Apocalipsis Z: el principio del fin es la nueva apuesta de Amazon Prime, una cinta que se inscribe claramente en el género “pelis de zombis” (si es que existe tal cosa). Dirigida por Carles Torrens y protagonizada por Francisco Ortiz, la película se basa en la novela de Manuel Loureiro, la primera de una trilogía. He tenido la fortuna de verla anticipadamente (gracias, Jeff) pero, por desgracia, me temo que no me ha entusiasmado. ¿Por qué? Como dirían Carlos María Porras y Lucy MacLean, vamos al lío.
Finis terre
En Galicia acaba el mundo y más en este caso. Manel (Francisco Ortiz) es un abogado gallego, con negocios en el sector de las placas solares, que tiene que lidiar con la muerte de su mujer, al tiempo que se enfrenta a una epidemia de un virus zombi acompañado de su gato. Cómo se las apaña para sobrevivir y cómo se enfrenta a sus demonios, los propios y los zombis, es lo que da sustancia a la película.
Y hay que reconocer que la película tiene sus puntos fuertes. Por un lado, se nota que en Amazon Prime se han gastado el dinero. Las escenas de acción lucen bien y la producción es impecable. Además, Apocalipsis Z: el principio del fin nos ofrece una dosis justa de sustos y algunos elementos que dan auténtico mal rollo, como el bebé zombi que se encuentra el protagonista.

Pero, como decía, la película no me ha entusiasmado porque los puntos flojos son demasiados. En primer lugar, a la película le cuesta arrancar. La primera hora, con la inevitable presentación de personajes y Manel en plan intimista, parece que dura el doble. El ritmo es cansino y zombis más bien pocos. Si no llega a ser por el compromiso que tenía de escribir este post, habría abandonado sin mucha pena.
Llegados a la segunda mitad, la acción transcurre de forma más apresurada. Mucho más de lo deseable, con personajes que entran y salen sin ningún tipo de desarrollo ni exposición previa. No sabemos de dónde vienen, a dónde van, ni a qué dedicaban el tiempo libre y por eso nos importan nada. Prácticamente igual que el protagonista, que de la noche a la mañana pasa de abogado pijo que se lame las heridas a ser el Ash Williams gallego.
Es más, cuando te importa más el gato del protagonista que el propio protagonista, es que la cinta tiene un problema serio. En una escena en la que ambos van en moto y patinan al encontrarse con un montón de zombis, exclame a grito pelado: ¡el gato!. Estaba en un sin vivir por si los zombis se comían a Lúculo, que así se llama el gatete; si se comían a Manel me daba lo mismo.

Otro refrito zombie
El género zombi presenta tres obras que, a mi entender, son fundamentales. La primera es La noche de los muertos vivientes, el clásico de George A. Romero; la segunda es la maravillosa 28 días después, de Danny Boyle; y la tercera, mal que nos pese, The Walking Dead, el cómic y la serie, cuyo impacto es innegable. A partir de aquí hay cintas que podrán gustar más o menos (yo me lo paso bomba con Guerra Mundial Z, que donde esté Brad Pitt cazando zombis que se quite Cillian Murphy) pero ya ha dado todo lo que podía dar de si.
Apocalipsis Z: el principio del fin no presenta nada nuevo y es una mezcla entre Soy leyenda y 28 días después, con su protagonista sobreviviendo en una ciudad devastada y con zombis corriendo a toda mecha, o más bien con la cámara moviéndose a toda mecha y desenfocando a los zombis, que siempre ayuda a crear la ilusión de peligro. Eso si, Francisco Ortiz no es ni Cillian Murphy, ni Will Smith, por muchas ganas que le ponga (que las pone, no hay que negarlo).

Además, hay un aspecto de Apocalipsis Z: el principio del fin que personalmente me ha chirriado demasiado y me ha predispuesto contra la película y no es otro que su burdo mensaje.
Si en las tres películas citadas (la de Romero, la de Boyle y la obra de Robert Kirkman) hay una crítica más o menos difuminada hacia la sociedad y su más que posible colapso (crítica que va de menos a más, de La noche de los muertos vivientes a The Walking Dead) en Apocalipsis Z: el principio del fin han aprovechado para establecer un desafortunado paralelismo con la crisis del Covid-19.
Aquí, el gobierno es muy malo y un atajo de ineptos, con un presidente guaperas que al principio llama a la calma y se rodea de un asesor que explica la evolución del virus, asesor que casualmente se llama Fernando; encima el resto de la población es presentada como un atajo de borregos que hacen lo que les dicen y sólo el protagonista y algunos más se rebelan a las directrices gubernamentales y por eso sobreviven.
En serio: el discurso sobra. Por si fuera poco, todo el mensaje es tan burdo y descarado, con unos diálogos tan impostados, que provoca la sensación de estar ante un fan fiction de bajo nivel en el que se han gastado demasiado dinero.

Como me costaba creer que Manuel Loureiro (autor que un buen amigo me ha recomendado) hubiese parido semejante mamotreto en cuanto a guion, le he echado un vistazo a las primeras páginas de su novela y me llevado la sensación de que los responsables de la película se han salido por la tangente. Con su aprobación o sin ella, eso ya no lo se.
En resumen, que Apocalipsis Z: el principio del fin es un intento loable pero que se queda lejos, muy lejos de las películas más respetables del género. A lo mejor como serie o mini-serie y con un guión mucho más trabajado (hay situaciones que resultan ilógicas y absurdas; ¿quién ha metido un motón de cadáveres zombis en medio del bosque? ¿los propios zombis?) habría resultado mejor pero eso ya queda lejos. Un saludo, sed felices.



