El octavo y último capítulo de ‘The Acolyte’ de Disney+ no hace más que corroborar el mayor problema de casi todas las ficciones de la casa de Mickey Mouse: buenas ideas recubiertas de un mal planteamiento que desluce el producto final. Habrá spoilers en este análisis.
Aquí os dejo el resto de análisis de ‘The Acolyte’.
Sin miedo a equivocarme, creo que estamos ante el mejor episodio de toda la temporada, no porque sea la conclusión, sino por hacer las cosas medianamente bien. Tiene luces y sombras, pero se encuentra un nivel por encima del resto. Es un desenlace muy bien llevado, pero que se ve lastrado por siete capítulos que hacen que esto no salve una temporada muy floja y con momentos mal dirigidos y mal escritos. Pero vamos a empezar por lo bueno de este final.
El combate de Sol contra Qimir no ha decepcionado y ha sido espectacular y muy bien rodado, con momentos que me han recordado a mi amado videojuego ‘El Poder de la Fuerza’. Me quito el sombrero ante la coreografía y al César lo que es del César: mis dieces.
Todavía no ha llegado a estar a la altura de mi Top 1, compartido por el enfrentamiento de Qui-Gon Jinn y Obi-Wan contra Darth Maul y SC 38 Reimagined (sí, sé que este último no es canon).
Otro punto muy positivo es la corrupción del cristal Kyber, el sangrado por la presencia del lado oscuro. Siempre me ha gustado esa parte del canon de Star Wars, ya que le da un misticismo increíble a este apasionante universo.
El final del personaje de Sol ha sido el que cabía esperar después de todo el camino y no ha sido sorpresivo quién ha acabado con su vida, aunque he de reconocer que me ha gustado cómo se ha llevado a cabo. Con su muerte se ha convertido en el chivo expiatorio y se han marcado un final muy similar al de ‘El regreso del Caballero Oscuro’ de Nolan.
Empezamos por lo que no me ha gustado de este episodio y de la temporada.
El afán por mantener el misterio y de que tengamos ganas de más ha conseguido que desconecte por estirar tanto el chicle. Las marcas en la espalda de Qimir eran muy similares a quemaduras por latigazos, algo que lo conectaba con Vernestra y que algunos esperábamos algo que arrojara luz en ese aspecto más allá de: fue mi aprendiz y se descarrió.
Han querido dejar tantas cosas para el futuro que esta temporada me ha parecido un preludio de lo que está por llegar, como pasó con Obi-Wan Kenobi: que acabó casi como debería haber empezado. El problema de ese planteamiento es que puede que no haya continuidad por las malas críticas cosechadas y no podamos ver todo lo que tuvieran pensado sus creadores.
¿Quién es ese personaje que ha aparecido en la cueva del planeta donde se encuentran Osha y Qimir? ¿Darth Plagueis? Las teorías van a ser muchas hasta que sepamos la verdad (si alguna vez llega ese día) y eso va a ayudar a que alguna gente quiera más y pida más. Por mi parte, he tenido la sensación de que es un ‘cliffhanger’ del que no se ha plantado ninguna semilla y que me ha parecido un ‘Pues vale, un personaje nuevo del que no sabemos nada’.
Lo mismo me ocurre con el personaje interpretado por David Harewood, que aparece como amenaza para la orden jedi, un peligro que llevan desde el comienzo contándonos. Hay una máxima en la escritura creativa y es: no me lo cuentes, muéstramelo. Hubiese sido más efectiva la presencia de ese personaje en pequeñas dosis mientras Vernestra trata de ocultar lo que ocurre.
Amandla Stenberg continúa teniendo momentos en los que me convence y otros en los que noto que su actuación no está a la altura de lo que se espera de una protagonista. Quizás llevar dos papeles al unísono le ha pesado o quizás tenga que ver con la dirección de actores.
Conclusión
‘The Acolyte’ ha tropezado, aunque más dolorosamente, con el mismo problema de la mayoría de las ficciones de Star Wars y nos ha traído mucho relleno de poca calidad para rodear un final que sí merece la pena. No todo el mundo espera siete episodios para ver algo que sea medianamente atractivo, sobre todo en una temporada que consta de ocho.
Disney debe pisar el freno y recapacitar hacia dónde quiere que vaya este universo creado por George Lucas antes de que sea más tarde y queme una franquicia que tiene muchos incondicionales. Darle mayor prioridad a los guiones es el pilar indispensable para que todo funcione y que la narrativa tenga el ritmo que necesita para crear expectativas, enganchar a los espectadores y expandir Star Wars con productos de calidad.
‘The Acolyte’ tiene más sombras que luces y eso me duele, ya que esperaba esta ficción con mucho interés por la época en la que ambienta y la temática a priori más oscura. Veo potencial desperdiciado y quizás un par de capítulos más y reduciendo lo sucedido en el séptimo, hubieran conseguido que los fans reconectáramos con esa propuesta.
Demasiadas tramas se abren de forma abrupta en el último episodio que deberían haber sido planteadas anteriormente para insertarlas de manera orgánica.
No sé si tendremos continuidad en la pequeña pantalla u ocurrirá algo parecido a los Caballeros de Ren, que se nos explicó en los cómics lo que debió haberse visto en cines.
Que la Fuerza os acompañe… Siempre.
Para mí el mayor agujero de guión es la mala justificación de los sentimientos y de los hechos. No hay justificación para el odio que Mae siente hacia los jedi (cuando ella es protagonista de cómo es su segunda madre la que enciende el odio en ella que lleva al incendio del templo y casi mata a su hermana y es testigo de que la muerte de su primera madre es un accidente más que otra cosa). Y mucho menos se justifica el complejo de culpa de los jedi, que no son causantes directos de nada (todo lo que ocurre es un accidente y/o el resultado de un ataque que no han provocado). ¿Qué ha hecho Torbin o Quelnacca para atormentarse tanto como para suicidarse el primero y exiliarse el segundo, salvo ser víctimas de ataques y no matar a nadie? ¿Qué ha hecho Indara de manera activa? ¿por qué no intenta explicar Sol el contexto de lo sucedido a Osha? Tampoco parece lógico que Torbin esté agobiado tras 7 semanas en un planeta boscoso como para precipitar los acontecimientos, o que oculten al consejo unos hechos que en el mundo SW deben ser el día a día de los jedi. O la vertiginosa caída (en minutos, teniendo 8 capítulos para desarrollarla) de Osha en el lado oscuro. A partir de aquí, la historia flojea mucho y siempre estás esperando que te digan “las auténticas” razones de la forma de actuar de los protagonistas, y estas nunca llegan. Por lo demás, me ha parecido razonablemente entretenida pero no me deja ganas de más temporadas, los personajes son demasiado planos y las motivaciones demasiado cogidas por los pelos, una vez que ya imaginas que el motivo por el que Sol se come todo el marrón es para investigar off the record el paradero de la pareja de caídos en el lado oscuro.