InicioSeriesPrison Break (Análisis de los capítulos)Análisis de Prison Break. Temporada 5. Episodio 3: El mentiroso

Análisis de Prison Break. Temporada 5. Episodio 3: El mentiroso

Bienvenidos a un nuevo análisis de la serie de fugas por excelencia, bienvenidos a Prison Break, donde nada es lo que parece y donde todo el mundo miente, como diría Gregory House.

¿Nos quedaba alguna duda? Michael Scofield es Michael Scofield y Kaniel Outis no ha sido más que una tapadera. Es verdad que durante parte del episodio han jugado a la indefinición, sembrando dudas, dejando que pensásemos: ¿y si es verdad? ¿y si Michael se ha convertido en un terrorrista despreciable? Incluso su socio y compañero de celda, Whip (interpretado por Augustus Crew), plantea si la pasó algo mientras estuvo en aislamiento, si realmente se convirtió en Kaniel Outis. Whip se revela aquí no sólo cono compañero de celda sino como socio y cómplice de Michael, una suerte de sustituto de su hermano en estos años de clandestinidad.

Fugas S.A.

En este episodio descubrimos que Michael se ha pasado los últimos años trabajando para la CIA, liberando a sus agentes de diversas cárceles alrededor del mundo (Colombia y Egipto entre otras). Todo eso bajo las órdenes del misterioso Poseidón, quien se revela como el villano en la sombra de la temporada. Fue él quien creo la falsa identidad de Kaniel Outis e introdujo a Michael en Yemen y en Ogygia para que liberase al jeque Abu Ramal. Pero algo salió mal. Michael acabó en aislamiento y Poseidón les dejó colgados, por lo que han tenido que reajustar su plan de fuga a las circunstancias.

Vemos por primera vez el uso que hace Michael de los tatuajes, copiando palabras del Corán para indicar a sus aliados (Lincoln y C-Note) el punto de encuentro una vez se escapen. No se, pero si cada vez que entraba y salia en una cárcel tenía que tatuarse y destatuarse el cuerpo debe tener la piel hecha un Ecce Homo pero ya dijimos en el primer análisis que aquí el realismo brilla por su ausencia y de lo que se trata es de pasarlo bien.

Ecce Homo
El antes y el después de la piel de Michael Scofield

Mientras Michael ultima su enésima fuga, sus amigos, aliados y seres queridos no dejan de pasarlas moradas. Lincoln intenta procurarse un nuevo pasaporte ya que tuvo que vender el suyo en el primer episodio para poder acceder a la cárcel. Por supuesto Sheba (la actriz Inbar Lavi) y él son traicionados. Lincoln se queda sin documentación y Sheba se lleva una paliza a manos de un ex-pretendiende del ISIS que demuestra como tratan los radicales a las mujeres.

En los Estados Unidos, Sara sufre la persecución del dúo que ya asaltó su casa, dúo que trabaja para Poseidón y que demuestran que sí, que saben piratear un móvil pero que son algo torpes para dedicarse a matones de agencias ultrasecretas ya que caen en la trampa de Sara de una forma lamentable. Ya a la desesperada, Sara contacta con T-Bag para que le ayude a averiguar quien está detrás de todo. El principal sospechoso para Sara es Paul Kellerman ya que pudo tomar su huella dactilar del vaso de agua que le ofreció en su oficina. T-Bag, quien está algo mosqueado y se pregunta por qué Michael (a quien ha identificado como Kaniel Outis gracias a Google) ha pagado su molona mano artificial y que pinta él en todo este lío, accede a investigar a Kellerman.

prison break season 5 robert knepper t bag robot hand
¡¡¡¡Esta mano si que mola, se merece una ola!!!

Candidatos a Poseidón

No hay nada como un buen villano misterioso para enganchar al personal y mantener el interés. ¿Es Paul Kellerman el villano en la sombra? ¿Es Poseidón? Ya os lo digo yo: no, rotundamente no. Es demasiado evidente para los parámetros en los que se mueve esta serie. Además, si lo fuese, ¿para que le cuenta la historia a Sara? Con mantenerla en la inopia le habría bastado. Mi principal apuesta es… Jacob Anton Ness (el actor Mark Feuerstein), el marido de Sara. ¿Por qué? Pues porque también tiene fácil acceso a sus huellas, porque los sicarios de Poseidón afirman que no les dejan tocarle un pelo a Sara y que tenían órdenes de no matar a nadie en la casa y porque se entiende, al final del episodio, que Michael se metió en todo este tinglado para mantener a Sara y a su hijo a salvo y si el marido de Sara estuviese implicado sería una buena forma de mantener a todos controlados. Igual no lo es y tan sólo está implicado tangencialmente pero no pinta como trigo limpio. Además, por el momento no tenemos a nadie más que pueda asumir el papel.

