En un mundo que aún arrastra las secuelas del chasquido de Thanos, una facción rebelde de los Skrulls se está infiltrando entre los humanos para acelerar su autodestrucción. Solo Nick Furia puede detenerlos. Bienvenidos a Invasión Secreta.
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A partir de aquí, SPOILERS del quinto episodio de Invasión Secreta, llamado Cosecha.
Nos dirigimos hacia el final de Invasión Secreta con la sensación de que apenas se ha rascado en las implicaciones de una trama que habla, a priori, de espionaje, paranoia y desconfianza.
La mayor prueba de ello es la muerte de Talos. Se supone que uno de los grandes amigos de Furia y un personaje clave de la serie ha muerto, pero ni rastro de duelo o cualquier muestra de sentimiento que enlentezca una trama que, de por sí, por muy rápido que vaya, carece de interés.
Comienza el episodio con Nick Furia intentado proteger al presidente de Rhodes el Skrull. Eso sí, con poco éxito, que a la primera de cambio se marcha para encontrarse con Gi’Ah, a la que manda con su mujer para celebrar un digno funeral a su padre.
En una serie en la que los acontecimientos se atropellan y se busca el entretenimiento a través de la acumulación de situaciones, ninguna de ellas deja el poso suficiente, como es el caso de la incineración de Talos según el rito Skrull.
La relación entre Gi’Ah y Priscilla se ve interrumpida por el asalto de los hombres de Gravik, que han mandado matar a Priscilla porque sospecha que es la topo que ayuda a Nick Furia.
Frágil mandato el de Gravik, que se ha mostrado como un líder carismático con un ejército fiel hasta que ha acabado con uno de sus subordinados por dudar de su capacidad de liderazgo. De repente y sin ningún tipo de construcción previa, muchos de sus hombre se rebelan e intentar acabar con su vida, pero él se deshace de ellos con violencia (una de las escenas más impactantes de lo que va de serie: ya era hora de ver un poco de sangre en Marvel).
Entretanto, teje un nuevo plan con Rhodes: el mostrar al mundo que los Skrulls están trabajando con Rusia juntos y han intentado acabar con el presidente de Estados Unidos. Nuevamente, sigue la búsqueda de la Tercera Guerra Mundial.
Mientras tanto, Sonya Falsworth (la mejor noticia de Invasión Secreta es esta espía británica magníficamente interpretada por una divertida y carismática Olivia Colman) acaba con su propio jefe del MI6, un Skrull infiltrado, y ayuda a Furia a localizar el ADN de los Vengadores vertido durante la batalla contra Thanos en Vengadores: Endgame.
Este es el motivo por el que Nick Furia ha vuelto a la Tierra y no avisa a los héroes más poderosos de la Tierra (algo en lo que parecen insistirle una y otra vez…y nosotros también): él fue el responsable de recoger el ADN de los Vengadores en una operación supervisada por el propio Gravik cuando este era de la confianza de Furia. Una relación en la que tampoco se ha profundizado mucho a lo largo de la serie.
Eso sí, no se fiaba tanto de Gravik como para mostrarle el lugar dónde esconder el ADN de los Vengadores, y esa es el arma que va a usar contra su gran enemigo.
Él sembró y ahora tiene que recoger lo cosechado. Debe buscar a Gravik…ahora sí, con su parche en el ojo. Si conseguimos ver al viejo Furia estaría bien, pero mucho mejor si el final mejora lo visto en el resto de la serie.
¡Un saludo y sed felices!
¡Nos leemos en Las cosas que nos hacen felices!
