Ya quedan dos episodios para el cierre de la primera temporada de It: Bienvenidos a Derry y analizamos el sexto episodio cuyo título, de manera adecuada a su trama, es En el Nombre del Padre. La serie, que se emite por HBO Max, expande el universo de Stephen King al hacer de precuela a su novela It y muy especialmente a las dos adaptaciones cinematográficas de Andy Muschietti, quien desarrolla la misma junto a su hermana Bárbara y a Jason Fuchs, también showrunner.
Hola otra vez y bienvenidos a Derry. Mientras nos acercamos al final de la temporada, nos toca hoy analizar un sexto episodio que lamentablemente vuelve a desligar la trama adulta de la infantil cuando haberlas ensamblado había sido una virtud. De hecho, en la base militar y salvo por el tenso momento entre Leroy y su hijo Will, no hay casi rastro de que hayan hecho recientemente un operativo en las alcantarillas con tragedia incluida.
Tenemos además apertura y eventual cierre del Black Spot, así como una sorprendente revelación en cuanto a Ingrid y un vínculo familiar que la “une” con Pennywise o, al menos, es lo que ella cree: no con la criatura en sí, sino con la forma que adopta para acercarse a los niños.
Pasemos a ver qué ha ocurrido entonces en esta entrega no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordarles que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
La Hija del Payaso
Cada vez son más frecuentes en la serie los flashbacks que hacen de tráileres a las próximas temporadas. El que inicia este capítulo nos lleva a 1935 y más específicamente a Juniper Hill, la institución psiquiátrica que en el futuro será dos veces visitada por Lilly y en la cual nos encontramos con Mabel, una niña muy asustada por un payaso misterioso que la acecha en las calderas del sótano (esa combinación nunca da lugar a cosas buenas) y a quien una joven Ingrid Kersch, en lugar de apartar y proteger, impele a ir hacia allí. Regresaremos sobre ello más tarde…
En la base, Leroy regaña a Will, a quien, quizás con razón pero sin mucho tacto, prácticamente culpa de la muerte de su amigo Pauly Russo y prohíbe terminantemente seguir saliendo a ver al resto del grupo. En tono acusatorio, Will replica que él no deja morir a sus amigos como él, lo que le vale una bofetada que pone mal tanto a Charlotte como al propio Leroy, que siente inmediatamente culpa. Will le recrimina que la criatura ya lo ha poseído y huye en su bicicleta…
En el mirador hay nueva reunión cumbre. Los del club de perdedores siguen moviéndose de manera insólitamente libre a pesar de todo lo ocurrido y, de hecho, allí está Will, no solo desobedeciendo a su padre sino también burlando la seguridad de la base nadie sabe cómo.
Lilly enseña a los demás la daga que encontró en las alcantarillas y propone volver allí porque está convencida de que la criatura le teme. Ronnie, más sensata y por mucho que quiera demostrar la inocencia de su padre, no quiere saber nada al respecto y la acusa de estar exponiendo al grupo una vez más después de lo cerca que estuvieron de morir allá abajo.
La discusión se pone álgida y Rich intenta apaciguar, pero no hay conciliación posible y Lilly termina separándose del resto: justo como quiere It. Sin embargo, hablando después Rich en privado con Marge (entre quienes parece haber enamoramiento), el niño no considera tan mala la idea de Lilly. Por otra parte, ayuda a Marge a retirarse la venda del ojo, que se ve en estado calamitoso (aunque quizás no todo lo que debería después de ser pasado por una sierra sinfín) pero, para consolarla, le dice que se ve genial.
En el colegio, Marge se acerca una vez más a hablar con Lilly y las Patty Cakes intentan convencerla de que la deje sola, pero las espanta con su ojo al descubierto. Ya no le interesa ser aceptada por ellas y está claro que ha optado por sus verdaderos amigos.
La pobre Lilly, no obstante, vuelve a ser acechada por la visión de su padre entre los pepinillos y saca a relucir la daga, lo cual motiva una reprimenda en su contra y que, como Will, huya en bicicleta…
En busca de apoyo y consejo va una vez más a visitar a Ingrid, pero esta no se halla en casa y, estando la puerta abierta (los habitantes de Derry no toman demasiado recaudo ante los últimos acontecimientos), Lilly se pone a fisgonear en el ático (donde tampoco suele haber nunca cosas buenas) y descubre un álbum de fotos antiguas en las que aparece el padre de Ingrid con un aspecto que claramente remite al payaso de la cripta. Al llegar la dueña de casa, la pone al tanto de que, efectivamente, su progenitor trabajaba como payaso bajo el nombre de Pennywise…
Más aún: fue ella, disfrazada, quien les asustó en el cementerio (lo cual explica que, contrariamente a los fantasmas, saliera en las fotos). Revelando un costado psicótico que hasta ahora no le conocíamos, Ingrid se muestra convencida de que la criatura poseyó de alguna forma a su padre y cree que puede rescatarle.
