Con un cliffhanger de lo más extraño llegó a su final la séptima temporada de Outlander, que nos deja a la espera de la que será la octava y última, aunque con precuela en el medio. Creada por Ronald D. Moore y basada en la exitosa saga de novelas de Diana Gabaldon, la serie de Starz es emitida para España por Movistar+ y para América Latina por Disney+.
Hola otra vez, forasteros y viajeros del tiempo. Concluyó por fin (con el sentido que le quieran dar a la expresión) la séptima temporada de Outlander. Y así como nos hicieron esperar un año para ver la segunda mitad, era casi lógico que nos dejaran, como han hecho, quince días a la espera del decimosexto y último capítulo, cuyo título es Cien Mil Ángeles.
En el medio, sin embargo, hemos tenido la noticia (buena o mala según como se lo vea) de que se estrenará una serie precuela antes de que llegue la octava y última temporada: se trata de la serie Outlander: Blood of my Blood (aquí tráiler), que seguirá a los padres de Jamie en el siglo XVIII y de Claire en la Primera Guerra Mundial.
Además y para los (y sobre todo las) fans de Sam Heughan, el actor está también involucrado en la serie La Pareja de al lado , de la cual (aunque sin relación con el universo Outlander) se sabe que habrá segunda temporada y la primera puede ser vista para España en Movistar+ (aquí tráiler).
Pero bueno, mientras tanto, tenemos que hablar de lo que ha ocurrido con este final de la séptima temporada de Outlander, que ha cerrado de manera precipitada y poco satisfactoria casi todas sus subtramas para dejarnos con un cliffhanger que, salido de la nada, es tan poderoso como insólito. Pasemos pues a ver qué nos ha dejado no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.
Sin Remordimientos
En una misteriosa escena inicial, dos niñas corren por un campo sembrado y una de ellas va al abrazo de una mujer cuyo rostro permanece difuso: si no tuviera movimiento sería una pintura impresionista, aunque también remite mucho a la escena inicial del filme Las Hermanas Bolena (Justin Chadwick, 2008). De cualquier modo, en ese momento no tenemos idea de qué la va todo eso…
Lo siguiente es un periodista entrevistando a Jane en su improvisada celda mientras la muchacha espera lo que parece ser una ya inevitable condena. El hombre quiere detalles sobre cómo asesinó al capitán Harkness y ella da respuestas cortas que no muestran arrepentimiento alguno, sino que por el contrario manifiesta que le gustaría que Harkness estuviera vivo para asesinarlo nuevamente.
Además, dice al periodista saber perfectamente qué es lo que quiere oír para atraer a sus lectores y no le hará el juego, ante lo que él, resignado, termina sentenciando que será muy triste que su pequeña hermana lea el artículo en algún momento.
La impresión momentánea es que ese arco tendrá algo que ver con lo que venga después, pero termina no siendo así en absoluto, así que ni pienso gastar mi tiempo en buscar el nombre del actor que hace de periodista ni mucho menos ponerle un link, ya que lo más probable es que nunca le volvamos a ver…
Mis dos Padres
William, mientras tanto, necesita concretar un par de reconciliaciones si quiere salvar a Jane. La primera es con John Grey, de quien va en busca para pedirle si puede hacer algo y, desde luego, se ve obligado a explicar la situación de la joven y su relación con ella.
John se compromete a hacer lo mejor que pueda, pero cuando lo intenta se encuentra con que Jane ya confesó y además rige la ley marcial, lo cual significa que el ejército decidirá directamente su suerte sin intervención de juez: descontado que será la horca…
Pero, por otra parte, John ha conseguido también información sobre el lugar en que la tienen recluida y ello lleva a William a dar el siguiente paso, que es juntar coraje e ir a ver a Jamie, es decir a su padre (me sigue sorprendiendo con qué facilidad se cruzan en plena guerra de un campamento al otro sin que los llenen de agujeros de la cabeza a los pies).
Jamie, desde luego, se complace de verle allí sin importar el motivo, así que se ofrece a ayudarle y ya con las sombras realizan una cabalgata de medianoche a lo Paul Revere para colocarse sendos pañuelos al rostro y burlar a los dos (si, dos) guardias que los británicos tienen allí: el de afuera ni se entera de nada y al de adentro lo abaten muy fácilmente.
