El 3 de agosto, Netflix, estrenó la película japonesa Zom 100: Cien cosas que quiero hacer antes de convertirme en zombie. Se trata de una adaptación a live action del anime homónimo que está triunfando entre los fans de este género. A su vez, está basado en un manga del que te dejo por aquí un enlace por si quieres verlo, y que está creado por Haro Aso, guionista de Alice in borderland, y Kotaro Takata.
Zom 100: Cien cosas que quiero hacer antes de convertirme en zombie. Manga online.
La película está protagonizada por Eiji Akaso, como el joven Akira; Mai Shiraishi como Shizuka; Shuntarô Yanagi como Kenichiro y Kazuki Kitamura como Gonzo.
Tenía curiosidad por ver este live action, supongo que a muchos nos habrá pasado, teniendo en cuenta que a finales de agosto llegará la adaptación de anime más esperada de los últimos tiempos: One piece. Lamentablemente Zom 100 se queda muy por debajo del anime y del manga que adapta.
Está claro que nada tienen en común ambas adaptaciones, pero como la experiencia con este tipo de live actions ha tenido una tendencia tirando a catastrófica, es imposible no pensar en por qué Netflix hace estas cosas, repitiendo los errores una y otra vez; y también pensar en si también los repetirá en One piece.
Zom 100: Una adaptación que se queda corta.
En este punto creo que hay que hacer una pequeña separación entre los que están viendo el anime, y los que no sabían nada ni del anime ni del manga. Esto lo digo porque es muy posible que a todos aquellos que acaban de descubrir Zom 100 esta historia les guste. Pero sin embargo, si ya conocías sus anteriores versiones, esta película te va a decepcionar.
Es muy difícil adaptar un manga/anime con la historia tan particular que tiene Zom 100. Esta historia de terror y comedia es un viaje de descubrimiento que con una típica lista de cosas a hacer nos lleva a un cliché bastante tópico de la vida: un Carpe diem como la copa de un pino.
Todos sabemos qué debemos vivir más allá de este estado de piloto automático que todos tenemos encendido, pero parece que no abrimos los ojos hasta que no pasa una desgracia. En el caso de Akira, esta desgracia fue una ‘invasión zombie‘.
Esa nueva vida contra la que choca Akira está narrada perfectamente tanto en el manga como en el anime, pero en la película no tanto. Y eso que tendremos unos primeros minutos en que sigue fielmente la narrativa del manga, pero pronto tiene que pasar a aumentar velocidad, y eso hace que se pierda esa visión del nuevo mundo, e incluso que se desvirtúen algunas escenas.
Ese será el momento en el que el joven decidirá hacer todo lo que siempre había querido hacer pero que nunca se atrevió, creando una lista que irá tachando poco a poco conforme vaya cumpliendo sus deseos. Todo ello mientras se dedica a huir de unos zombies bastante más rápidos de lo que solemos ver, que imprime acción a esta comedia dramática.
El primer problema que tiene la cinta es su formato. Una película no tiene suficiente tiempo para hacer un desarrollo de unos personajes como los que nos presentan en Zom 100, y por eso el joven Akira se convierte en una caricatura mucho más marcada que incluso en el manga.
El segundo problema es que el espectador simplemente debe tener fe y creer en unos cuantos sin sentido que nos presentan y que no tienen ni pies ni cabeza. Eso unido a una serie de situaciones que tanto en el manga como en el anime no suceden del mismo modo, descolocan al espectador que ve la película pensando que adapta el anime. Es decir, que estamos ante una versión libre aprobada por los mismísimos creadores del manga y del anime, que han dado su okay a estos cambios, ya que han colaborado en la película. Bueno es saberlo.
Y así es como llegamos a ese final donde nos deja con la sensación de haber visto una historia incompleta y que no sabemos bien si queremos seguir conociendo o dejarla así quieta. Supongo que a Netflix le habrá pasado lo mismo y estará esperando sus números para saber si hace una segunda o incluso una tercera parte de Zom 100. ¡Quién sabe!
Si estás viendo el anime, mi recomendación es que no veas la película y que sigas disfrutando de esa sangre de colores acompañada por una historia y unos protagonistas muchísimo más interesantes que los de la adaptación de Netflix.
Y si no has visto el anime, te recomiendo que le eches un ojo para que puedas entender el motivo por el que Zom 100: Cien cosas que quiero hacer antes de convertirme en un zombie, no es una buena adaptación.
Qué dice Netflix de Zom 100: Cien cosas que quiero hacer antes de convertirme en zombie.
Akira Tendo (Eiji Akaso) trabaja en una empresa explotadora en la que sufre una jornada interminable, abuso de poder por parte de su jefe y la asignación de tareas absurdas. Se pasa la vida sintiéndose más muerto que vivo. Una mañana, los zombis invaden la ciudad y su familiar paisaje queda devastado.
Ante tal destrucción, Akira grita de alegría por no tener que volver nunca más a la oficina. Haciendo gala de su optimismo innato, escribe una lista de las 100 cosas que quiere hacer antes de convertirse en un zombi, entre las que se cuentan limpiar su casa y acampar en el balcón. Y se dispone a cumplir la lista al pie de la letra.
Tráiler de Zom 100: Cien cosas que quiero hacer antes de convertirme en zombie.
Saludos y sed felices.
Coincido en casi todo. Yo, viéndola con el cerebro apagado, he conseguido que me entretenga; eso sí, me quedo con el anime, sobre todo, por las muchas escenas que rebajan en la adaptación de Netflix, por no hablar de que es imposible trasladar cosas del manga al live-action sin que quede demasiado ridículo.
Un saludo.
Hola Manuel, muchas gracias por tu comentario. Concuerdo contigo, era difícil esta adaptación. Y a mi también me entretuvo en cuanto apagué el cerebro.
Saludos.