Jacob Ness
Parece buen chico pero yo no me fiaría

La gran evasión

Una observación: si os vais a fugar de una cárcel, hacedlo solos o con el mínimo de gente implicada. El bueno de Michael no solo se lleva con él a todos sus compañeros de celda sino que parece que con ellos se va a fugar la cárcel entera. No solo el líder del ISIS y sus secuaces se apuntan a la fuga (y eso que Michael se lo monta para que no puedan) sino que también un par de “cristianos” a los que Michael conoció en aislamiento se unen a la fiesta.  El episodio acaba como el rosario de la aurora. El plan de fuga de Michael se va al traste y acaba en aislamiento, con la amenaza de que cuando salga van a degollarle al más puro estilo del fanatismo islámico. Lincoln se ha quedado sin documentos para él y para Sheba y las niñas a las que querían salvar del ISIS y la cara de Benjamin “C-Note” Franklin, viendo como Michael es capturado en el tejado de la prisión, es todo un poema. Lo que se llama un cliffhanger en toda regla. ¿Cómo se librará Michael de esta? Ni idea. Mejor llamamos a un especialista en fugas para que verifique si el plan era bueno y si hay un plan B.

The Great Escape
El mayor especialista en fugas también está alucinado y cree que Michael lo tiene crudo

Mateo 23:27

Prison Break ha usado siempre la baza de la dudosa moralidad de sus personajes para hacer que la historia gire hacia un lado o hacia el otro. Lincoln Burrows no mató al hermano de la vicepresidenta de los EE.UU. pero tampoco era ningún santo. T-Bag es un pedófilo, un violador y un asesino y al principio daba miedito pero se lo montaron para que acabase por resultar algo simpático (también va por gustos; a mi me da repelús pero resulta un personaje tan fantasioso que acabas por pedir su presencia en pantalla para que anime el cotarro) . Kellerman manipuló, conspiró y asesino en nombre de su país pero ahí está, libre de pecado y en su despacho gubernamental. Michael Scofield no mata, se preocupa por los suyos y es fiel a su familia y amigos hasta el final pero ahí está también, dando título al episodio. Él es el mentiroso al que se refiere el “cristiano” en el episodio, manipulando y engañando a quien haga falta para cumplir su objetivo de fugarse.

Donde no hay lugar a dudas es en los miembros del ISIS. La serie deja bien a las claras como son: fanáticos e inhumanos, la escoria de la raza humana. Y hacen bien porque es lo que hay (si, ya se que acabo de entrar en la lista de infieles a los que van a cortar la cabeza si conquistan Al-Andalus pero ya os digo que no será sólo por esta frase). Pero de igual forma, los hermanos “cristianos” no salen tampoco muy bien parados. Ya lo dice Michael en una frase que no deja de ser una versión moderna de la de Mateo 23:27 , aquella de los sepulcros blanqueados: una cosa es tatuarse una cruz y otra es vivir según su credo. Muchos deberían aplicarse el cuento.

esperanza aguirre
Esta señora también se tira de los pelos y se rasga las vestiduras ante tanto sepulcro blanqueado

La audiencia de este episodio ha sido de 2,44 millones de espectadores en USA, perdiendo bastante con relación al episodio anterior. Vamos, lo normal. Los primeros episodios siempre tienen mejor audiencia, que se va bajando del carro a medida que pierden interés o no les gusta la serie. Seremos francos: no es esta una serie para tomarsela muy en serio, tan solo para dejarse llevar. He leído por ahí críticas a que los villanos resultan ridículos (lo cual no deja de ser verdad; la trampa de Sara lo demuestra) y a que las relaciones entre los personajes están exentas de realismo (T-Bag intentó violar a Sara en las temporadas anteriores y ahora parece que irán a tomarse un café juntos) pero no es realismo lo que buscamos sino entretenimiento puro y duro. Nos leemos en el próximo episodio. Un saludo, sed felices.

Pedro Pérez S.
Pedro Pérez S.
Aficionado también al cine, las series de televisión, la literatura fantástica y de ciencia ficción, a la comida, la cerveza y a todas las pequeñas cosas que nos hacen felices.
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