os acompañe… siempre.
Vista ahora en perspectiva me gusta mucho mas que cuando la vi por primera vez, 25 años ya, como pasa el tiempo. Y para mi las precuelas han resultado ser superiores para mi, a la ultima trilogía.
Hola joseluis. Creo que pasa con muchas películas, que en un primer visionado te producen una impresión y luego, años después, te dan otra. Lo que si hay que hacer es no dejarse llevar por la nostalgia pero a veces es inevitable. Gracias por leernos y por dejar un comentario.
En “El imperio contraataca”,la mejor película con diferencia de esta saga,se puso comprobar que un buen guión y un director competente pudo dar como fruto un film magnífico.¿Era esa secuela para niños de 12 años?.No,era para todos los públicos.Ese fue el principal error de Lucas.
Hola Diego. “El imperio contraataca” es sin duda la mejor de la saga. Quizás acertó al conectar con un público más adulto pero creo que su público objetivo seguía siendo el mismo. Cuesta creer que pensasen “oye, vamos a hacer una película para adultos y luego en la siguiente lo llenamos de osos de peluche”. A veces se dan coincidencias y ya está. Kasdan estaba en estado de gracia y Kershner dirigió con mano profesional. Lucas siempre ha ido a salto de mata. Gracias por leernos y por dejar el comentario.
Es cierto que Kasdan en aquella época era toda una garantía.Gracias a vosotros.