Mientras nos vamos acercando al final de la serie, analizamos un nuevo episodio de The Walking Dead: World Beyond, en este caso octavo de la segunda temporada, siendo su título Punto de Retorno. Creada por Matthew Negrete y Scott M. Gimple, la serie puede ser vista para España por Movistar + y para Latinaoamérica a través de AMC.
Bienvenidos a un nuevo análisis de The Walking Dead: World Beyond y hay que decir que la serie marcha ahora bien y ha encontrado su propio camino. Alguno podrá lamentarse de que ello ocurra cuando ya está a punto de terminarse, pero yo diría que eso, justamente, es para celebrar.
El episodio que hoy analizamos es el octavo de esta segunda temporada y está lleno de tensión, decisión, duda y conflicto. Entramos ya mismo de lleno en el mismo no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA.
Análisis anteriores de The Walking Dead: World Beyond aquí.
Análisis de The Walking Dead, aquí.
Análisis de Fear the Walking Dead, aquí.
Pacto con el Diablo
El flashback inicial nos lleva al día en que Indira y Kublek sellaron su acuerdo por los medicamentos. Así, vemos cómo la primera entrega a la RCM la escultura de un globo terráqueo que simboliza el futuro, mientras que laa segunda queda encantada con la obra. Indira le pide especialmente que se mantenga el respeto por el pacto de no agresión hacia El Perímetro.
Sorprendida ante el tono del pedido, Kublek le pregunta si planea irse a algún lado e Indira le cuenta de su insuficiencia renal, así como de que no desea trato especial ni medicamentos, ya que no puede ni quiere anteponer su bienestar individual al de la comunidad. Con el mismo argumento, Kublek le replica que ella es, justamente, importante para que la comunidad y así es cómo acuerdan, de forma secreta, la entrega de medicamentos. Interesante escena que nos permite ver un costado más humano de la teniente.
Volvemos al presente y vemos arribar al Perímetro a Will, devastado por la muerte de Dev, mismo sentimiento que invade a Indira y Asha al recibir la noticia. Hay preocupación en la comunidad, ya que el hallazgo del hijo de Indira en inmediaciones de la base podría devenir en que la RCM dejase de respetar el pacto por entender que hubo una traición. Algunos, entre ellos Indira, hablan de largarse de allí antes de que llegue la represalia, en tanto que Brody, quien viene desde hace rato compitiendo con ella por el liderazgo, tiene planes distintos…
Simulacro de Evacuación
En la base, Leo busca convencer a los científicos de sumarse a la huida. La mayoría se muestran renuentes, pero la cosa cambia cuando él les cuenta acerca de los planes genocidas de los que, sin saberlo, forman parte. Algunos dirán que exponen sus cabezas; él insiste en que para esta altura ya no tienen alternativa. Por cierto, no se le ve apesadumbrado por el destino que ha corrido la doctora Lyla Belshaw.
Como si leyera las mentes, la implacable Jadis desconfía de Leo, a quien no ve muy convencido de sumarse a las investigaciones y teme, por lo tanto, que difunda lo que sabe. Tal como señalara en el episodio anterior, disponen (a diferencia de Lyla) de algo con qué amenazarle y son sus hijas. Envía por ellas, pero no logra capturarlas ya que han sido advertidas oportunamente por Jennifer.
Jadis pone entonces en marcha un protocolo de simulacro de evacuación: si los Bennett se suman, los tendrá a tiro y si no, sabrá que están conspirando en contra. Tal como lo sospechaba, no hay noticias de ellos ni tampoco de los científicos civiles que trabajan en la base, lo cual le da la pauta de que hay involucrado algo bastante más grande que los Bennett en sí.
Durante la desbandada, Hope se encuentra con Mason al cual, con bastante facilidad, convence de que le acompañe porque necesita de su ayuda en algo que define como de vida o muerte. Lo lleva a la cámara de biocontención, en donde se hallan también Leo y los científicos, quienes se encierran y calculan que los militares necesitarán dos horas para entrar.
La sorpresa para Mason es que Hope le ha entregado, pues siendo hijo del general Beale, les puede servir de rehén. Sin poder salir de su incredulidad, el joven es, por lo tanto, amarrado a una columna mientras, apesadumbrada, Hope le manifiesta que, lamentablemente, no tienen otra opción, además de ponerle al tanto de los experimentos en que está involucrado su padre y tranquilizarle diciendo que será liberado una vez que estén fuera de la base.
Escaramuza y Fuga
Brody, mientras tanto, ha llegado en soledad a la base y pone a Jadis al tanto de que la comunidad ha estado encubriendo a los conspiradores, así como de la entrega clandestina de medicamentos. Siendo la segunda traición que Jadis confirma en un mismo día, envía al Perímetro fuerzas al mando del sargento Mills para tomar drásticas cartas en el asunto.
Y si hablamos de traiciones, Brody no saca barata la suya. En cuanto Jennifer queda a solas con él, le increpa por lo que ha hecho y el desdichado comete el error de amenazarla con contar que ha estado jugando para ambos bandos: el precio de su silencio es una residencia permanente dentro de la RCM.
