Análisis de Ahsoka. Temporada 1. Capítulo 8. Final de temporada

Ahsoka ha puesto fin a su primera temporada con una conclusión repleta de momentos emocionantes y varios cliffhangers que prometen una segunda parte. En general, ha sido un clímax satisfactorio, pero sufre del mal que aqueja a multitud de series exitosas, no solo en la era del streaming: mirar demasiado hacia el futuro, preocupándose más de sembrar la expectación por los proyectos que están por venir que por cerrar la serie.

De todos modos, veamos en qué acierta y en qué fracasa la segunda mejor serie protagonizada por Ahsoka Tano.

El desafío de Ahsoka

Nuestros héroes se preparan para la confrontación contra Thrawn: Sabine fabrica un sable láser junto al androide Huyang y se reconcilia con su maestra después del error que la mandaloriana cometió. Esta conversación, en la que se alude al espíritu de Las guerras clon, sirve para compensar por el frenetismo excesivo de la entrega anterior y sentar las bases para un enfrentamiento climático con las fuerzas del nuevo Imperio Galáctico.

Pero el ejército del Gran Almirante se diferencia de los soldados de asalto a los que estamos acostumbrados en algo crucial: se trata de zombis reanimados por las Hermanas de la Noche, como los que vimos en la serie original de Filoni, que se mantienen leales a su líder aún después de morir. A contrarreloj, los tres personajes principales luchan contra estos stormtroopers para asaltar la nave antes de que vuelva a su galaxia.

Lo que nos espera en el futuro

Este final de Ahsoka ha sido algo extraño, teniendo en cuenta la información entre bastidores y cómo han quedado los personajes principales después de la batalla: básicamente en la misma situación que antes, pero intercambiando sus papeles. Esto es, Sabine y Ahsoka se han quedado en este planeta desconocido y Ezra ha vuelto a la galaxia que le vio nacer. Aunque esto puede suponer una oportunidad para explorar territorios que no hemos visto antes, podría haberse manejado de otra forma que no nos hiciera sentir que hemos vuelto a la casilla de salida.

Otro elemento que puede traer problemas es el cliffhanger en el que dejamos a Baylan Skoll, que no ha tenido demasiado protagonismo durante este final de temporada. Estos previsibles problemas se deben al fallecimiento de su intérprete Ray Stevenson, que obligará a reducir el protagonismo del personaje o contratar a otro actor. Independientemente de la decisión que Filoni y Disney acaben tomando, podemos quitarnos el sombrero ante una gran interpretación que no siempre se ha visto acompañada por el guion.

La última vez que lo vemos, se encuentra junto a unas estatuas que resultarán familiares a los fans de Las guerras clon: corresponden a tres poderosos seres con una conexión natural con la Fuerza, que viven dentro de una dimensión paralela y que jamás creí que llegaría a ver fuera de la animación. En un arco de esta serie, los protagonistas acaban en un limbo donde tienen visiones proféticas sobre el futuro de la galaxia y se enfrentan al Hijo, una manifestación del lado oscuro. No sabemos qué planea Filoni, pero seguramente tendrá grandes repercusiones, no solo sobre los personajes principales.

Los desafíos de Filoni

Aunque ha aparecido poco, podemos comprobar que Thrawn ha sido adaptado de un modo bastante decente. No ha sido su mejor historia, pero aquí ha demostrado ser un oponente a la altura de los legendarios héroes que aparecen en Ahsoka. Hasta ahora, ha sido el único villano que ha triunfado en las series de Disney Plus, después de tres temporadas de Moff Gideon siendo derrotado y humillado por Mando y sus aliados. Está por ver si su retorno tendrá algo que ver con el auge de la Primera Orden y la creación de Snoke, aunque el “proyecto nigromante” del que se hablaba en The Mandalorian podría referirse simplemente a estos soldados reanimados.

Por otra parte, con Ezra de vuelta, es probable que en la segunda temporada veamos de nuevo al elenco de Star Wars: Rebels al completo, lo que supondría un regalo para los fans más acérrimos, pero también un peligroso acicate para Filoni, demasiado acostumbrado al fanservice facilón. Tendrá que manejar a sus personajes con cautela si no quiere que los nuevos espectadores se vean abrumados.

Conclusión

Ahsoka ha terminado y, aunque no está mal, sabe a poco. De nuevo, la serie promete que en la segunda temporada todo mejorará, que esto solo era un prólogo. Pero la escena final, con ese Anakin fantasma, nos hace temer lo peor: aunque su reencuentro haya sido bonito, abusar de este recurso puede hacer que le perdamos más respeto todavía al mejor personaje de La guerra de las galaxias, Darth Vader.