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Análisis de Star Trek: Picard. Temporada 2. Episodio 7

Continuamos analizando la segunda temporada de Star Trek: Picard. En esta oportunidad, le toca al séptimo episodio cuyo título es Monstruos. La serie, que tiene como showrunner a Terry Matalas, puede ser vista en Prime Video.

Hola otra vez, trekkies y no tan trekkies. Nos volvemos a encontrar para analizar una nueva entrega de Star Trek: Picard que, por cierto, nos ha dado algunas revelaciones sobre el pasado de nuestro querido capitán (por más que ahora le digan almirante), pero no tantas respuestas sobre la trama principal de esta segunda temporada. El episodio en cuestión es el séptimo de la misma y, antes de pasar a analizarlo, cumplo en advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA y en recordarles que pueden leer aquí nuestros análisis anteriores.

El Sueño de la Razón

La primera sorpresa que nos da el nuevo episodio es ver a Picard en una sesión de terapia. Y no hablamos de Reneé, a quien ya hemos visto en tal situación (y de la cual, por cierto, no sabemos nada más en esta entrega, salvo que está bien), sino de Jean-Luc. Y allí no terminan las sorpresas, pues cuando vemos al psicólogo, sentimos un golpe emocional al creer descubrir en su rostro el del querido doctor Julian Bashir, de Star Trek: Espacio Profundo Nueve.

Falsa alarma: la fugaz ilusión se diluye rápidamente al darnos cuenta cuenta de que no es él ni tan siquiera el actor Alexander Siddig, que le da vida, sino James Callis, cuyo asombroso parecido físico tantas veces nos confundió y a quien, para complicar más las cosas, ubicamos también en el espacio exterior por haber interpretado al tan genial como odioso Gaius Baltar en Battlestar Galactica. Creo que la idea de convocarlo es un gran guiño para blanquear la eterna confusión: ahora los dos han pisado la franquicia Star Trek

Star trek

La terapia gira sobre los miedos de Picard y su resistencia a abrirse ante los demás. No logrando progresos, el psicólogo le pide que le cuente un cuento y, en efecto, Jean-Luc cuenta la historia de una reina que no es, como podríamos pensar, la reina borg, sino una de pelo rojo y naranja cuyo rostro no es otro que el de su madre. Caemos así en lo que podría ser un flashback dentro de otro o más bien, como luego sabremos, una zona escondida en la mente de Picard.

Este se ve a sí mismo pequeño y junto a su madre que, acorde al lugar de reina que él le asigna, luce una corona sobre su cabeza. De pronto, los cristales estallan y la casa es invadida por monstruos que les persiguen hasta que ella es capturada y arrastrada por el suelo. “El sueño de la razón produce monstruos” rezaba, según recuerdo, un grabado de Goya. “Los monstruos existen” dice Picard. “El mejor maestro puede ser tu enemigo” dice el terapeuta que se parece a Bashir…

En realidad, Picard sigue donde lo habíamos dejado en el episodio anterior, es decir sobre una cama en la clínica de Teresa, y lo que acabamos de ver y seguiremos viendo de manera alternada es ese recuerdo que tanto lo atormenta y que Tallinn está dispuesta a rastrear, por lo que se conecta a su subconsciente y entra en el mismo. Encuentra al niño en lo que parece una mazmorra de Dungeons & Dragons y busca ponerlo a salvo, pero son atacados por los monstruos…

Tras la Reina Borg

Agnes no ha regresado a La Sirena, por lo que Siete y Raffi están preocupadas: la han perdido después de la accidentada gala de astronautas. Sin embargo, al tratar de rastrear su insignia, tienen vedado el acceso a los sistemas de la nave.

Por experiencia propia, Siete reconoce en ello la mano borg, pero también y por esa misma experiencia, sabe cómo dar con el algoritmo que burle el bloqueo al menos en forma parcial, lo suficiente como para chequear las cámaras del interior de la nave y descubrir que Agnes está en proceso de asimilación con la reina borg.