Será lo último que diga: como si fuera un zombie, ella lo liquida sin complejo con un disparo en la cabeza y luego le cuenta a Jadis que sabía acerca de lo ocurrido en Omaha. Busca también convencerla de que todo cuanto contó debió haber sido mentira, pero no lo logra: Jadis no da marcha atrás y considera tanta amenaza a Indira como a él.
Cuando los efectivos armados irrumpen en el Perímetro y se presume lo peor, Indira intenta, vanamente y radio por medio, convencer a Jadis de que perdone a los demás por ser ella única culpable. Jadis le cuenta que ella misma integró en el pasado una comunidad parecida a la de ellos, pero que la marcha del mundo exige que las comunidades grandes se devoren a las pequeñas por ser estas últimas un obstáculo: un discurso darwinista social cercano a Herbert Spencer, pero infinitamente más perverso…
Sin piedad alguna, ordena a Mills que no deje a nadie vivo. La imagen de los miembros del Perímetro esperando de rodillas su muerte, nos trae por un momento el recuerdo de Negan en el final de la sexta temporada de The Walking Dead, pero la resolución es distinta.
Elton y Asha se toman por el meñique para entregarse al final en momentos en que Will, oculto durante toda la escena , dispara contra Mills, que cae herido. Se genera una escaramuza, en la cual también participan, llegados al lugar, Dennis y Silas: uno hace gala de su experiencia como tirador en el ejército y el otro exhibe una impensada pericia con armas de fuego: así que a eso se referían cono que podía ser un buen soldado…
Valiéndose de las armas y equipos que Jennifer ha estado trayendo a escondidas, los defensores sorprenden a los atacantes: una granada deja fuera de combate a algunos y hace retroceder al resto mientras Will, Silas y Dennis dan cuenta de los rezagados. El ataque es repelido pero no sin consecuencias: Dennis, herido, cae de rodillas.
En la base y antes de que los militares consigan entrar en la cámara de biocontención, Leo y los suyos han logrado abrir un boquete en el piso para llegar a los túneles y bloquean luego el acceso con un explosivo a los efectos de no ser seguidos. Jadis, quien ya sabe de lo ocurrido en el Perímetro, no piensa soportar dos fracasos en un mismo día y ordena apostar hombres armados en todas las salidas del túnel. Remarca muy especialmente que, en caso de ver a los Bennett, les disparen sin piedad para que sirvan de escarmiento a los demás.
Balance del Episodio
Nos quedan solo dos entregas para cerrar la temporada y queda claro que estamos en terreno de definiciones. La serie sigue confirmando el buen rumbo que viene manteniendo desde hace algunos episodios y la tensión, tanto en un escenario como en otro, va en permanente aumento aun cuando pueda cuestionarse lo fácil que un grupo de rebeldes casi improvisados derrotaron a las fuerzas profesionales y altamente entrenadas de la RCM. Es cierto que cuentan con un par de ex soldados en sus filas, pero aun así…
Es interesante que los personajes se vean forzados a tomar decisiones a menudo reñidas con la ética, tal el caso de Hope quien, aprovechándose de la buena fe de Mason, le secuestra para utilizarlo como herramienta de extorsión: nada diferente al uso que a ella pretendía darle Jadis. O también el caso de Silas, obligado a formar alianza con Jennifer, que es quien buscó incriminarlo por un asesinato que ella misma cometió. Y a propósito de él, me equivoqué al suponer que quizás fuera a trabajar desde adentro de la RCM, pero acerté en que sería importante.
Es bueno que hayamos vuelto a ver a Julia Ormond (Elizabeth Kublek), aunque también una pena que haya sido solo por pocos minutos y en un flashback: sigo esperando su gran cruce con Pollyana McIntosh (Jadis), quien se sigue afirmando como una villana que da miedo de tan fría y despiadada. No sabemos en qué andará Kublek, pero comparada con ella, parece la Madre Teresa.
¿Conoceremos finalmente al general Beale? La sensación es que al estar ahora involucrado su hijo como rehén, podría ello forzar su presencia y que por fin veamos su rostro: llama la atención tanto secreto para mostrarlo. ¿Nos reserva su identidad una sorpresa? No afirmo; solo pregunto…
En concreto, la serie va camino de cerrarse a lo grande después de haber avanzado por caminos llenos de dudas y si bien a uno le gustaría que sus personajes tuvieran continuidad, no es mala decisión cerrar en la segunda temporada y evitar un lento desgaste.
Lo único que extraño es un mayor protagonismo de Nicolas Cantu (Elton), cuyo personaje se perfiló muy interesante en la primera temporada, pero ha quedado algo desdibujado en esta y me da la sensación de que ya ha elegido su lugar en el mundo.
Veremos qué nos trae el próximo episodio: ojalá mantengan el nivel de tensión e intriga. Hasta entonces y sean felices…