Bienvenidos, true believers, una semana más al análisis de Falcon y El Soldado de Invierno. Buen episodio también el de esta semana, donde hemos tenido menos Arma Letal y más intriga y tensión hasta una escena final trascendental. Vamos al lío and #releaseTheZemocut (¿O acaso creiáis que los fans de Zack Snyder eran los únicos que podían ir por ahí exigiendo cosas?)
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— The Falcon and The Winter Soldier (@falconandwinter) April 8, 2021
En resumidas cuentas…
El episodio empieza donde lo dejamos, con Ayo leyendole la cartilla a Bucky. También hemos tenido un flasback donde el Soldado de Invierno, el Lobo Blanco de Wakanda, supera su programación, algo que nos habían escamoteado en las películas.
Ayo le dice a Bucky que se apañe como pueda pero que en 8 horas irán a por Zemo. No queda otra que seguir la única pista que tienen para encontrar a Karli Morgenthau y los Sin Banderas, que es el funeral de Donya Madani. Zemo consigue averiguar donde va a tener lugar pero John Walker y Lemar Hoskins se cruzan en su camino y la cosa no termina muy bien.
Sam intenta razonar con Karli pero Walker lo estropea todo. Zemo está a punto de acabar con ella y destruye casi todos los viales de suero de supersoldado que quedaban, excepto uno, que acaba en poder de Walker. Más claro que el agua que se lo va a inyectar, por si le faltaba poco para perder la cabeza.
Efectivamente, a John le falta tiempo para pincharse y tras una batalla en la que pierde los papeles por la muerte de Hoskins, acaba por demostrar que no es digno ni de besar la suela del Capi, ya no digamos de portar el escudo. La escena final se queda para la historia, con ese escudo mancillado, manchado de sangre, con todo el mundo comprobando que no basta con portar el escudo para ser el Capitán América.
Hay que señalar que se veía venir. En los cómics, John Walker es conocido por su temperamento y ya protagonizó una escena similar en Capitán América vol. 1 #345. Que la cosa acabaría mal lo sabía hasta el gato de Sofia, que se llama Lug y mira con ojos alucinados como John Walker la caga bien cagada.
Zemo les hace un Chapo
Entre que encuentran a Karli y van a por ella tras amenazar a la familia de Sam, el duo dinámico y el duo empanado (elegid cual es cual) se enfrentan a las Dora Milaje, a dos en concreto que les dan la del pulpo. ¡No se puede ser más torpe! Todo un Vengador, un Soldado de Invierno, un Capitán América y un Battlestar dejados para el arrastre. Quien peor se lo toma es John Walker, que ya andaba bastante bajo de moral como para que lo humillasen de esta manera. Esto ha sido la puntilla que le decide a inyectarse el suero. Por cierto, que a punto ha estado de quedarse sin escudo, un escudo que recordemos que es de vibranium y que este metal sólo se encuentra en Wakanda. Que se paseen por ahí con él, les debe doler.
Encima, en medio del fregado, Zemo aprovecha para escapar o más bien para hacer un Chapo, como dice Sam en clara alusión a la fuga del Chapo Guzmán cuando estaba en la cárcel. He leido por ahí que los fans mexicanos se han emocionado. Hombre, dejadme que os diga que no es como para estar orgulloso. El caso es que menos mal que Zemo se ha largado porque Daniel Brühl se estaba comiendo la pantalla cada vez que aparecía. Encima su personaje deja en evidencia a Sam y a Bucky a la hora de recabar información. Si es que no se puede ir de bueno. Mejor darle delicias turcas a los niños. Por cierto, que tienen buena pinta. Os dejo una receta.
Sobre el supremacismo
Interesante reflexión la que plantea Helmut Zemo. El personaje no puede estar más alejado de su homólogo en los cómics, donde era un auténtico supremacista nazi. El Zemo que conocíamos no habría destruido el suero sino que se lo habría inyectado antes. El diálogo acerca del supersoldado y su relación con el Übermensch nazi apunta hacia donde puede tirar John Walker tras haberse inyectado el suero.
Aquí hay que recordar que en Capitán América: El primer vengador, el profesor Abraham Erskine le dice a Steve Rogers que el suero amplifica lo que hay dentro de cada uno y por eso Johann Schmidt acabó convertido en Craneo Rojo, y es por eso por lo que se decidió por Steve, por su humanidad y por sus cualidades como persona. Así que mucho me temo que, aunque sea una versión modificada y Walker no vaya a tener la cara como un tomate maduro, es bastante probable que su resentimiento y su inseguridad se vean aumentadas y acabe desvariando. Más aun de lo que hemos visto en este episodio.
Tampoco se me ha pasado por algo una frase de Craneo Rojo en esa película: He visto un mundo sin banderas. Igual han aprovechado la coyuntura pero dudo mucho que cuando rodaron la película tuvieran planificado todo esto. Aunque con Kevin Feige nunca se sabe.
El mundo en El Lapso
Hemos entrevisto una pieza más del puzzle. El tema de por qué los Sin Banderas quieren un mundo como era durante El Lapso (entre chasquido y chasquido) no lo tenía nada claro pero ahora empiezo a verlo. Tras chasquear Thanos los dedos, la mitad del mundo (y del universo) desapareció y los países abrieron sus puertas a todo aquel que quisiese entrar y ayudar a reconstruirlo. Ya me imagino el chollo. De repente, la mitad de las casas quedaron vacias (¡toma ya especulación inmobiliaria!), había alimentos para todos, la polución debió descender a la mitad,… Una vez superado el duelo, a los supervivientes aquello debía acabar por gustarles. Ahora, cuando regresaron lo dueños de los chiringuitos y los mandaron a la calle, el cabreo debió ser monumental. Nunca llueve a gusto de todos.
Aquí terminamos. El final del episodio ha hecho que mi hija cerrase los ojos ante tanta sangre y tanta barbarie. Escudos ensangrentados, cuerpos destrozados,… ¿Esto no era Disney? Si, amigos, así que para compensar y para seguir haciendo sangre con el amor de Sofia Ricarte a Sebastian Stan, voy con una imagen entrañable que explica por qué a Bucky le llaman El Lobo Blanco. Un saludo y sed felices.
Hola Pedro, qué buena está tu reseña. Tenía bastante tiempo sin comentar en la página (Creo que desde Watchmen de HBO). El capítulo me ha gustado bastante, aunque hubieron un par de cositas que en cierto momento se hicieron predecibles: 1 el Capi Barbilla ingiriendo el suero y 2 su “compañero” muriendo. Hubo una escena que vi y me pregunté ¿eso es posible? ¿cómo unos niños en pleno siglo XXI, sobre todo de esa edad, se dejan seducir por un extraño que les ofrece dulces? Pero bueno… la serie la serie al fin y al cabo es ficción y no drama. Habia querido comentar en capítulos anteriores pero no me fue posible. Un saludo desde este lado del charco.
Muchas gracias, Alfonso. Lo del Capi inyectándose el suero se veía venir desde el minuto uno. Lo del compañero, la verdad, no me lo esperaba, o por lo menos no lo esperaba tan pronto. En cuanto a lo de los niños aceptando chuches de un extraño, ten en cuenta que están como en un campo de refugiados. En su situación, no es raro que acepten los regalos de Zemo. Un saludo y gracias por leernos.