Salen a buscarla por Los Angeles mientras se preguntan hasta qué punto seguirá siendo Agnes Jurati o si, directamente, están ya lidiando con la reina borg. En cualquier caso, la situación es delicada porque ya sea que haya sido completamente asimilada o esté en proceso, la calle da a la reina borg la posibilidad de asimilar a todo el resto de la humanidad y construir su propio y gigantesco colectivo en la Tierra del siglo XXI

Bienvenida al Futuro

Teresa ha regresado a la clínica junto a su hijo Ricardo que luce, apropiada e involuntariamente, un casco de astronauta. Cuando quiere ingresar en la habitación de Picard, Ríos se lo impide, lo cual la molesta y se queja de que es su clínica. El argumento es incontestable, así que Ríos le franquea el paso y la escena que ella encuentra desafía cualquier lógica del siglo XXI: Picard está sacudiéndose en convulsiones sobre la cama mientras Tallinn, conectada a él, luce ausente y con los ojos en blanco.  Y lo peor es que Ríos dice que todo está bien…

Pero todavía hay más sorpresas para Teresa, pues cuando no encuentra forma de estabilizar a Picard, Ríos se comunica con Raffi y le consigue un estabilizador neural que, por supuesto, se materializa en sus manos. Teresa le pregunta si proviene del espacio exterior y él, no sin ironía, responde que es chileno (el actor Santiago Cabrera también lo es, aunque venezolano por nacimiento).

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Una vez que han estabilizado a Picard y cuando ya no queda más remedio, Ríos transporta a Teresa y su hijo a bordo de La Sirena: obviamente, ninguno de los dos puede creer lo que ve y el niño echa a correr diciendo que va a tocar todo.

El Mejor Maestro

Dentro del subconsciente de Picard, Tallinn continúa su batalla por liberar al niño de los monstruos que lo acechan y lo logra, pero aparece en escena el psicólogo para llevarse a su madre y es entonces cuando se revela como el padre de Jean-Luc. Al parecer, ella tenía desequilibrios psíquicos que devenían en episodios lindantes con la esquizofrenia y debieron encerrarla, lo que la mente del niño incorporó como “monstruos”.

¿Quién es entonces finalmente el bueno en esta historia? De momento, es un gran interrogante, pues estamos viendo el pasado a través del filtro de Picard, es decir de cómo percibió las cosas un niño en aquel momento.

Picard vuelve en sí, ya liberado, gracias a Tallinn, del recuerdo que lo atormentaba y ahora sabiendo, además, la naturaleza del mismo. No es la única noticia que recibe: Tallin se aparta el cabello y muestra orejas elaurianas mientras él, sorprendido, intuye que debe ser una antepasada de Laris (yo pienso otra cosa, pero ya volveré sobre ello en el balance del episodio).

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Una frase dicha por su padre queda repicando en el cerebro de Picard: “El mejor maestro puede ser tu enemigo”. Interpreta, claro está, que se refiere a Q y quiere encontrarlo ya mismo.

Para hacerlo, va a visitar a su “nueva/vieja amiga” Guinan, pero en la versión juvenil que atiende el bar en 2024. La razón por la cual cree que ella puede tener la clave tiene que ver con aquel viejo conflicto entre ella y Q que alguna vez fuera mencionado en Star Trek: The Next Generation, pero que nunca fue aclarado y quedó en la nebulosa.

Guinan le cuenta que su raza, los elaurianos, sostuvieron una guerra fría contra los moradores del Continuo Q hasta que sellaron una tregua. En ese momento parece a punto de contarnos lo que no pudimos saber en aquella oportunidad, pero la premura de Picard por establecer contacto con Q puede más.

El acto de invocación, sin embargo y botellas de por medio, fracasa, y en lugar de Q termina presentándose un señor que, amablamente, pide un trago aun cuando se le dice que el lugar está cerrado.

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Se trata de una trampa: el lugar es invadido por agentes del FBI y la razón de su presencia es que han visto a Picard materializarse en el callejón ante las cámaras de seguridad. Seguimos sumando alteraciones en la línea temporal…

Balance del Episodio

Hemos visto una entrega que se ha centrado de manera prácticamente exclusiva en el pasado de Picard. No es que haya estado mal, pero el problema es que casi no hemos tenido nada de las otras tramas e, inclusive, de la principal.

Me da la impresión de que hubiera sido mejor resolver la historia personal de Picard algunos episodios más atrás o que las distintas tramas marchasen más en simultáneo porque, de esta forma, humilde opinión, quitó algo de clima, sobre todo considerando que quedan solo tres entregas para cerrar la temporada.

