Presentación y aclaraciones
Segundo tomo de Panini sobre Cinema Purgatorio. Dicho tomo recopila los números 4, 5 y 6 de este proyecto de Avatar Press con el micromecenazgo Kickstarter.
Antes de empezar quería aclarar que el título del post anterior, Cinema Purgatorio: Una peculiar visión del cine desde el cómic, podría llevar a equívocos, en el sentido de entender que todos los “relatos” pretender homenajear o reinterpretar la historia del cine a través del cómic y no es exactamente así.
Para ser más precisos, es la “parte” de Alan Moore y Kevin O’Neill la que lleva a cabo una reinterpretación del cine de los setenta desde las viñetas. Así que ya os podéis imaginar que el poner el nombre de Alan Moore en letras grandes en la parte superior de los tomos de Panini responde a cuestiones de comercialidad, no a que Moore sea el único guionista de este proyecto.
Utilizo las palabras “parte” y “relatos” porque Cinema Purgatorio, más que una colección convencional del noveno arte, tiene el formato de una revista sobre historietas, tipo 2000AD o Heavy Metal, que suele estar formada por historias cortas, elaboradas por diferentes autores, de temática adulta y experimental, a lo que ayuda su edición en blanco y negro.
Así que, a grandes rasgos, podríamos considerar a Cinema Purgatorio como una revista de cómics, cuyos números son recopilados por Panini en tomos.
Hechas esta presentación y aclaraciones, paso a comentar lo que me están pareciendo los diversos “relatos” que integran Cinema Purgatorio.
El cine de Alan Moore y Kevin O´Neill
Desde un antiguo y sucio cine británico, Alan Moore y Kevin O’Neill repasan géneros del cine a través de un personaje, que nos va introduciendo en las películas en plan Historias de la Cripta.
Ya sea terror, pornografía, melodrama o comedia. Nada se les escapa. Así, en el primer número, teníamos un pastiche de comedias características del cine mudo, el segundo gira en torno a los actores de una vieja epopeya romana, haciendo referencia así al Péplum, y el tercero parece un homenaje a los superhéroes en el formato de serie de televisión de los años 30.
LLegamos así a los cuatro números introducidos en este segundo tomo de Panini. El cuarto número es una inquietante historia del famoso King Kong, que es la excusa para contarnos las aventuras y desventuras del pionero de efectos especiales y animación Willis O’Brien, responsable de la creación de este gran gorila del cine.
Los números 5 y 6 parecen una visión retorcida de las comedias de situación estadounidenses de los sesenta, tipo Embrujada, así como de los famosos comicos del cine, los Hermanos Marx, respectivamente.
Esta es una de mis partes favoritas de Cinema Purgatorio por la original forma en que Moore y O’Neill utilizan el cómic para tratar el cine, dando lugar a una interesante fusión, divertida y pedagógica, entre dos artes.
Code Pru: La normalización de lo sobrenatural
Como ya os contamos en el primer post de esta colección, en Code Pru Garth Ennis y Raúlo Cáceres nos cuentan el día a día de dos paramédicos en una ciudad de New York poblada de seres sobrenaturales y de ciencia ficción -como vampiros, espirítus malignos, el monstruo de Frankenstein, Alien o La Momia– que actúan con toda naturalidad, como si fueran personas normales y corrientes.
Vamos, que en Code Pru se ha normalizado lo sobrenatural, dando lugar a situaciones entre lo macabro y lo cómico, donde los monstruos, tanto clásicos como modernos, viven sufriendo el rechazo de la sociedad y las palizas de algunos policías.
Parece que con este proyecto Ennis y Cáceres pretendieran llevar a cabo una crítica a las situaciones de abusos y marginalidad que sufren algunos colectivos en EE.UU. por algunas fuerzas del orden. Tengo que leer más números para confirmar esta hipótesis.
Modded: Un mundo post-apocalíptico en plan Pokemon
Curiosos el futuro distópico que Kieron Gillen e Ignacio Calero nos muestran en Modded.
Un relato de ciencia-ficción, entre lo divertido y lo extraño, en un mundo poblado por todo tipo de monstruos, que son objeto de deseo por parte de los seres humanos. De ahí que se haya comparado esta serie con el exitoso Pokemon en versión post-apocalítica.
De hecho, hay quien la describe como una serie de televisión para niños, pero con sangre. Además de como lo mejor de Cinema Purgatorio, junto a la parte de Moore y O’Neill. Yo no acabo de apreciarlo. Habrá que leer más números.
A more perfect union: La historia de otra manera
Max Brooks y Michael DiPascale nos presentan un episodio de la Guerra Civil americana, en concreto la Batalla de Gettysburg, con la peculiaridad de que los enemigos de La Unión son gigantescas criaturas en forma de insectos.
No termino de pillarle la gracia a este ejemplo de ficción histórica, si bien son interesantes las notas al final del mismo, que te ponen al tanto de lo que significaron los verdaderos acontecimientos y personajes, implicados en la verdadera historia, así como las diferencias con lo que estamos leyendo. Lo que convierte A more perfect union en una forma muy original de aprender historia a través de la ficción.
Más allá de eso es, por el momento, la más lenta de todos los relatos de Cinema Purgatorio y a la que menos sentido le veo.
Los monstruosos titanes de The Vast
En título ya lo dice todo. Estamos ante el trabajo menos original de los cinco que componen esta colección. Christos Gage y Gabriel Andrade nos ofrecen una historia más de monstruos gigantes, muy en la línea de Pacific Rim, donde los seres humanos tratan de detener y/o domesticar a estos monstruosos titanes.
La idea no es excesivamente original, pero la forma en que la están elaborando Gage y Andrade pinta bien y anima a no perderla de vista.
Yo es una de las partes que más estoy disfrutanto, sobre todo por el buen hacer de Andrade al mostrar todo tipo de Leviatanes, a cual más temible.
Breve valoración final
Con sus más y sus menos, Cinema Purgatorio sigue siendo una colección a la que merece la pena darle una oportunidad. Su variedad, su carácter experimental y su peculiar tratamiento de algunas temáticas ya conocidas, le convierten en un producto atractivo para quien quiera alejarse del mainstream.
Nos leemos en otros posts de Las cosas que nos hacen felices.
