Análisis de El Pingüino. Miniserie. Episodio 3

Continuamos analizando El Pingüino, hoy con su tercer episodio que, titulado Bliss, profundiza de manera especial en el pasado de Víctor, así como también en la tensa y conflictiva alianza que sostienen Oz Cobb y Sofía Falcone. Creada por Lauren LeFranc para HBO, la miniserie se emite semanalmente por Max.

Bienvenidos, ciudadanos de Gotham, a un nuevo análisis de El Pingüino. Un episodio en el que los diálogos han tenido un papel central y nos ha permitido conocer mucho más a Víctor, personaje inventado que no aparece en los cómics, pero cuyos conflictos personales terminan estrechamente ligados a los sucesos que ocurrieran al final de The Batman. Por cierto: lo de Colin Farrell y Cristin Milioti ya no sorprende, pero la actuación de Rhenzy Feliz en este episodio ha sido deslumbrante y le convierten tanto a él como su personaje en gran revelación de la miniserie.

Sin más preámbulo, pasemos a ver qué nos ha dejado este tercer capítulo de El Pingüino, no sin antes advertir que SE VIENEN SPOILERS DE LA TRAMA ni dejar de recordar que pueden leer aquí nuestros análisis previos.

El Origen de la Tartamudez

Como hemos dicho, Víctor tiene un papel central en este capítulo. Desde la primera escena, y a través de flashbacks, conocemos sobre su pasado y nos enteramos que su familia murió en la inundación provocada por el Acertijo y de la cual él, junto sus amigos y a su novia Graciela (Anire Kim Amoda), se salvó por hallarse en la terraza de un edificio al momento del atentado. Comprobamos asimismo que Víctor no era tartamudo antes de eso, lo cual nos anoticia por lo tanto del origen de su problema.

Ya en el presente, Graciela quiere convencerle de marcharse con ella a California, pero él siente que sería peligroso al trabajar para quien trabaja y habiendo visto las cosas que ha visto: lo ve como que ya ha entrado en algo de lo cual no puede salir y si lo hiciera sería a riesgo de su vida.

Es Chinatown…

Sofía Falcone, entretanto, le muestra a Oz su laboratorio de “bliss” y así él se entera que la misma procede de Arkham, lo cual le pone entonces al tanto de que no fue Alberto sino ella quien introdujo a la familia en el negocio de las drogas.

En Chinatown contactan a un subjefe de las Tríadas llamado Link para que este a su vez contacte a su líder Feng Thao a los fines de llegar a un acuerdo de distribución. Parece haber cosas del pasado entre este y los Falcone, pues fue Carmine quien prácticamente dejó a Feng afuera de todo y relegado a Chinatown. Sofía busca, no obstante, convencerlo de que ella también tenía cosas en contra su padre y que hasta bailó sobre su tumba, además de que cuenta con el favor de John Viti, por lo que Feng exige que este lo llame para confirmárselo.

Servicio de Habitación

Viti, justamente y en connivencia con Alberto, está intentando sacar de la familia a Sofía con pasaje a Italia incluido y hasta deslizando amenaza de muerte. Pero tanto ella como Oz saben bien cómo neutralizarlo antes de que eso ocurra.

En el elegante restaurante de un hotel, Oz tiene una interesante charla con Víctor en la cual por primera vez le pregunta sobre su familia y este le cuenta de su padre, que era mecánico, pero sobre todo chef. Terminan brindando por él.

Junto a Sofía, Oz irrumpe en la habitación en la cual Viti se halla con la esposa de Luca y ya tienen material para extorsionarlo. Viti intenta pasar de víctima a victimario y acusa a Oz de haber sido el entregador de Sofía que hizo que fuera a parar a Arkham. En uno de sus clásicos impulsos , Oz se le echa encima y casi le hace tragar una navaja, pero cuando parece estar a punto de matarlo, se detiene y da impresión de tomar conciencia que hacerlo solo complicaría su situación. Termina dejándole el móvil para que llame a Feng.