Seguimos, sin saber, por ejemplo, cómo regresarán a su época ahora que la reina borg deambula por Los Angeles asimilada con Agnes y queriendo, posiblemente asimilar a la humanidad toda. Luce como un escenario complicado y si bien es la alteración más importante que podría producirse en la línea temporal, hay algunas otras menores nada desdeñables, como que el FBI haya visto materializarse a Picard o que Teresa haya subido con su hijo a bordo de La Sirena.

Por otra parte, la novedad de que Tallinn es elauriana encubre, me da la impresión, otra cuestión que me permito plantear en forma de pregunta: ¿será realmente una antepasada de Laris como supone Picard o más bien la misma persona? Y no hablo de que Laris haya viajado al pasado para hacerse pasar por Tallinn sino lo inverso y caemos en un loop: ¿no será que en su rol de supervisora le han adjudicado vigilar a Picard y es ella la encargada de hacerlo en en el futuro? Sería un círculo sin fin ya que ello se debería a haber conocido a Picard cuando este viajó al pasado.

La otra gran pregunta tiene que ver con Guinan y su extraña invocación a Q. ¿Fracasó realmente como ella cree? A ver: apenas terminada la invocación, cayó al bar un supuesto cliente que terminó siendo agente del FBI al frente de un operativo. ¿No será el propio Q? De ser así, creo que Guinan debería percibirlo o quizás aún no tiene del todo desarrollada esa habilidad.

Son todos interrogantes que quedan pendientes de resolución. Mientras tanto, hemos visto una entrega aceptable, pero insisto, algo anti-clima, ya que nos sacó de la trama principal cuando más intrigados nos tenía de frente al final de la temporada.

Tampoco creo que el pasado de Picard esté resuelto en un ciento por ciento: aún no podemos determinar si la violencia sufrida por su madre era parte de su imaginación, metáfora de su reclusión en una institución psiquiátrica o bien ocurrió realmente y su padre miente.  Picard dijo que los monstruos existen, pero habría que ver a quién se refería.

Y ya que hablamos de él, vuelvo a destacar la actuación de Patrick Stewart: creo que en esta temporada, y muy especialmente en los dos últimos episodios, hemos visto lo mejor de su carrera actoral y no es poco decir.

Doy por sentado que en la próxima entrega volveremos de lleno a la trama principal, pues queremos ver cómo logran “desasimilar” a Agnes de la reina borg y, sobre todo, de qué forma logran emprender el retorno. Veremos qué nos espera: hasta la próxima y sean felices…

Rodolfo Del Bene
Rodolfo Del Bene
Soy profesor de historia graduado en la Universidad Nacional de La Plata. Entusiasta del cine, los cómics, la literatura, las series, la ciencia ficción y demás cosas que ayuden a mantener mi cerebro lo suficientemente alienado y trastornado.
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3 COMENTARIOS

  1. He tardado un poco mas de lo habitual en comentar este episodio. Como yo no vi Espacio Profundo Nueve, cuando vi al doctor lo confundí con el doctor holográfico de Voyager, pero enseguida me di cuenta de que no era el, claro. Me ha parecido un poco más flojo que el anterior y como dices, espero que en el próximo se retome la trama principal y no se convierta en un paseo por Los Angeles. De todas formas, creo que ya han estropeado bastante la linea temporal, mas aun que en Star Trek IV. Espero que vuelva Q, si no es el agente del FBI y que al final aten bien todos los cabos.

    • Hola Juan: gracias por comentar, como siempre! Uff, qué bueno sería que volviera a aparecer el doctor de Star Trek Voyager. Hacen tantos puentes con otras series que no veo por qué no podría ser. Robert Picardo ya está grande para interpretar al holograma, pero la ventaja de los que siempre fueron pelados es que no se les nota tanto el envejecimiento, jaja… Y a propósito de él, ¿te enteraste que la NASA logró enviar a la estación espacial un médico en formato holográfico? Es decir, puede moverse allí, chequear, revisar, etc. como si estuviera en el lugar, pero estando en Tierra: no estamos tan lejos del doctor de STV. Con respecto al episodio, sí, coincido: bajó un poco la puntería; ya he visto el siguiente pero no quiero adelantar mucho en este comentario por si aún no lo has visto o bien hay alguien más que pueda sufrir spoiler. Gracias por aportar siempre. Hasta el próximo análisis, que se sube en breve. Un saludo!

  2. La verdad es que no lo había leído, es la primera noticia que tengo. Hoy me pondré ya con el episodio del viernes a ver que tal. Un saludo.

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