Pero hay un giro terrible al llegar al lugar de reclusión de Jane y es que la joven… se ha quitado la vida cortándose las venas. William, desde ya, no puede con su dolor y no quiere dejar el cuerpo allí, pero Jamie le conmina a hacerlo porque no les queda demasiado tiempo…
Visita Inesperada
Jamie está en ese momento al cuidado de Claire, quien poco a poco se va recuperando y dice haber decidido no morir. Incluso hace un comentario morboso sobre personas que piensan en copular, ante lo que él se sorprende (no sé por qué si esto es Outlander) y le pregunta si es eso lo que quiere en ese momento; ella responde que no podría ni tampoco va a morir…
En la noche, Claire tiene un vívido sueño con una persona encapuchada que entra en la habitación y al quitarse el embozo resulta ser alguien a quien teníamos prácticamente olvidado desde la segunda temporada: el maestro Raymond (Dominique Pinon), aquel rocambolesco y bajito boticario de París que alguna vez la atendiera por el insomnio y que incluso le masajeara los senos y el útero para matar bacterias (bueno, eso decía)…
La sorpresa de ella es tan grande como la nuestra, que hasta tuvimos que devanarnos los sesos un rato tratando de recordarlo porque, madre mía…¡la segunda temporada se emitió hace casi nueve años!
No queda muy claro en ese momento el motivo de su visita en el supuesto caso de que los sueños deban necesariamente tener uno, pero le dice a Claire que se volverán a encontrar y que tenga “fe”, todo un guiño porque Faith (fe) era el nombre de aquella primera hija de Jamie y Claire que naciera muerta. Pero bueno, ya sabemos que los anglosajones hacen los juegos de palabras solo para ellos y si no recuerden aquel “hold the door” que, en la sexta temporada de Juego de Tronos, hizo romperse la cabeza a los traductores de todo el mundo para ver cómo diablos decirlo.
Es tan real el sueño que, al despertar, Claire pregunta a Jamie si no hubo allí alguien encapuchado y él, obviamente, responde que no, lo que hace que ella quede preguntándose si en algún momento volverán a ver a Faith. Parece un arco algo innecesario, pero a la larga termina siendo un adelanto de lo que después será el cliffhanger final.
Nieta y Abuelo
Nos vamos a 1739 y ello significa reencontrarnos con Roger y Buck, que están dejando atrás Lallybroch cuando entre la niebla se dibuja una silueta infantil y es el pequeño Jeremiah que corre al abrazo de su padre, seguido instantes después por Brianna y Mandy. Está claro que lo de pensar en Roger al cruzar las piedras funcionó y la familia está reunida nuevamente, aunque en cualquier época…
Así que, vuelta a Lallybroch y hay emotivo encuentro entre Brianna y Brian Fraser, es decir su abuelo sin saberlo. Él se sorprende de cuánto se parece ella a su fallecida esposa Ellen y es lógico que así sea. El sentido de este arco, por cierto, no es otro que el de servir de tráiler a la serie precuela que se viene a mitad de año…
Una Canción conocida…
Ian y Rachel siguen acaramelados y ahora en plan de mudarse a Fraser´s Ridge junto a Jamie y Claire para llevar una vida feliz y apacible en el campo. La mala noticia es que Rollo no podrá acompañarles, pues Ian lo encuentra sin vida y es igual de fuerte el impacto para él que para nosotros por el tiempo que llevaba acompañándonos en la serie y porque siempre nos es duro despedirnos de las mascotas de la ficción en cualquier serie que sea.
Mientras tanto y tras el fallido intento de rescate, Jamie pone a una sorprendentemente repuesta Claire al tanto de la muerte de Jane, a la vez que le anoticia de que hay una pequeña hermana a la que podrían tomar a su cuidado y llevar consigo a Carolina del Norte.
Como son el matrimonio más bueno del mundo y ella la esposa perfecta, es obvio que Claire acepta y la niña termina con ellos mientras nuestras cabezas se devanan para entender cómo la trasladaron con tanta facilidad desde un campamento al otro.
Y no solo eso: ¿Jamie no va a tener que dar explicación alguna ni a a recibir sanción tras su dramática renuncia escrita en sangre? Hasta ahora se mueve a sus anchas sin que nadie le recrimine nada y es lo mismo que si hubiera renunciado a jugar un torneo de badminton…
Frances, por su parte, quiere ver el lugar en que está sepultada su hermana Jane y allí la llevan, pero se trata de un cementerio en el cual todas las tumbas lucen exactamente iguales y sin identificación. El momento en que la niña corre por entre las mismas buscando la de su hermana remite a Eli Wallach en la famosa escena de El Bueno, el Feo y el Malo (Sergio Leone, 1966) haciendo lo propio con la de Arch Stanton.
