La nueva serie de HBO y Canal Historia llegó la semana pasada con una opinión generalizada en Internet algo fría. Es cierto que el cambio de tono en comparación con su primer tráiler es patente ahora que vemos el resultado final y deja claro que no es la sustituta de Vikingos o Juego de Tronos en todos los aspectos.
Viniendo del mismo estudio que desarrolla la fantástica Vikingos, esta Knightfall se asemeja más a una aventura de corte juvenil y con cierto regusto a documental del Canal Historia que no se por dónde nos llevará, pero lo que es la historia real, con pinzas.
Análisis de los capítulos de Knightfall
Antecedentes
El primer capítulo nos introdujo a los personajes y las localizaciones de una manera bastante abrupta. De todo lo que se nos quiso contar nos quedamos con poco debido a esa celeridad y con un futuro algo incierto.
Nos encontramos en el siglo XIV en Francia, quince años después de la novena y última Cruzada. Los Caballeros Templarios están diezmados y divididos por todos los reinos europeos esperando una señal del Papa para actuar en Tierra Santa. Siguiendo la línea histórica, la Orden del Temple estaba a unos años de ser perseguida por acusaciones de sodomía y por las matanzas realizadas en sus cruzadas, algo con lo que el Papa estaba de acuerdo.
En Francia seguimos a un reducto de templarios que aguantaron en Acre la embestida musulmana y que se encuentran “descabezados” tras morir su maestre, Godfrey. Mientras tanto, el futuro maestre, Landry, mantiene una relación con la reina de Francia, Juana.
El nuevo maestre y el nuevo recluta
Godfrey murió tras una emboscada en el bosque por lo que parece ser unos simples asalta caminos. Ahora, con la llegada del Papa Bonifacio a París, Landry es el nuevo maestre de la orden de los Templarios. Sin embargo, las órdenes del Papa son claras, hacer que la muerte de Godfrey no sea en vano y encontrar el Santo Grial.
Lo que yo me temía, el Grial ocupará el grueso de la historia al parecer. ¿Quién lo tiene? No se sabe puesto al parecer se hundió en la bahía de Acre, pero tras encontrar la tumba de Godfrey saqueada, todo apunta a que los saqueadores saben algo que Landry y los suyos no.
La misión ahora es encontrar a esos saqueadores y hacer de canguros. ¿Recordáis a Parsifal? El buen granjero al que le asesinaron su amada Marie, ahora busca venganza a pesar de no tener ni idea de coger un arma. Comprendo que la venganza es algo que busca como agua de mayo, pero teniendo a unos fornidos templarios como colegas, ¿no es mejor dejarles el trabajo a ellos? Pues no y allá que va con su espada siguiendo las huellas de los asaltantes.
Como era de esperar, este chaval es una carga para Landry y esto le obliga a enfrentarse solo contra unos cuantos enemigos. Las peleas son resultonas, no llegan al nivel de epicidad y buen hacer como las de Juego de Tronos o Vikingos, pero se dejan disfrutar.
Todos consiguen salir con vida a pesar de contar con Gawain, quien salvó a Landry de Acre y que ahora cojea en combate. Este problema lleva al nuevo maestre a prescindir de Gawain como fuerza de combate y relegarlo a entrenador de los nuevos reclutas, porque algo que me temía es que Parsifal fuera metido con calzador en la orden, y así es. Tenemos un nuevo caballero. Esto cada vez se asemeja más a Los Mosqueteros con D’Artagnan.
¿Alguien ha dicho Meñique?
Era lógico que Knightfall se centrara en la competencia directa a la hora de plantear su historia, pero calcar a uno de los personajes más reconocidos del panorama seriéfilo actual es para hacérselo mirar. Claro que el bueno de Meñique no fue el primero en aparecer como la figura misteriosa, con cientos de secretos y que mueve los hilos en el fondo, podríamos retroceder hasta Grima de El Señor de los Anillos.
Este meñique se llama Guillermo de Nogaret, personaje histórico y consejero del rey Felipe de Francia. Son conocidas sus aptitudes manipuladoras y sus ataques al Papa, pero se me antoja repetitivo, quizá por la comparación con la competencia. De Nogaret fue quien consiguió expulsar a los judíos de París y quien promovió el ataque contra su caravana a las afueras de la ciudad. Con esa última acción diezmada por los Templarios, De Nogaret pone su vista en la reciente visita del Papa a París por la muerte de Godfrey.
A su llegada, se topa con una situación de índole internacional. La figura del Papa como mediador en conflictos que llevarían a aumentar o disminuir su poder está muy conseguida. Aquí se encuentra en disposición de decidir con quién contraerá matrimonio Isabel, princesa de Francia. Esto trunca los planes de poder de De Nogaret debido a que si la princesa contra matrimonio convirtiéndose en Reina de Cataluña, el Papa verá su poder aumentando en demasía.
La solución pasa por usar a un asesino, opción nuevamente truncada en este caso por la guardia catalana. Para ser un Meñique medieval no le va tan bien como a su contrapartida en Juego de Tronos. Estos constantes fallos en sus planes lo hacen ver para mi como una simple mosca cojonera. Quizá por eso me frustra cada vez que sale en pantalla.
Pero como buen manipulador, aún no ha acabado. Gawain declina la opción de Landry de entrenar a los nuevos reclutas, opción que toma De Nogaret para agasajarlo con la posibilidad de curar su pierna a cambio de los secretos del Papa, secretos que han llevado a Landry y a los suyos a encontrar en las entrañas del fallecido Godfrey una llave. ¿De qué? ¿Qué abre? Esto parece tornarse cada vez más en un documental cutre de Canal Historia en el que solo faltan los aliens.
Un capítulo bastante regulero. La idea de vivir una aventura en el sentido más ligero de la palabra no me echaba para atrás. De hecho, sus combates y los intereses por ser explícita y masiva me llamaban bastante, pero no encuentro nada de los primeros minutos del piloto ni del tráiler en este episodio. Por el momento habrá que seguir esperando.
Un saludo y sed felices.