Víctor al Rescate

En una fiesta descontrolada, Oz llama a Roxy (Jessie Pinnick) y sus chicas para que oficien de distribuidoras del bliss y delega en Víctor el rol de proveedor. En un momento, este cree escuchar una explosión y reaparecen los traumas, al punto de que casi pierde las drogas. No enterado, Oz está feliz con su desempeño y así se lo dice, pero el muchacho le manifiesta sus dudas, así como que está pensando en largarse.

Oz le arenga acerca de que el verdadero fracaso es trabajar toda una vida para no tener nada que mostrar y que el mundo, en definitiva, no está hecho para gente honesta. No obstante ello y a pesar de su disgusto y decepción, dice que no le detendrá si quiere irse.

A todo esto, Graciela se está marchando de la ciudad y Víctor se dirige a la terminal para acompañarla, pero al momento de verla no se atreve a descender del auto y parece preso en la dicotomía entre irse y quedarse.

Sofía, mientras tanto, increpa a Oz por la acusación de Viti. Él admite que parte de lo dicho por este es cierto, pero a la vez dice no haber imaginado nunca que Carmine acabaría recluyéndola en Arkham como lo hizo: fue una decisión de la cual él no participó y ni siquiera estuvo de acuerdo.

En la puerta del club, son sorprendidos por un vehículo del cual bajan hombres armados y, junto a ellos, Nadia Maroni, quien le espeta a Oz que hace días que siguen y saben qué está haciendo.

No parece haber salvación para ellos, pero en ese momento llega Víctor regresando de la terminal y, viendo a Oz y Sofía de rodillas en el piso y apuntados con un arma, actúa con rapidez y embiste con el auto al sujeto que la tiene en mano…

Logra salvar a Oz, que lo felicita por su regreso a la vez que le ordena largarse de allí cuanto antes sin preocuparse por Sofía. Mientras huyen raudamente, se escuchan disparos…

Balance del Episodio

Es difícil imaginar que una serie de DC se pueda sostener sobre los diálogos sin casi nada de acción, pero así ha sido en este caso y sin embargo hemos visto un episodio brillante. El conocer el pasado de Víctor nos lo revela como un personaje sumamente interesante y atrapado entre dos mundos. Y el haber dejado ir a Graciela para regresar junto al Pingüino marca seguramente un punto de inflexión no solo para él, sino también para el propio Oz, a quien ya ha salvado dos veces y eso no es poca cosa.

Si Víctor no tenía antes posiblidad de escapar del mundo en que ha entrado, ahora mucho menos, pues por primera vez ha matado a alguien (o al menos eso parece) y semejantes circunstancias solo pueden fortalecer el carácter de dupla que con Oz vienen teniendo a lo Batman y Robin. La gran incógnita es, desde luego, qué va a hacer Oz con Sofía, a quien prácticamente dejó entregada a su suerte o quizás a su muerte…

¿Los disparos que escuchamos significan que los Maroni han acabado por matarla? No lo creo y además el adelanto del siguiente episodio la muestra viva, pero lo que no sabemos es cómo quedará ahora la alianza con Oz, que sigue sumando puntos en contra: no solo la delató en el pasado, sino que además tuvo arreglos secretos con los Maroni y la terminó abandonando a ellos: suena a mucho. Parece lógico, por lo tanto, pensar que esa alianza no seguirá. Pero si Oz decide mantenerla, deberá rescatar a Sofía de manos de los Maroni para recuperar credibilidad.

Cada diálogo del episodio ha estado brillantemente escrito y, sostenido sobre grandes actuaciones, ha aportado a la construcción de los personajes. Oz con Víctor, Víctor con Sofía, Sofía con Oz, Víctor con Graciela y hasta Víctor con su padre en el primer flashback, que nos reveló mucho sobre el tipo de relación que mantenían ambos. La fotografía ha acompañado con su excelencia y ha habido imagénes tremendamente significativas, como la de Oz encendiéndole el cigarrillo a Sofía, perfecta muestra de lo zalamero que puede llegar a ser cuando lo necesita para llegar a su objetivo.

A ver qué nos trae el próximo episodio, que en los papeles pinta más que interesante. Hasta la próxima y sean felices…