Pero la gran sorpresa se la lleva Claire al oír a la pequeña Frances entonar una canción de principios del siglo XX que no es otra que I do like to be beside the Seaside, la misma que ella le cantó a Faith cuando, sin vida, la tuvo en brazos. La niña dice que se la cantaba su madre y una luz se enciende en el cerebro de Claire: ¿podrá Faith estar viva? Ups, recalculando…
Balance de Temporada
Imposible no comenzar por el final. Ese cliffhanger salido de la nada será para esta hora motivo de debate en todos los foros, grupos y chats. ¿Faith está viva? ¿Cómo llegamos a eso si la vimos sin vida en brazos de Claire tras haber nacido muerta? ¿O le cambiaron el bebé ese día y le dieron otra niña? No hay que olvidar que el maestro Raymond entregaba hierbas abortivas y quizás de algún modo haya estado relacionado con todo aquello, no lo sé. Pero entonces (y siempre suponiendo que un bebé que acaba de nacer sea capaz de registrar y retener una melodía), ¿cómo termina la canción llegando a Frances?
Por otra parte,¿es Frances en conclusión nieta de Jamie y de Claire? ¿Entonces lo era también Jane? ¿Y tuvo relaciones con William, que es hijo de Jamie? ¿Entonces William se acostó con su sobrina? Son tantas preguntas que nos marean y nos hacen perder, pero en parte tiene sentido que, no habiendo ya un argumento sólido detrás, se recurra al morbo y las relaciones cruzadas para buscar mantener cautiva a una audiencia a la que se subestima por completo.
Habrá que ver de qué modo explican todo ese disparate (que ademas, según tengo entendido, no está en los libros). Y volvemos, como en cada capítulo, al imperio de las casualidades: podría haber sido cualquier otra prostituta y cualquier otra hermana menor, pero entre todas ellas William se encontró con sus sobrinas. Ah, no, cierto: deben estar conectados por la sangre o algo de eso…
Si algo le faltaba a la temporada para terminar de consumar el desmadre que nos han entregado (especialmente en esta segunda parte) era ese cliffhanger tan disparatado como traído por los pelos. Y mientras tanto, no tenemos idea de qué está pasando en el frente de batalla o por qué Jamie no está bajo arresto por desobedecer una orden o incluso por desertor, sino que, contrariamente a ello, puede salir del campamento cada vez que quiera, incluso para una operación de rescate. ¿A alguien más le parece que nada de todo esto tiene el menor sentido?
La recuperación de Claire, por cierto, ha sido de lo más rápida para lo delicado de la cirugía a que fue sometida: nos habían dicho que le costaría volver a caminar, pero no se notó. De todas formas, es cierto que con ella nunca se termina de saber si está bien o mal porque siempre tiene la misma expresión mezcla de piedad y comprensión o incluso, como a lo largo de este capítulo, los ojos permanentemente humedecidos y al borde de las lágrimas.
El arco de Roger, Brianna y los niños, por su parte (que, recordemos, había sido el centro del cliffhanger de mitad de temporada) se fue simplemente apagando para terminar en un mero y burdo adelanto de lo que será la serie precuela. Por cierto, ¿dónde está Cameron? Solo hemos oído a Roger decir que lo mataría. ¿Volverán al siglo XX? ¿Y qué pasará con Buck?
Outlander fue una buena serie en su momento, allá por las dos primeras temporadas, cuando la cosa tenía algún sentido y la historia de romance iba a la par del devenir histórico, algo de lo cual se han ido prácticamente olvidando en esta segunda mitad de temporada, salvo por algún rapto de patriotismo innecesario que, de todas formas, tampoco condujo a nada.
Después de aquello, ha habido altibajos y temporadas mejores que otras, pero madre mía… esta ha sido el reino del sinsentido. Cada trama o arco que nos presentaron ha terminado por ser intrascendente: lo del secuestro de Jeremiah no llevó a nada, el triángulo Ian-Rachel-William (que pintaba interesante) tampoco. Y ni hablemos del periodista que entrevista a Jane al inicio de este capítulo, cuya presencia solo apuntó a dejarnos claro que ella era una mujer que no se doblegaría ante los hombres sino que decidía por sí misma, lo cual queda graficado con su suicidio.
¿Y cómo nos cierran la temporada? Pues con un cliffhanger salido de la nada. Por suerte, nos queda una sola (aunque con precuela en el medio) y no podemos menos que preguntarnos si habrá forma de salvar tanto descalabro como hace rato no veía en una serie. No puedo evitar estrujarme la frente intentando imaginar cómo podrían hacerlo, pero la sensación que deja esta séptima temporada es de serie agotada.
De todas formas, admito que hubo en este último capítulo un momento que me golpeó de manera especial y fue, desde luego, la muerte de Rollo. Lo bueno, para él, de todas formas, es que no será parte de la octava temporada. Nos reencontramos cuando la misma llegue o quizás con la precuela si logro reunir coraje para verla. Hasta entonces y sean felices…