Vuelve al ataque la antología de terror favorita de muchos seriefilos, está vez con una historia inspirada por la actualidad política de Estados Unidos, marcada por la división ideológica de entre detractores y seguidores del actual presidente. Y, como ya es tradición, aquí en Las cosas que nos hacen felices, te traeremos semana a semana el análisis de cada episodio, con SPOILERS incluidos.
Intro
Después de la falta de intro de Roanoke, y teniendo en cuenta que los cabezotes son parte importante de la identidad de la serie, es grato volver a escuchar esa música, con un toque patriótico acorde a la trama de esta entrega. La melodía viene acompañada de una gran cantidad de payasos, que de amigables tienen bien poco; vemos incluso una referencia a IT con el mítico globo rojo saliendo de un ataúd. Tenemos tambien a Hillary Clinton y Donald Trump convertidos en máscaras de caucho, como bufones perversos. Sangre, sexo y colmenas complementan este cuadro desagradable pero hipnótico, que nos da pistas de que camino pretende tomar la historia: El culto, abejas que siguen a la reina con cuchillos en las manos y máscaras de payasos, con sed de sangre, y dispuestos a defender las ideas que su líder les ha implantado.
Reparto
El año pasado los vimos como marido y mujer en la segunda mitad de Roanoke, pero esta vez Sarah Paulson y Evan Peters se encuentran al menos por el momento en lados opuestos de la moneda. Ella interpreta a Ally Mayfair Richards, una gran detractora de Trump que vive junto a su esposa e hijo, y que sufre de una larga lista de fobias. Él, es un joven llamado Kai Anderson, quien tiene ideas bastante radicales en contra de las minorías, y es simpatizante de Trump hasta el punto de rozar la locura.
Acompañándolos tenemos al ya recurrente Cheyenne Jackson personificando a Rudy Vincent, psiquiatra de Ally; y el tendero interpretado por Chaz Bono, que tuvo una pequeña aparición en este episodio, pero al cual ya habíamos visto en Roanoke como miembro de la desquiciada familia Polk. Sumándose al elenco encontramos a Billie Lourd como Winter Anderson, quien había trabajado anteriormente con Ryan Murphy en Scream Queens; Alison Pill como Ivy, la esposa de Ally; y Cooper Dodson como Oz, el pequeños hijo de la pareja.
Las Fobias de Ally
Por la información que se nos da en este episodio, sabemos que Ally tiene un pasado de problemas psiquiátricos que la llevaron a un punto crítico en su vida pasada, y que logro superar gracias a Ivy. Su recuperación fue paralela al ascenso a la presidencia de Barack Obama, por lo que ella veía en él una figura política positiva que la representaba y le daba voz como parte de la comunidad LGBT+. Ahora con el ascenso de Trump, Ally ve en peligro la posición que tiene en la sociedad y por la que ha tenido que luchar toda su vida, y esto la unde en una crisis que reavivan sus fobias.
En su larga lista de fobias tenemos la Coulrofobia, que es el miedo irracional a los payasos; Claustrofobia o temor intenso a los espacios cerrados; Hemofobia o miedo a la sangre; Escotofobia que es el miedo a la oscuridad; y Tripofobia, que es la protagonista de la mayoría de carteles promocionales de la temporada, y que es la repulsión hacia superficies con figuras geométricas muy juntas u hoyos pequeños, como por ejemplo las colmenas o el coral que estaba en el consultorio del psiquiatra.
Candidatos
Tan solo en los primeros minutos vemos lo mucho que afecta a Ally que Trump ganará; y las discusiones por Jill Stein, quien recibió votos que terminaron perdidos, y de haber sido destinados Hillary Clinton, los resultados podría haber sido ser diferentes; el problema es que aunque Trump fuera la peor opción, Clinton no generaba confianza, y los detractores del magnate no encontraron un contrincante a quien apoyar. Este tema genera roces entre la pareja, y sumado a la crisis y aparente locura de Ally, hace que el matrimonio se ponga en peligro.
Kai por el contrario recibe la noticia en éxtasis, llegando a pintarse la cara de naranja y peinándose como el presidente para restregarle la noticia en la cara a su hermana. Winter habla por teléfono y nos enteramos que fue voluntaria en la campaña de Clinton, y que tiene antecedentes de autolesiones, por lo que la noticia la pone en un estado de fragilidad del que su hermano puede aprovecharse.
En el transcurso del episodio la relación entre los hermanos se torna más y más extraña; sabemos que tenían algún tipo de apuesta y que Winter le tiene un miedo terrible a Kai, pero también la vemos disfrutando de molestar al pequeño Oz. Las motivaciones de Winter aún no están muy claras, puede que la mueva el miedo, o que la relación entre ella y Kai cruce la línea a un terreno aún más bizarro.