Un nuevo flashback nos lleva de regreso a 1935 y la vemos entregar prácticamente en bandeja a la niña Mabel a las fauces de la bestia mientras un charco de sangre cubre el piso por debajo del vano de la puerta que instantes antes se negara a abrirle: una escena en la que Muschietti (aun cuando no dirige este capítulo) se rinde homenaje a sí mismo, ya que remite claramente a Mamá, aquel corto que, llevado después a largometraje, diera impulso a su carrera apadrinado por Guillermo del Toro.
El Escondite
Luego del episodio del bus que trasladaba a los detenidos y consecuente fuga de Hank, Derry está poblado de carteles que lo delatan como prófugo mientras los vecinos blancos y distinguidos, para nada interesados en quién y por qué atacó el vehículo, arman partidas para encontrarle y lincharle. Pero Charlotte le ha ocultado en el Black Spot a sabiendas de que pocos saben de la existencia del lugar y allí lleva de hecho a Ronnie para verle, con gran alegría de parte de la niña que corre feliz al abrazo de su padre.
La verdad es que no parece que estuviera tan oculto. La inauguración está colmada de gente (todos afroamericanos, eso sí) y hasta se ha caído Hallorann, entregado a la bebida y traumado por sus visiones luego de la apertura de la caja, de la cual cuenta a Leroy la historia de cómo su abuela le enseñó a guardar en ella los malos recuerdos. Ahora, en modo Sexto Sentido, dice que ve muertos y que estos le cuenta cosas que los vivos no deberían saber…
Y de todas formas hay blancos que saben de la existencia del lugar como el comisario Bowers, que dice haberse enterado por “una señora” lo cual hace que partidas de hombres armados y enmascarados caiga al lugar en varios vehículos y diciendo que se irán si les dan lo que quieren: una línea de diálogo que hace acordar a La Tormenta del Siglo, otra gran historia nacida de la imaginación de Stephen King.
Balance del Episodio
Lo más impactante del capítulo ha sido una vez más el flashback, en esta ocasión magníficamente fotografiado en blanco y negro y con una estética semejante a las películas que se rodaban en los treinta, solo interrumpida por el icónico globo rojo o los intensamente amarillos ojos de Pennywise. No queda claro, eso sí, por qué no se usó el mismo criterio en el flashback de 1908.
Ingrid ha pasado de buena a villana en su demencial creencia de poder liberar a su padre de la presencia de It, al cual busca atraer entregándole niños como señuelo: escalofriante. No sabemos aún, por cierto, cómo murió el Pennywise original, ni tampoco por qué decidió It adoptar su apariencia, cuestiones que, supongo, iremos desgranando, pero espero que no en esta temporada, pues ya ha revelado demasiados secretos del pasado y quizás no quede sustancia para las que vienen.
Es interesante, sí, cómo se ha dado al episodio un eje principal en torno a la paternidad que, evidenciado desde el título mismo, ha ido recorriendo los conflictos de Will, las visiones de Lilly y los traumas de Ingrid en relación con sus respectivos padres.
El problema es que la trama infantil vuelve a quedar huérfana después de que el episodio anterior la hubiera unido con la adulta en los túneles del alcantarillado. ¿No hay nadie en la base, salvo Leroy, interesado en saber qué hacían allí los niños? ¿Y qué pasó después de la fallida misión? ¿En qué situación queda Shaw y cuál es la postura de sus superiores en la fuerza o en el Pentágono? Creo que, a falta de solo dos episodios, los responsables de la serie deberían preocuparse más por explicarnos lo que ocurre en 1962 que lo que sucedió antes.
Que los niños sigan moviéndose solos, haciendo planes por su cuenta o reuniéndose fuera de la mirada de los adultos (y de los militares) resulta no solo poco creíble sino también ridículo, pues se suponía que después del capítulo anterior nada volvería a ser lo mismo. Sin embargo, los adultos de Derry parecen más interesados en linchar a Hank que en cualquier otra cosa y no es que ello desencaje en el contexto de época ni que no sea válido ayudar a crear conciencia sobre los prejuicios y el racismo, pero distrae de la trama principal en un momento clave de la historia en que a la temporada le queda poco por delante.
En fin, una vez más un episodio con más sombras que luces. A pesar de la apabullante estética y de algunas revelaciones de interés (lo de Ingrid no lo vi venir), esta primera temporada de It: Bienvenidos a Derry continúa empantanándose en la reiteración y la intrascendencia por tener mayor interés en contarnos el pasado que el presente.
Ah, un último detalle con respecto a los guiños: ya he hablado del corto Mamá y de La Tormenta del Siglo, película televisiva sobre un guion escrito especialmente por el propio King, pero hay algo más… No entendí bien lo de Rich siendo invitado a tocar la batería con la banda en el Black Spot y al respecto me pregunto: ¿habrá sido un homenaje al enorme Buddy Rich, uno de los más grandes bateristas de la historia?
Les espero para analizar el penúltimo episodio de la temporada. Hasta entonces y sean felices…
