Norma publica en España Hitler ha muerto, un thriller histórico de Jean-Christophe Brisard (guion) y Pagliaro (dibujo) en el que el escritor hace una exhaustiva investigación para contarnos la historia que hay detrás de la muerte de Hitler en un contexto de rivalidad entre los dos servicios secretos soviéticos encargados de descubrir cómo había muerto el líder de la Alemania nazi.
El resumen de la editorial es el siguiente: Berlín, 6 de mayo de 1945. La capital del Tercer Reich ha caído en manos del ejército soviético, pero Adolf Hitler, vivo o muerto, sigue en paradero desconocido. Hallarlo será una tarea para los dos grandes servicios especiales de Stalin: la policía política y el servicio de contraespionaje. La carrera contrarreloj entre estas dos agencias revelará el destino de Hitler, pero también las tensiones subyacentes en el régimen soviético. Jean-Christophe Brisard se ha dedicado a bucear en los archivos moscovitas para sacar a la luz la rocambolesca historia de los restos mortales de Hitler, una intriga al borde de lo increíble dibujada con mano maestra por Alberto Pagliaro.
Hoy en día tenemos como hechos ciertos y probados que Hitler murió el 30 de abril de 1945 en su bunker de Berlín suicidándose de un disparo en la cabeza. Junto a él también se suicidó usando un veneno su pareja sentimental Eva Braun. Pero cuando Berlín cayó en manos del ejercito soviético estos hechos no estaban tan claros, dudando incluso si el Führer no habría logrado huir con vida de la capital alemana. Por eso Stalin encargó a su policía secreta, el NKVD (que más tarde se convertiría en la KGB) y al SMERSH, encargada del contraespionaje militar, descubrir que había pasado con Hitler para presentar sus descubrimientos al mundo entero como un gran hallazgo de la Unión Soviética.
Este modo de actuar era muy común en un Stalin al que encantaba alentar la competencia entre las distintas facciones a sus ordenes en busca de conseguir los mejores resultados. Con el acicate además de quien fallará tendría que pagar un amargo precio…
En Hitler ha muerto Jean-Christophe Brisard realiza un monumental trabajo sumergiéndose en un mar de documentos clasificados para contar como fue la investigación que llevaron a cabo las dos agencias para de descubrir que pasó realmente con Hitler. Nos vamos a encontrar con una historia fascinante que atrapa desde el primer momento por los continuos giros de guion. Los soldados que llevan a cabo la investigación no dudan en pisotearse continuamente usando todas las armas a su alcance, con robos de documentos y prisioneros, enfrentamientos físicos, chantaje y abusos y torturas. Todo con tal de ser los primeros que presenten pruebas concluyentes a Stalin para ganarse su favor.
La labor del guionista es sobresaliente ya que logra sortear los obstáculos que los soviéticos sembraron en esos años de postguerra, en los que la desinformación para despistar a los enemigos ya empezaba a ser una herramienta muy útil. Y lo hace de tal manera que logra presentar un relato coherente, aunque complejo y exigente, que resulta muy interesante para el lector que sepa hacer el esfuerzo de dejarse llevar por la historia sin perderse un detalle. Sin olvidar unos personajes perfectamente perfilados, con sus miserias y grandezas (más de las primeras que de las segundas), que se dejan la piel para conseguir un objetivo que no deja de escurrírseles entre los dedos.
Pero aún hay más, ya que Brisard logra captar de manera perfecta el ambiente que se vivía en esa época convulsa, con una Alemania aplastada y rota y una Unión Soviética en la cúspide de su poder. Los alemanes son torturados, vejados y humillados sin piedad después de haber sido la nación más poderosa de la tierra, mientras que los vencedores no dudan en regodearse en su nueva posición de poder. Pocas veces se ha visto en un cómic las consecuencias de un enfrentamiento bélico con esta claridad y crudeza.
En cuanto al apartado gráfico, el dibujo de Alberto Pagliaro queda un poco por debajo del guion ya que su particular estilo, más feísta que realista, resta lucidez al tono general de la obra. Es cierto que su composición de página y su puesta en escena es perfecta, con un aire cinematográfico que sienta de maravilla a la historia, pero su acabado general dista de ser el que esta historia necesitaba. Además, los personajes no son todo lo reconocibles que deberían. Todo un problema ya que por lo complejo de la trama (con muchos personajes en danza) puede confundir al lector.
En cuanto a la edición de Norma solo puedo decir que es sencillamente perfecta. Se recopilan en un solo tomo los tres álbumes de los que consta la serie, haciendo más disfrutable la lectura al poder leer la historia de una sola vez sin esperar. Estamos ante un tomo de gran tamaño (23,5 x 31 cm) de 208 páginas encuadernado en tapa dura con una gran cantidad de extras de lo más interesantes como recopilación de expedientes antiguos y breves semblanzas de los personajes protagonistas. El precio de venta es de 38 euros.
En resumen, Hitler ha muerto es un cómic que hará las delicias de los amantes de los thrillers históricos, con el aliciente de ser además un gran trabajo de investigación de unos hechos reales muy importantes. Es cierto que la trama es muy compleja y algo confusa en algunos momentos, pero con un poco de esfuerzo el lector se verá recompensado con una historia apasionante cuyas consecuencias aun reverberan en nuestros días.
