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Análisis de El Ministerio del Tiempo. Temporada 1. Capítulo 5: Cualquier tiempo pasado

Como todas las semanas, bienvenidos al análisis de un nuevo capítulo de El Ministerio del Tiempo, el más intimista de todos y con el que sus creadores siguen dando cuenta de las enormes posibilidades que da el universo de la serie. Aquí tenéis los capítulos anteriores:

Análisis de los capítulos de El Ministerio del tiempo

Argumento: En 1981, bajo el gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo, el Guernica de Picasso volvió a España desde el MoMA de Nueva York. Sin embargo, llegan informes al Ministerio de que alguien está maniobrando para impedir la vuelta del famoso cuadro. Amelia, Julián y Alonso deberán recuperar el recibo del Guernica, en el que Picasso atestigua que el cuadro fue encargado por la Segunda República. Hay tres recibos: uno en la Barcelona de 1939, otro en el aeropuerto de Madrid en 1981, cuando se devolvió el cuadro a España; y otro en poder del mismo Picasso.

SPOILERS A PARTIR DE LA IMAGEN

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Nuestros protagonistas en un refugio de Barcelona en 1939, mientras son bombardeados.

 

El capítulo comienza con una reprimenda de Salvador a nuestros protagonistas sobre la gran responsabilidad de los agentes a la hora de alterar el pasado. Se muestra un grabado medieval con la imagen de Alonso escapando en moto con Ernesto de la cárcel de Toledo, la huida del final del cuarto capítulo. Este tema será el que marque el momento más impactante del capítulo, que analizaremos más adelante.

Salvador encarga al equipo de Amelia recuperar el recibo de Amelia. Para ello cuentan con tres planes distintos. El primero de ellos será viajar a la Barcelona de 1939, donde un funcionario de la II República perdió el recibo al huir a Francia.

“Esta gente no sabe lo que hace, es pan para hoy y nazis para mañana” Julián Martínez, sobre los exiliados a Francia.

Sin embargo, no consiguen cumplir la misión por un bombardeo a la ciudad. Es entonces cuando deben realizar el plan B: viajar al Madrid de 1981 para recuperar el recibo, que se encuentra en una valija diplomática en el aeropuerto de Madrid. El ministerio cree que van a robarlo. Mientras tanto, Julián va a celebrar el cumpleaños de su padre (Roberto Álvarez), donde los padres recuerdan que se mudaron a Madrid en el año 82.

Una vez preparados para viajar, Irene le dice a Julián que tenga cuidado si alguna chica pregunta por ella, ya que utiliza el piso franco de Madrid en 1981 para sus ligues. Un ejemplo más de cómo los agentes “violan” discretamente las leyes del Ministerio para sus propios beneficios.

Como no saben cuando llegará la valija, pasan las horas muertas en el piso investigando. Es entonces cuando Amelia descubre en una foto de la delegación que viene a Madrid a un hombre que también estaba en Barcelona en 1939. Es John Walcott, un estadounidense, lo que salta las alarmas en el Ministerio. ¿Acaso Estados Unidos tiene su propio Ministerio del tiempo y pretende que el Guernica se quede en Nueva York?

Entretanto, Julián se decide a visitar su barrio, un año antes de que él se mudara allí con sus padres de pequeño. Amelia le acompaña. Julián le va contando lo que le pasará en el futuro a la gente que va viendo en el barrio. De repente, ve a una niña con su madre. Es Maite, su futura mujer, cuando todavía era un bebe. En una escena cargada de melancolía, Julián juega con ella.

Y llegamos al momento más impactante del capítulo. En un concierto del grupo Leño, al que Julián invita a Amelia a entrar, ve a su padre con otra mujer. No sólo esta enfadado, si no que teme que el pasado se reescriba, como ha podido suceder en otros episodios si no fuera por ellos, y que él nunca nazca. A partir de entonces, su prioridad es evitar que se vuelvan a ver su padre y su amante, y no la misión.

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Los cinco miembros del Ministerio del tiempo, dispuestos a recuperar el recibo del Guernica

Finalmente, averiguan la fecha de llegada de la valija. Nuestros protagonistas, junto con Irene y Ernesto, consiguen acceder a la valija y detener a Walcott, pero el recibo no está. Salvador y Ernesto interrogan al americano. Descubren que su misión era privada. El MoMA, el museo de Nueva York que albergaba el Guernica, quería que el cuadro se quedase en España.

No hay ninguna forma de obtener el recibo, ya que no saben donde ha llegado a parar el de Picasso, con tantos descendientes. Amelia tiene una idea: falsificar el recibo. Para ello, Velázquez, que ha estado todo el capítulo queriendo ir con el equipo para conocer a Picasso, al que considera el mejor pintor de todos, es enviado a la Barcelona de 1899, donde conversa con Picasso y consigue su firma.

Por otro lado, Julián vuelve a viajar a 1981 para hablar con la amante de su padre, a la que convence para que abandone. Posteriormente, Salvador le reprende por haber abandonado a sus compañeros. Irene le dice que no es bueno hurgar en el pasado, ya que el mundo no se va a detener por el dolor que tu sientas. El capítulo termina con el reencuentro de Julián con su padre, que le confiesa que quiso a otra mujer estando casado pero que ella le dejo. Julián le perdona.

En resumen, nuevo capítulo de El Ministerio del tiempo, nueva vuelta de tuerca. Más intimista, con más interacciones entre los personajes, que se van conociendo mejor. En cinco de ocho episodios, la serie no baja el nivel.

Fernando Vílchez
Fernando Vílchez
Comecocos. Intento aprender como si viviera para siempre y vivir como si hoy fuera mi último día...con las cosas que me hacen feliz.
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