Inmigrantes
La campaña a la presidencia de Donald Trump estuvo cargada de odio hacia las minorías y un discurso xenófobo bastante fuerte, por lo que su inesperado triunfo deja ver que el racismo y odio hacia los extranjeros están más vivos que nunca entre el pueblo estadounidense; hace menos de un mes fue noticia la muerte de una mujer de 32 años después de ser atropellada en medio de una confrontación entre supremacistas blancos y personas a favor de los derechos humanos en Charlottesville. Sucesos como este hacen que los temas de esta temporada estén más que vigentes y que el discurso de Kai Anderson con la intención de quitarle protección a las comunidades judías, no estén tan lejos de la realidad como uno creería.
En este episodio vemos que Ally y Avy tenían una niñera proveniente de Guatemala, que luego de las elecciones desapareció; Ally cree que volvió a su país o se esconde por miedo a ser deportada; pero con Winter presentándose como niñera modelo para conseguir el trabajo, podríamos pensar que este culto de payasos supremacistas pudo haberle hecho daño. También están los vecinos, Tom y Marilyn Chang, asesinados muy al estilo de La Familia Manson luego de que Tom le llevara la contraria a Kai en la casa de distrito.
“No hay nada más peligroso en el mundo que un hombre humillado” dice Kai luego de su discurso sobre el miedo, eso nos lleva a pensar en quién lo humilló antes y hasta dónde será capaz de llegar en el futuro. Esto es más grande que Ally y sus vecinos, lo demuestran con la escena de la orina en el condón, donde el personaje de Evan Peters monta un número para provocar a inmigrantes latinos y luego alguien graba la golpiza que ellos le dan. Esa grabación tiene pretensiones mediáticas, donde este culto que aún no conocemos bien intentará hacer ver a los inmigrantes como un peligro para la sociedad.
Payasos
Posiciones políticas llevadas al extremo, fobias y payasos perversos. Esa es la fórmula por la que apuesta esta temporada de American Horror Story para atormentarnos y deleitarnos a partes iguales. En octubre del año pasado, una epidemia de payasos “diabólicos” atormento a Canadá y Estados Unidos; estos vándalos disfrazados atemorizaban transeúntes, llegando a atacarlos en varias ocasiones e incluso amenazaron instituciones educativas; de allí puede haber surgido la idea de los payasos que vimos en este episodio, así que no estamos muy lejos de la realidad.
Por el momento están tratando de jugar con la idea de que Ally puede o no estar loca; es más fácil creer que alguien que ve payasos teniendo sexo sobre las verduras, y tomados de la mano como las gemelas de El Resplandor está desvariando, sobre todo, si estrella el auto tras ver a esa criatura en el asiento trasero, la cual Ryan Murphy había presentado anteriormente en sus redes sociales como “ambidiestro”. Sin embargo, que Oz vea exactamente a los mismos payasos asesinando a sus vecinos, y que el tendero que dice haber visto a Ally gritando sola en los pasillos, sea partidario de Trump, hace pensar que todo esto es un montaje muy bien elaborado para trastornar la salud mental de la protagonista.
Seguramente a esto estaremos jugando durante los siguientes capítulos, tratando de descubrir qué parte de los tormentos de Ally están en su cabeza, y que otro tanto están ocurriendo realmente. Para terminar, no queda más que comentar la aparición de Twisty, que resulta ser la recreación de un cómic de Oz, donde vemos una escena muy similar a la cuarta temporada, pero esta vez el payaso asesina a una pareja latina. Lo más probable es que sigamos viendo a este payaso a lo largo de la temporada, pero no como personaje, sino mediante el comic que aterra a Ally o el juguete que ha aparecido en algunos promocionales.
Un saludo y sean felices
Buen análisis, aunque me gustaría hacer algunas críticas personales. Para empezar se me antoja muy de 2016 esto de Trump y los payasos. Ese bum ya pasó allá por Navidad y volver sobre esos temas ahora se hace un poco cansino. Entiendo que el tema Trump siga estando de actualidad por su condición de presidente de EEUU, pero ya es suficiente tener que aguantarlo diariamente en las noticias y en las redes sociales como para ahora tenerlo también en una serie. Espero que no se centren mucho en la política y que sólo haya sido expuesta en el primer capítulo para explicar la inestabilidad emocional de Ally. En cuanto a los payasos, también se me hace un rollo, puede tener filón al principio pero como la trama se centre en eso se agotará rápidamente, ya que ya tuvimos en enero con la publicidad de IT nuestra dosis y toda la locura que aquello generó, y ahora otra vez con el estreno del remake. Echo de menos el elemento de lo sobrenatural y agradecería que no se le diera tanto protagonismo a Evan Peters. Es el favorito de muchos pero también hay que darle cabida a caras nuevas. La vuelta de Jessica Lange no estaría de más tampoco. Solo puedo decir que espero que en el resto de la temporada Sarah Paulson no siga gritando como una loca, o al final la enajenada seré yo
Tienes razón. En el momento en que planearon la temporada Trump y los payasos seguro eran una llave ganadora para hacerla viral, ahora depende el camino que tomen para definir si va a ser una buena historia o más de lo mismo. El tema de los discursos de odio puede dar mucho de sí, esperemos que así sea.
Lo de Jessica Lange lo veo muy dificil, pero sería genial tener una nueva cara protagonista que se robe el show.
Gracias por tu comentario 🙂